50 años de "A Love Supreme"

John Coltrane cambió su fe por una constante búsqueda de respuestas. En ese camino grabó el que llegó a ser referente de música espiritual.

Samuel Arjona

MADRID · 08 DE DICIEMBRE DE 2014 · 19:55

,John Coltrane  A Love Supreme

Este 9 de diciembre se cumple medio siglo de una sesión de grabación que de alguna manera redefinió la música y amplió sus posibilidades. John Coltrane, que había pasado varios días aislado escribiendo el material, McCoy Tyner, Jimmy Garrison y Elvin Jones, acudieron al estudio que Rudy Van Gelder tenía en Englewoods Cliffs, New Jersey, con el respaldo y protección de Bob Thielde, productor de Impulse!, el valiente sello que propició el acontecimiento.

Desde entonces la percepción global que del resultado de esa grabación se tiene ha ido evolucionando hasta convertirse en una de las obras de arte cumbres del pasado siglo y que bien podría ser elegida si hubiera que escoger solo un representante de toda la música creada en el siglo XX para explicar la evolución en la historia de éste arte.

Una valoración que va desde la incomprensión mayoritaria que generó en su lanzamiento, etiquetado el LP como jazz de vanguardia y disfrutable solo para los ya iniciados, hasta llegar a ser el referente de música espiritual que es hoy día y que además no dudan en hacer suyo toda clase de ideologías, religiones o sectores sociales.

Las claves que se sumaron para que ocurriera lo extraordinario podrían ser las siguientes:

- La formación como músico de Coltrane y su personalidad.

Desde edad muy temprana, Coltrane abraza lo que la disciplina musical aporta como refugio, era una cuestión de supervivencia. En poco tiempo perdió a todas las figuras masculinas de su entorno, su padre, su tío y su abuelo. Éste último, su mayor influencia en cuanto a actitud y valores en su vida. Sin  poder comprender lo sucedido y emocionalmente a solas con su madre desde ese momento, reacciona rompiendo con todo lo que hasta ese momento consideraba establecido en su vida, incluyendo la educación en el seno de una comunidad y familia evangélica. Sería habitual encontrarle leyendo el Pentateuco, la Tora o las memorias de algún gurú destacado, Jesucristo parece quedar ausente y descartado en su memoria. El tiempo y dedicación lo va emplear replanteándoselo todo y buscando su verdad, una búsqueda siempre continua, a través de la experiencia y de las emociones. Eligiendo su único modo de comunicación: las infinitas posibilidades expresivas que encuentra en la música, que como la vida misma, será un camino lleno de dificultades a superar a base de perseverancia, inquietud y honestidad.

Un camino en el que iría haciendo suyo lo que más le fuera interesando, tanto de los considerados maestros clásicos como de sus contemporáneos, con la extraña virtud de no acotar géneros o lugares de procedencia. Tan solo usaba el filtro de percibir sinceridad en lo que escuchaba, añadiendo un incansable inconformismo. Quizás el mejor ejemplo de imposible encasillamiento sea su rechazo a continuar en el quinteto de Miles Davis, con quien participó en la grabación del mítico "Kind of Blue" y que hacía las delicias de los críticos y aficionados. Pero su cabeza seguía buscando, explorando, ya se encontraba en otro sitio.

- El resto de músicos del cuarteto. Tanto Tyner, jovencísimo pianista, como Jimmy Garrison, exultante contrabajista lleno de fuerza, y Elvin Jones, nadie ha expresado tanta libertad rítmica y matices sentado en una batería, llevaban cinco años junto a Coltrane, tocando cada noche y con objetivo estético común.

- Las características del contrato de Coltrane con el sello Impulse! y la relación de confianza absoluta que tuvo con el productor Bob Thielde. Era impensable que un músico tuviera el control absoluto de lo que grababa, siempre acosado por el estudio y obligado a someterse a unas directrices. Algo como "A Love Supreme" es poco probable que hubiera sido posible en ese ambiente.

- El técnico de sonido, Rudy Van Gelder. La obsesión profesional de Van Gelder se puede decir que coincidía con la de Coltrane: expresar la verdad. Van Gelder supo como nadie registrar cómo sonaba cada instrumento, la realidad de cada músico. Música sin artificio.

- La capacidad de Coltrane de saber escoger entre todo el material grabado. Si hablamos de Jazz, hablamos de una música en constante mutación. No hay dos tomas iguales, aunque se trate de los mismos músicos volviendo a interpretar la misma obra. Hubo otras tomas y hubo otra sesión al día siguiente, descartada. Si la decisión hubiese sido diferente ya no estaríamos hablando de la misma obra.

La intención lograda de Coltrane fue ofrecer una experiencia extenuante y sensorial, inyectar estímulos que conecten al oyente con ese amor supremo. Materializa y expone un diálogo con Dios que atraviesa diferentes estados de ánimo y en el que sobre todo lanza preguntas, una actitud que recuerda a la de Unamuno o Bergman en sus respectivas disciplinas y obras.

Concluye "A Love Supreme" con un salmo de agradecimiento, pero el agradecimiento sin obediencia normalmente desemboca en confusión y tristeza y es que John Coltrane cambió su fe por una constante búsqueda de respuestas.

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