Matisyahu: “La música tiene el poder de trascender la política y unir a personas”

El artista judío da su versión, ‘El País’ pide defender la libertad de expresión, Compromís justifica el boicot y el director del festival dice lamentar la expulsión.

Redacción PD , Joel Forster

MADRID · 18 DE AGOSTO DE 2015 · 11:17

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Matisyahu, en una imagen reciente.

El caso del cantante estadounidense de fe judía Matisyahu se ha convertido en una polémica con repercusión internacional. Tras los comunicados de la comunidad judía española y la global, el músico se ha pronunciado expresando su deseo de hacer música sin “presiones”. Medios y partidos políticos se suman al debate.

“Los organizadores del festival me contactaron porque estaban recibiendo presiones del movimiento BDS”, explica Matisyahu en su perfil de Facebook, refiriéndose a ‘Boicot, Desinversión y Sanciones’, un lobby pro-palestino que promueve la penalización de personalidades y productos relacionados con Israel.

“[Los organizadores] querían que escribiera una carta o hiciera un vídeo, dando a conocer mis posiciones sobre el sionismo o el conflicto Israel-Palestina para pacificar a la gente de BDS”, cuenta.

El artista entiende que el festival se ha “alineado” con la “agenda política del movimiento BDS”. Considera “ofensivo” que el único artista “judío americano programado en el festival fuera coartado a hacer declaraciones políticas”.

 

La opinión de Matisyahu, en su perfil de Facebook.

El músico de reggae/Hip-Hop se pregunta, además, si “a otros artistas del programa del festival también se les pidió que hicieran declaraciones políticas para que pudieran actuar”.

 

“MI MÚSICA HABLA POR SÍ MISMA”

Mathew Paul Miller (Matisyahu) es de nacionalidad estadounidense y no tiene pasaporte israelí. En el comunicado explica que apoya “la paz y la compasión para todas las personas”. “Mi música habla por sí misma, y no inserto la política en mi música”.

Argumenta que, de hecho, “la música tiene el poder de trascender el intelecto, las ideas y la política, y puede unir a personas en el prcoeso”.

“Más allá de la raza, las creencias, el país, el trasfondo cultural, etc; mi objetivo es hacer música para todas las personas. Como músico esto es lo que deseo”, concluía su texto.

 

DEBATE EN REDES SOCIALES

El caso ha levantado un debate importante sobre la libertad de conciencia en España y el perfil de Facebook del artista (que tiene más de 1.200.000 seguidores) ha recibido centenares de comentarios de apoyo.

Entre las muestras de apoyo, por ejemplo, la de una aficionada española, que escribía: “Me sabe muy mal que esto esté pasando en España. Aquí, como en casi toda Europa, la gente compra un paquete ideológico que le venden los medios de comunicación y la política, sin pensar racionalmente sobre ello. (…) Desafortunadamente este paquete incluye una mezcla de cosas, como el apoyo a Palestina o a otras posiciones políticas, que invaden y degradan otras áreas como la música, el cine o cualquier otra expresión del arte”.

Algunos asistentes al festival, sin embargo, defendían la posición de la organización con argumentos como que “la mayoría soberana ha hablado” contra el artista judío, informaba el diario ‘El País’ ayer.

 

EDITORIAL DE ‘EL PAÍS’: “DISCRIMINACIÓN POLÍTICA Y RELIGIOSA”

Precisamente 'El País' (el diario en papel más leído de España) publicaba el martes una columna editorial titulada “Discriminación intolerable”, en la que defendía la libertad de conciencia de Matisyahu.

“La cancelación de la actuación del cantante estadounidense de religión judía Matisyahu en el festival de música reggae Rototom de Benicàssim constituye un hecho muy grave de discriminación política y religiosa ante el cual las autoridades políticas españolas no pueden permanecer al margen”, afirma el consejo de redacción del diario.

El periódico enfatiza el punto que el propio cantante ha denunciado, la discriminación por el solo hecho de ser judío practicante: “Se trata del único cantante a quien el Rototom —festival que recibe dinero público— exigió una declaración política previa, con el agravante de que se le exigió simplemente por ser judío, puesto que no es israelí”.

 

El artista judío durante un concierto.

La Constitución Española “prohíbe taxativamente” cualquier discriminación religiosa o por nacimiento u opinión, así que es “inaceptable”, opina el diario, que “en el siglo XXI haya particulares y organizaciones que exijan declaraciones ideológicas para poder ejercer una actividad profesional nos retrotrae a tiempos donde había que demostrar la religión y la limpieza de sangre para poder permanecer en la sociedad”.

