Una calle en Ares para Arturo y Eloísa Ginnins

El ayuntamiento también descubrió una placa en la fachada de la iglesia que pastoreó este matrimonio de misioneros ingleses, que dejó una profunda huella en la villa gallega.

Beatriz Garrido

A CORUÑA · 28 DE JULIO DE 2017 · 08:00

El momento de descubrir la placa,placa Ares, Arturo Ginnins
El momento de descubrir la placa

Este 25 de julio de 2017, en la Villa de Ares, el alcalde Julio Iglesias, en representación de todo el Ayuntamiento, descubrió una placa colocada en la fachada de la capilla evangélica en recuerdo de Arturo y Eloísa Ginnins.

También quedó inaugurada una nueva calle, cuyo rótulo pone “Rúa Arturo e Eloísa  Ginnins”

Arturo y Eloísa Ginnins fueron misioneros evangélicos ingleses “que se dejaron la piel la mayor parte del tiempo de sus vidas, en Ares. No sólo sirviendo a Dios en el sentido más estricto de la palabra, sino sirviendo a un lugar dejando un ejemplo de vida, conducta, y ayuda práctica en todos los sentidos, que llega hasta el día de hoy”, dice Bea Garrido.

Su coche servía para cualquier necesidad del pueblo; ella era enfermera y comadrona, y desde su profesión o en cualquier área siempre ayudaba en cualquier necesidad.

En los tiempos convulsos de la guerra y postguerra civil en España, ayudaban económicamente a sus conciudadanos con lo que les llegaba de Inglaterra, y protegían con la bandera inglesa muchos lugares para poder predicar.

Marcharon ya a una edad avanzada para su Inglaterra natal.

En homenaje y recuerdo suyo, les dejamos con un artículo escrito por Beatriz Garrido.

 

EN RECORDO DE D. ARTURO E DNA. ELOÍSA GINNINS….. AOS BOS E XENEROSOS

Bea Garrido

“Quiero ver a Jesucristo, mi precioso Salvador,

ver la faz de mi Maestro quien por mi su vida dio.

Quiero ver el alto cielo, ver el trono de mi Dios:

Viviré en esas tierras de eterno gozo y paz…

¡¡Quiero dar a Jesucristo todo lo que tengo y soy!!.....

Quiero ver aquellas tierras, donde sombras ya no habrá….

¡Quiero estar en las moradas de Jesús mi Salvador!”

En el día de ayer, 25 de Julio de 2017, celebrábamos en lo que es, y ha sido la Villa marinera más especial del mundo para mi, Ares, el día principal de las …. Casi prefiero llamarles Cultos anuales y especiales, de la Iglesia Evangélica en ese paradisíaco lugar. En un día entre nubes y sol, como ha sido el de ayer, después del culto de la mañana, pudimos asistir con muchísimo gozo en el corazón, y a la vista de todo el público por parte del alcalde de Ares, Julio Iglesias, en representación de todo el Ayuntamiento, del descubrimiento de una preciosa placa, justo en medio de la fachada de la capilla:

 

Un detalle de la placa en la fachada de la iglesia

CONCELLLO DE ARES (Con escudo incluido)

EN RECORDO DE D. ARTURO E DNA. ELOÍSA     GINNINS

ARES, 25 DE XULIO DE 2017

También quedó inaugurada y al descubierto, a un lado y otro de la preciosa y bastante grande calle, el nombre nuevo de la misma, bien clarito en la placa..

RÚA

ARTURO E ELOÍSA GINNINS

Aos bos e xenerosos

 

La nueva calle

Creo firmemente que es de lo más sabio, bueno desde un punto de vista sicológico, y hasta excelente desde un punto de vista cristiano, el poder contemplar todo lo que sucede en nuestra vida en su justa medida y dimensión correcta; aunque muchas veces nos pueda el corazón.

Cuando miramos hacía nuestro pasado, es fácil caer en el error de magnificar demasiado, tanto las cosas buenas como las no tan buenas ¡no es sabio ni sano!

Lo mismo sucede con nuestro presente, e incluso con nuestro futuro. En ocasiones no vemos con suficiente claridad el camino que estamos transitando, y en otras ocasiones nos preocupamos en exceso por un futuro incierto a nuestros ojos, pero bien seguro en las manos de un Dios fiel que cuida de Sus hijos y tiene todo en control.

No soy historiadora, ni siquiera licenciada en historia; así que lo único que pretendo desde este entrañable escrito, es recoger algunos datos y alguna vivencia personal, demasiado preciosa como para obviarla.

No he tenido el gusto, placer y privilegio de conocer personalmente a Arturo y Eloísa Ginnins, siervos de Dios ingleses que se dejaron la piel la mayor parte del tiempo de sus vidas, en Ares. No sólo sirviendo a Dios en el sentido más estricto de la palabra, sino sirviendo a un lugar dejando un ejemplo de vida, conducta, y ayuda práctica en todos los sentidos, que llega hasta el día de hoy.

