El megamuseo de la Biblia crea polémica

La Fundación para la Libertad  Religiosa ve "un desperdicio de dinero" para "un cuento de hadas” y peligro de unificar “religión y gobierno” por cercanía a Casa Blanca y Capitolio.

BBC · EE.UU. · 21 DE OCTUBRE DE 2014 · 20:00

El exterior del Museo de la Biblia en Washington, según el proyecto / BBC,Museo Biblia
El exterior del Museo de la Biblia en Washington, según el proyecto / BBC

En pleno corazón de Washington, junto a la Casa Blanca y el Capitolio, un proyecto de 800 millones de dólares y casi 40.000 metros cuadrados comienza a tomar forma: un museo de ocho pisos dedicado a la Biblia.

El lugar tiene el objetivo de estudiar "el impacto, la historia y la narrativa" del texto sagrado del cristianismo y el judaísmo a través de una serie de exhibiciones de alta tecnología que están basadas en una colección privada de más de 40.000 objetos.

La idea del proyecto fue de Steve Green, un empresario y cristiano evangélico a cuya familia pertenece una cadena de 600 almacenes de manualidades llamada Hobby Lobby, que asegura en su página web "honrar al Señor" de una manera consistente con los principios bíblicos.

LA POLÉMICA

Está previsto que el centro abra sus puertas en 2017, pero desde ya, cuando todavía se encuentra en sus primeras fases, está generando polémica en Estados Unidos.

Que Green sea creyente convencido es uno de los motivos que preocupan a quienes han expresado sus dudas por el museo y por los límites entre educar sobre este libro y evangelizar sobre él.

Ante esto, el equipo de trabajo de Green asegura que no busca hacer proselitismo y que el museo no será sectario, pero hay quienes consideran que será un "vehículo para que los evangélicos como Green y su junta directiva promuevan su agenda a expensas de la tradición de tolerancia y libertad religiosa en EE.UU.", como expresó un lector del diario The Washington Post en una carta.

Y no se trata solo de lectores. Algunas organizaciones que promueven la separación entre la Iglesia y el Estado también han rechazado el proyecto, como la Fundación para la Libertad de la Religión (FFRF, por sus siglas en inglés).

Su copresidenta, Annie Laurie Gaylor, le dijo a BBC Mundo que el museo "es un desperdicio de dinero de proporciones bíblicas". "Creemos que la Biblia es un cuento de hadas de los Hermanos Grimm, así como un libro que está reteniendo a nuestra nación", asegura.

Gaylor también considera problemática la cercanía geográfica del museo con las principales instituciones gubernamentales en Washington.

"Ciertamente tenemos libertad de religión y Hobby Lobby puede abrir un museo de la Biblia, pero le pediríamos al público que considere los motivos detrás de él, que es hacer lobby en el Congreso para la unificación de la religión y el gobierno".

Este es un argumento que rechazan los organizadores del museo y, como dijo su director ejecutivo, Cary Summers, el proyecto no tiene una agenda y está en la capital simplemente por estrategia, para atraer el mayor número de visitantes posibles.

Summers agrega que el museo tampoco está buscando evangelizar, califica las críticas de "especulación" y asegura que la decisiones no serán tomadas por Green solamente sino por una junta con intereses variados. "Queremos que las personas se interesen por la Biblia", asegura. "Lo que hagan con eso después depende de ellas".

 

Uno de los ejemplares incunables medievales de la Biblia de la colección de Green / BBC

ALTO INTERÉS CULTURAL

La Biblia "sigue teniendo una distribución muy amplia, más que cualquier otro libro que haya sido impreso, así que creemos que esto es significativo y justifica la importancia de que nosotros tratemos de presentar su historia" dice Summers.

Según la página web del proyecto, y al margen de las especulaciones, entre la colección de Green se encuentran por ejemplo manuscritos medievales de los siglos XIII a XV.

El contenido del Museo estará basado en algunos de los objetos de la colección que desde 2009 ha acumulado Green: desde tabletas cuneiformes hasta papiros con fragmentos del Nuevo Testamento, pasando por manuscritos iluminados, incunables y cerámicas del periodo neolítico.

Como preámbulo, algunos de los objetos han sido presentados en exposiciones itinerantes en distintas ciudades y los organizadores argumentan que el proyecto va de la mano con la investigación académica y el desarrollo de un currículo escolar bíblico.

Pero aún faltan varios años para que el proyecto esté terminado y Washington tenga un nuevo museo a pocos pasos de su famosa explanada. Será tras su inauguración que los visitantes podrán determinar si les parece un "desperdicio", como dicen los críticos, o una experiencia "única" y "memorable", como dicen sus organizadores.

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