‘El País’ concluye que “la crítica a la política israelí o la defensa del pueblo palestino no pueden amparar la persecución obsesiva de cualquier persona que pueda tener una posición ideológica diferente, o simplemente sea de religión judía. Los responsables políticos deben posicionarse sin ambigüedades respecto a este escándalo que hace dudar del respeto de la sociedad española a la pluralidad de ideas”.

 

COMPROMÍS VE NORMAL LA EXPULSIÓN

También se ha posicionado claramente en el caso el partido Compromís (formación política que en las últimas elecciones autonómicas consiguió un resultado histórico en la Comunidad Valenciana).

Compromís per Castelló estaba entre las organizaciones que alentaron la suspensión del concierto de Matisyahu la semana pasada. El partido firmó un comunicado en el que se exigía al artista estadounidense que hiciera pública su opinión sobre “el apartheid al que el pueblo palestino está sometido hoy en día”. 

Tras dar fruto el boicot y anularse el concierto, el portavoz del partido en Castellón, Ignasi García dijo, en referencia al músico judío, que  “el festival [Rototom Sunsplash] va más allá de la música y no aceptamos como normales algunos comportamientos”.

“Es un espacio de reflexión, transformación, paz y solidaridad, en el que hay que ser tolerante, pero al mismo tiempo decidido con la defensa de los derechos humanos y de los pueblos y poner las líneas rojas que no podemos traspasar”, opinaba el partido, que aplaudía así el boicot.

Por su parte, la Consejería de Cultura del Gobierno Valenciano no entraba el lunes a valorar el hecho: “Con todo el respeto hacia el artista, no sabemos qué ha pasado”.

 

INCLUSO EL GOBIERNO ISRAELÍ COMENTA EL CASO

Tras la repercusión internacional con el comunicado del Congreso Mundial Judío (que habló de la “indignación” que había producido una decisión que debía ser “condenada” por las autoridades españolas), también se ha pronunciado el gobierno israelí.

El Ministerio de Exteriores de Israel comentó: “Siempre dijimos que BDS no tenía conexión con la cuestión palestina o los asentamientos, sino que no era más que odio al judío”. Lo sucedido, explicaba al Jerusalem Post, “desenmascara la naturaleza antisemita del movimiento”.

 

PODRÍA ACABAR EN LOS TRIBUNALES

Tras mostrar su rechazo ayer, la Federación de Comunidades Judías de España (organismo representativo de esta religión ante el estado) se plantea emprender acciones legales contra la organización del festival Rototom Sunplash por atentar contrar el artículo 510 del Código Penal, que castiga con entre uno y cuatro años de cárcel y multa a quienes públicamente promuevan al odio, discriminación o violencia contra un grupo o una persona por motivos racistas, antisemitas u otros.

Isaac Querub, presidente de la entidad, comentaba: “Si te invitan a una fiesta privada, vale: te reservas el derecho de admisión. Pero si te invitan a un evento organizado con fondos públicos es otra cosa”.

 

EL FESTIVAL SE DEFIENDE: EVITAR EL “CONFLICTO”

 

Fliippo Guinta, director del festival Rototom Sunsplash. / Rototom Festival

Finalmente, el director del festival, Filippo Giunta, también opinaba, en castellano e italiano, en su perfil de Facebook.

“Sinceramente, nos habría gustado tener con nosotros a Matisyahu para compartir con él mensajes de paz y de fraternidad universal. El hecho es que, en cierto modo, nos hemos encontrado entre dos extremismos: por un lado una asociación que no atiende a razones [en referencia a BDS y su llamado al boicot] y que trata todo con un ‘o con nosotros o contra nosotros’. Y por otro lado un artista que, frente a nuestra simple (y legítima) pregunta de condena de la guerra como instrumento de resolución de los conflictos (de todas las guerras) ha evitado repetidamente responder”.

“Lamentablemente, tras días de desilusiones, nos hemos dado cuenta de que este concierto únicamente habría traído consigo desencuentro, incomprensión, intolerancia e intransigencia. Y hemos decidido anularlo. No hemos dicho no a Matisyahu como hebreo o como sionista, sino simplemente hemos considerado inadecuado albergar algo que habría generado con certeza un conflicto, sin ninguna posibilidad de diálogo”.

Lea la editorial de Protestante Digital sobre este caso aquí. 

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