“No sólo llevamos zapatos, también esperanza”

La Iglesia Bautista de Cerdanyola recogió y llevó 3.500 pares de zapatos para refugiados. Daniel Banyuls explica esta iniciativa y su experiencia entregando el calzado en Slavonski Brod, Croacia.

Daniel Hofkamp

BARCELONA · 09 DE MARZO DE 2016 · 19:00

Voluntarios de la iglesia evangélica en Cerdanyola del Vallés entregan zapatos a refugiados, en Slavonski Brod, Croacia. / Rebost Solidari de Cerdanyola,voluntarios zapatos refugiados
Voluntarios de la iglesia evangélica en Cerdanyola del Vallés entregan zapatos a refugiados, en Slavonski Brod, Croacia. / Rebost Solidari de Cerdanyola

Los miles de refugiados que han llegado a Europa en los últimos meses tienen muchas necesidades: alojamiento, alimento, o atención médica, y además zapatos. Sobre todo, zapatos para hombres, que son un producto escaso en algunos de los campos de refugiados.

Conociendo esta necesidad la iglesia evangélica bautista de Cerdanyola, situada en las afueras de la ciudad de Barcelona, ha hecho ya dos recogidas de zapatos, destinados a los refugiados que se encuentran en el mayor campo en Croacia, en Slavonski Brod.

Un equipo de voluntarios de la iglesia acaba de regresar, donde fueron con una furgoneta cargada de zapatos recogidos en las últimas semanas, con la colaboración de muchísimos vecinos y amigos que han querido aportar de esta forma práctica. Daniel Banyuls, el pastor de la iglesia, nos ha explicado detalles de esta iniciativa.

 

P. Daniel, quisiéramos saber en primer lugar cómo se ha desarrollado esta segunda fase de recogida de zapatos.

R. Ha tenido una respuesta muy positiva de la gente. Difundimos la campaña en redes sociales, y algunos medios de comunicación locales también se hicieron eco. Han sido muchísimas las personas que se han acercado al Rebost Solidari -que viene a ser el brazo social de la iglesia- para contribuir. Hemos cargado una furgoneta con zapatos de hombre, que es la principal necesidad y lo que el Ministro de Interior del país, Ranko Ostojic, nos pidió específicamente.

Mucha gente ha respondido entregando zapatos buenos, y algunos hasta han entregado zapatos nuevos, comprados específicamente para esto. Logramos llenar la furgoneta con 3.500 pares de zapatos y partimos para entregarlos en persona.

 

Daniel Banyuls, junto a otros voluntarios, en Slavonski Brod. / Rebost Solidari

P. ¿Qué es lo que os habéis encontrado en el campo de Slavonski Brod?

R. Es un campo de refugiados oficial, por lo tanto hay una gran presencia militar y policial, intentando controlar todo. Durante este segundo viaje nos han dado muchas facilidades para entregar los zapatos a los refugiados, para poder grabar y sacar fotos de la entrega, algo que hacemos para que quede un registro de nuestra labor y para que las personas que han donado vean que se ha llegado con la ayuda directamente a los refugiados.

Entregamos aproximadamente un 10 por ciento de los pares de zapatos que llevábamos, y el resto lo dejamos para que lo gestionen las ONG evangélicas que están trabajando en el lugar. Allí sigue llegando y pasando mucha gente, así que es probable que todo lo que se dejó lo agoten en poco tiempo.

 

Hay mucha necesidad de zapatos masculinos. / Rebost Solidari

En el campo de refugiados ves a las personas, que han huido de situaciones difíciles, y te das cuenta de su situación. Por una parte sienten alivio de estar en Europa, pero a la vez decepción, al no encontrar la Europa que los recibe con los brazos abiertos que podrían esperar.

Además se nota que están pendientes de lo que pueda suceder en el ámbito político y que les pueda afectar. Hace unos días ya circulaba allí el rumor de que se cerraría la frontera de Macedonia, como ha sucedido. Todo esto genera ansiedad en estas personas que ya han sufrido mucho.

 

P. ¿Cómo han reaccionado los miembros de la iglesia ante esta iniciativa?

R. Ha sido muy bueno para la iglesia, para tomar perspectiva de cómo se puede ayudar a personas necesitadas. Como los voluntarios que hemos ido a llevar los zapatos pertenecemos a la iglesia, los demás miembros han estado muy pendientes. Oramos por esta iniciativa, por los refugiados, y lo consideramos también una forma de hacer misión. Estamos llevando no sólo zapatos sino también una ayuda basada en nuestra fe en Jesús.

 

Los zapatos se entregaron en mano a cientos de refugiados. / Rebost Solidari

P. ¿Crees que las iglesias evangélicas en España pueden llevar a cabo iniciativas similares?

R. Sin duda. Nos encantaría ver que otras iglesias puedan llevar a cabo esta u otras iniciativas parecidas, algunas ya lo están haciendo. Nosotros somos una iglesia pequeña, que ha podido hacer esto; pero iglesias más grandes, o denominaciones enteras, pueden ponerse de acuerdo para atender alguna de estas necesidades prácticas que se están presentando ante nosotros.

 

La furgoneta transportó 3.500 pares de zapatos, desde Barcelona a Croacia. / Rebost Solidari

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