La religión de William Shakespeare era Jesús

“Confío mi alma a Dios mi creador, esperando y creyendo firmemente que, por los méritos de Jesucristo, seré admitido a participar de la vida eterna”, dejó Shakespeare en su testamento, un mes antes de morir.

LONDRES · 17 DE ABRIL DE 2013 · 22:00

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Se sabe que William Shakespeare fue bautizado en la Iglesia de la Santa Trinidad de Stratford-upon-Avon el 26 de abril de 1564, pero como no se conoce el día exacto en que nació, su cumpleaños se celebra (por todo lo alto) el fin de semana anterior. Así ocurre tanto en Londres, donde triunfó como actor y dramaturgo, como en su ciudad natal, donde no se puede dar un paso sin toparse con la huella del escritor más famoso de todos los tiempos. William Shakespeare fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. y es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal. La New Encyclopædia Britannica señala que "muchos lo consideran el mayor dramaturgo de todos los tiempos. Sus piezas [...] se representan más veces y en mayor número de naciones que las de cualquier otro escritor". Las obras de Shakespeare han sido traducidas a las principales lenguas y sus piezas dramáticas continúan representándose por todo el mundo. Además, muchas citas y aforismos de sus obras han pasado a formar parte del uso cotidiano, tanto en el inglés como en otros idiomas. Con el paso del tiempo, se ha especulado mucho sobre su vida, cuestionando su sexualidad, su afiliación religiosa, e incluso, la autoría de sus obras. ¿QUÉ RELIGIÓN TENÍA SHAKESPEARE? La religión en ShakespeareEn 1559, cinco años antes del nacimiento de Shakespeare, durante el reinado de Isabel I, la Iglesia de Inglaterra se separó definitivamente, tras un período de incertidumbre, de la Iglesia Católica. Explica el escritor e intelectual Juan Antonio Monroy que "Las ideas religiosas de Shakespeare, sus convicciones espirituales, su fe en el más allá, forman en conjunto un tema que los críticos y biógrafos del poeta eluden en su mayoría o no tratan con la debida precisión". “Aún está por hacer este trabajo en la vasta bibliografía shakespeariana. Es cierto que se han llevado a cabo algunos estudios imparciales para esclarecer las ideas religiosas de Shakespeare, pero estos estudios no abordan el problema en toda su amplitud”. Paul Claudel llegó a decir que “la fe se hallaba tan ausente del teatro de Shakespeare como si el Evangelio jamás hubiese sido predicado a los hombres”. Pero replica Monroy “¡Mentira! Como mienten también quienes quieren un Shakespeare católico o protestante, pretendiendo interpretar su pensamiento al tiempo que prescinden de sus propias palabras”. El ansia de inmortalidad, seguridad en la otra vida, reconocimiento de la salvación del alma por el cuerpo que Cristo entregó voluntariamente en la cruz, son temas que figuran en el esplendente testamento redactado un mes antes de su muerte, el 25 de marzo de 1616, según relata Monroy en otro artículo: El original, escrito a pluma con letra muy pequeña y la traducción al español se reproducen en el tercer tomo del Diccionario de escritores. Estos fueron los últimos pensamientos del dramaturgo más grande y más profundo de todos los tiempos, el inglés William Shakespeare: “En el nombre de Dios ¡amén! Yo, William Shakespeare, de Stratford-on Avon en el condado de Warwick, gentilhombre, en perfecta salud y memoria, gracias a Dios, hago y ordeno mis últimas voluntades y testamento del temor y forma siguientes: Declaro ante todo que confío mi alma a Dios mi creador, esperando y creyendo firmemente que, por los méritos de Jesucristo, seré admitido a participar de la vida eterna, y entrego mi cuerpo a la tierra de que está hecho”. DOCE FRASES CÉLEBRES DE W. SHAKESPEARE 1.- Las palabras sin afectos, nunca llegarán a oídos de Dios 2.- Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras. 3.- El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos. 4.- Un hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto. 5.- Somos del mismo material del que se tejen los sueños. 6.- Ser honrado tal como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil. 7.- Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez. 8.- Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar. 9.- Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien. 10.- No ensucies la fuente donde has apagado tu sed. 11.- Mi corona está en mi corazón, no en mi cabeza. 12.-Hasta la propia virtud se convierte en vicio cuando es mal aplicada.

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