Exposición sobre catolicismo y erótica medieval en París

La Iglesia católica consentía prácticas sexuales ahora censuradas, como la prostitución, y cerca de un 30 por ciento de los sacerdotes vivía en concubinato.

FRANCIA · 22 DE JUNIO DE 2014 · 22:00

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	J&oacute;venes protagonistas del Decamer&oacute;n / John William Waterhouse, A Tale from Decameron, 1916, Lady Lever Art Gallery, Liverpool</p>
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Jóvenes protagonistas del Decamerón / John William Waterhouse, A Tale from Decameron, 1916, Lady Lever Art Gallery, Liverpool

Las costumbres amatorias y secuales de la Edad Media se presentan bajo un enfoque inédito en una exposición en París que busca derribar estereotipos de la sexualidad medieval. "L'amour courtois" ("El amor cortés"), que puede visitarse hasta el próximo 9 de noviembre en la Torre Jean Sans Peur, consiste en un conjunto de ilustraciones de manuscritos medievales acompañadas de textos orientados a arrojar luz sobre la práctica del sexo en esa época. Se trata, según la responsable de comunicación, Agnès Lavoye-Nbeoui, de "un período de la Historia muy desconocido por su larga extensión". La historiadora Danièle Alexandre-Bidon, comisaria encargada de seleccionar las imágenes de la muestra, escogió muchas de las ilustraciones presentes en el libro del siglo XIV "Decamerón" del italiano Giovanni Bocaccio, que narra numerosas historias de erótica y de transgresiones de la moral por parte de hombres y mujeres. La Iglesia católica, refiere la muestra, consentía además en esta época ciertas prácticas sexuales ahora censuradas, como la prostitución femenina, porque, según refleja la muestra, se consideraba “un oficio de salubridad pública y una importante actividad económica”. En la Edad Media, entre los siglos V y XV, hubo "períodos más liberales de lo que se cree", en los que se cuestionaba el celibato eclesiástico y cerca de un 30 por ciento de los sacerdotes vivía en concubinato, asevera Lavoye-Nbeoui. Aunque la doctrina religiosa oficial no fue permisiva de forma absoluta, y por ejemplo marcó reglas de calendario litúrgico como la prohibición del sexo durante dos tercios del año por respeto al calendario católico (Cuaresma y otros). Otra restricción es que la única posición sexual permitida era la "natural", en la que el esposo se extendía sobre su mujer con el único objetivo de procrear, y los clérigos tenían la obligación de instruirse en todas las posturas conocidas para poder imponer las penitencias para quienes no cumpliesen con la doctrina sexual. El adulterio, aunque era un pecado reconocido, solo se condenaba cuando lo cometía una mujer, a las que se solía sancionar con el pago de una multa, mientras que sobre el hombre adúltero no caían reprimendas porque su error era visto como una falta "espiritual". Fue a raíz de la expansión del protestantismo de Martín Lutero, en el siglo XVI, cuando comenzó a imponerse una doctrina más estricta para combatir el desorden moral y la liberalidad sexual, a la vez que admitía el sexo como positivo dentro del matrimonio, y admitido para pastores y ex monjas que se casaban.

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