¡Sí! Tengo que reconocer que los recuerdos más…. Preciosos que guardo dentro, se encuentran en las neuronas más frescas de mi cerebro… En aquella preciosa Villa marinera, hoy convertida en… Casi diría una ciudad dormitorio, de Ares. De allí provengo por parte de toda la familia de mi padre, y allí están ligados mis más profundos recuerdos maravillosos de iglesia y vida. Allí me presentaron al Señor, allí me bautizaron, allí le prometí a mi Señor con 17 años que mi vida sería por entero para Su servicio…. Allí quise ir a casarme…. Y quizá mis recuerdos no sean totalmente objetivos; pero son lo más delicioso del mundo.

No llegué a conocer a los esposos Ginnins por edad, marcharon ya mayores para su Inglaterra natal, antes de que yo hubiera nacido; pero es como si los conociera desde siempre.

Al día de hoy, no sólo personas de la Iglesia más jóvenes que yo; sino personas del propio pueblo, tal como el alcalde, recuerdan a estas maravillosas gentes, a través del recuerdo, y de lo que contaban sus padres o abuelos, del mismo modo que me sucede a mi.

Siempre decía mi padre, que D. Arturo, jamás le quitaban el “Don” era un inglés atípico totalmente. Era un pícnico en toda regla, gordito, siempre sonriente, simpático, siempre con ganas de comer….

Hay una anécdota real muy conocida:

Cuentan que en una ocasión, no sé que había sucedido que algo no demasiado bueno le llamaron al Sr. Ginnins. El, respondió con mucha gracia…… “A mi que me llamen lo que quieran, con tal de que me llamen siempre a la hora de comer”

Dña. Eloísa era diferente, venía de una familia inglesa de rancio abolengo, y en todas sus fotos aparece muy derecha, era más alta que su esposo, con una postura muy elegante, y las manos colocadas sobre su regazo de un modo increíblemente bello.

También es bien conocida por muchos una historia real muy simpática:

En algún momento, se le acerco alguien con muy buenas intenciones a D. Arturo…. “Mire , tengo una idea fantástica para que la capilla se le llene, primero se hace una buena convocatoria al culto. Cuando la gente llegue, usted predica. Luego, separamos los bancos y su esposa se pone a tocar el órgano, entonces hacemos un baile… Y…. “Cuando culto, culto; y cuando baile, baile”

Cuenta la gente mayor que el coche de estos maravillosos esposos era el coche para cualquier necesidad del pueblo: ella era enfermera y comadrona, siempre ayudaba en cualquier necesidad… En tiempos demasiado convulsos de guerra y postguerra civil en España, ayudaban económicamente con lo que les llegaba de Inglaterra, cubrían con la bandera inglesa muchos lugares para poder predicar, enseñaron en lo divino y en lo humano, pero sobre todo mostraron con su predicación y sus vidas el mensaje del Evangelio.

Personalmente y en mi familia de origen, de modo muy especial mu abuela, no había día en el que no saliera a relucir el nombre de Dña. Eloísa, que si esto, que si lo otro… Y ni quiero contaros a la hora de tener a mis hijos. Recuerdo, no se si entre risas o, con lágrimas entremezcladas, algo que me hizo mi abuela cuando tuve a mi primera hija. En los primeras semanas….. ¡Aisssss!…. Me iba a casa de mi mami donde también vivía mi abuela…. ¡Benditos tiempos! Después de cada toma en la lactancia materna, me venía con una taza muy caliente de leche que me decía que era muy bueno y necesario.

Recuerdo que aquello me sabía demasiado fuerte, dulce y cargado, hasta que comencé a sentirme mal. Resultó ser que cada tres o cuatro horas, mi abuela me hacía tragar la consabida taza de leche a la que descubrimos que le añadía un huevo crudo y mezclaba con miel para disimular el sabor….. Yo no sé si aquella receta que casi acaba conmigo era de mi propia abuela, o como todo lo de ella se lo había enseñado Dña. Eloísa… Un tanto a su modo… Pero son recuerdos inolvidables que me hacen ver el respeto que le tenía, como aceptaban como ley sus consejos y enseñanzas, y todo lo que le marcó para bien, a ella y a generaciones sucesivas, ¡¡incluso a mi!!

Podría escribir tanto y tanto en tono personal, pero no os preocupéis que no lo voy a hacer. Simplemente he querido recoger todo lo que sucedió en el día de ayer, y recordar un poquito, la bendición de personas que lo dejaron absolutamente todo, y de un modo sencillo y sin ningún tipo de alarde, han marcado muchas vidas, con el ejemplo de las suyas propias.

Quiero terminar del mismo modo que comencé, simplemente con parte preciosa de una estrofa del himno del que os puse un poquito de letra. Desconozco quien lo escribió, y no he encontrado nada tal y como yo lo he conocido, es el himno por antonomasia de la Iglesia Evangélica en Ares, iglesia de voces maravillosas, sobre todo en tiempos pasados. Hay una estrofa muy especial para mi, y espero que mi memoria no me traicione demasiado.

Cada vez que vamos a Ares, procuro pedir que se cante y todavía puedo observar como la iglesia entera se enardece, comenzando por mi misma, aunque sea todo mucho más antiguo que yo…. Qué ya no tengo 20..…. Pero que expresa la vida de los esposos Ginnins, los Davis, de tantos otros…. Y de la mía propia, que salí de aquella misma “cantera”

Quiero dar a Jesucristo,

Todo cuanto tengo y soy…

Quiero ser un mensajero,

Conduciendo al pecador,

A la cruz de Jesucristo

Y a la patria celestial.

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