Pastores y psicólogos evangélicos, haciendo equipo

El Grupo de Psicólogos Evangélicos en Galicia organiza un encuentro con pastores de la región, para “favorecer un trabajo coordinado y servirnos de apoyo”, nos explica Esteban Figueirido.

Daniel Hofkamp

PONTEVEDRA · 28 DE MAYO DE 2015 · 19:15

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Psicólogos y pastores se reúnen este sábado en el primer encuentro organizado por el Grupo de Psicólogos Evangélicos (GPE) en Galicia, para abordar juntos la tarea de ayudar en el crecimiento integral de la persona.

El encuentro – al que invitan a participar a psicólogos, pastores y cualquier persona involucrada en el cuidado de otros - se convocó ante las “reticencias y posturas extremas” que se producen a veces, tanto desde el ámbito pastoral como el psicológico, que “dificultan utilizar todo el potencial que supone un trabajo bien coordinado y delimitado”, explicaba el GPE en una carta.

Con la intención de conocerse, intercambiar inquietudes y reflexionar sobre el trabajo en equipo, el Grupo de Psicólogos Evangélicos organiza este evento en el que se tratará el tema “Integrando la labor pastoral y la atención psicológica profesional”, con coloquios y ponencias de Julio Torres, pastor de la iglesia evangélica de Marín, y Esteban Figueirido, psicólogo y anciano en la iglesia evangélica que se reúne en C/Colombia en Vigo, quien contesta a Protestante Digital algunas preguntas sobre esta iniciativa.

 

Pregunta. ¿Es el primer encuentro que realizáis en Galicia con esta intención de fomentar la colaboración entre pastores y psicólogos?

Respuesta. Sí, es el primero. El Grupo de psicólogos de Galicia nos estamos reuniendo unas cuantas veces al año, desde hace dos años. La inquietud surgió en uno de los encuentros del Grupo de Psicólogos Evangélicos de España, donde se vio la necesidad de promover las reuniones por grupos en diferentes zonas. En Galicia hay entre 10-15 psicólogos y nos animamos a comenzar las reuniones con el objetivo de orar juntos y compartir ciertas luchas que nos encontramos en el trabajo del día a día.

En una de ellas nos dimos cuenta que sería muy bueno presentarnos y acercarnos a los pastores y demás responsables de Galicia, y de ahí la propuesta de éste, que esperamos que sea el primero de muchos más encuentros, que sirva no solo para conocernos, sino para favorecer un trabajo coordinado y servirnos de apoyo en la defensa de la fe que juntos profesamos.

 

P. En la carta, explicáis que se producen a menudo posturas extremas desde ambas partes. ¿Podrías explicarnos qué tipo de mensaje puede estar dándose desde las iglesias contra los psicólogos, y viceversa?

 

Esteban Figueirido.

 R. Pues desgraciadamente como caracteriza la naturaleza humana, somos tendentes a los extremos, y nos falta la sabiduría divina para equilibrar las cosas.

Algunos plantean que nos debatimos entre el peligro de la “demonización de la psicología” y por otro lado la “psicologización de la iglesia”. Dentro de la primera postura nos encontramos a los “antipsicólogos” que van desde los que tienen ciertas reticencias, normalmente basados en experiencias no positivas, principalmente con psicólogos no cristianos, hasta posturas más radicales que creen que la psicología ha venido a ocupar el lugar de Dios o de la Palabra, por lo tanto proviene del Diablo, y por lo tanto aquellos que la practican o no son creyentes o son creyentes que deberían ser excomulgados de las iglesias. Desde esta postura se piensa todas las problemáticas del ser humano que no son físicas, son espirituales y deben ser tratadas con textos de la Palabra o por personas que tiene don de sanidades y discernimiento de espíritus que les permiten detectar el “espíritu de la depresión”, “el de la rebeldía”, “el espíritu del miedo”, etc. No reconocen la psicología como ciencia, y si lo reconocen, queda enmarcada dentro del resto de ciencias que van en contra de la Biblia, desconociendo las múltiples escuelas de psicología que hay, las numerosas técnicas que no son antibíblicas, y no respetando a aquellos que hemos sentido el llamado a servir desde esta profesión para la gloria de Dios y la demostración práctica del amor al prójimo.

Desde el otro polo, por un lado los que “juegan” a ser psicólogos ya que ni tienen la formación ni la acreditación para ello, sobre todo desde el ámbito de la Consejería; y los psicólogos o pastores que quieren meter la psicología en todo, predominando en el contenido de las predicaciones, las dinámicas de grupo, etc, de la vida de la iglesia. En este sentido y, como ejemplo, conocidas son ya las llamadas “constelaciones familiares” y todas las tensiones que ello ha generado. También la utilización a la ligera, en el marco de la Consejería Bíblica, de técnicas psicológicas que requieren de una formación y una supervisión. Pero no solo eso, sino que yendo al otro extremo del planteamiento anterior, se propone el acudir al psicólogo o al psiquiatra a la primera de cambio, buscando que éste resuelva todos los problemas, delegando la responsabilidad de una intervención pastoral, desde el aconsejamiento bíblico, tan necesario y eficaz.

Hay una falta de discernimiento y una huida de responsabilidad, y en mi opinión, cuesta hacer una buena consejería. El cuidado pastoral reclama mucho tiempo de escucha y oración con el hermano o hermana que acompañamos. Lo espiritual, que dicho sea de paso, se haya relacionado con lo físico y lo mental-emocional, debe ser tratado en el contexto del cuidado pastoral, en la congregación, y no es tema de la consulta del psicólogo.

Así que entre estas posturas nos debatimos, pidiendo al psicólogo que respete la labor pastoral, que tenga bien claro los contextos, que busque en lo posible coordinarse con los pastores para que se pueda dar ese trabajo integral atendiendo a todas las dimensiones de la persona y dando prioridad a la espiritual en el caso de pacientes creyentes, y pidiendo al pastor que respete la labor del psicólogo teniendo también claro los contextos y las funciones de cada uno, derivando con sabiduría y sintiendo que el propósito último de cualquier creyente de cualquier profesión es, o debe ser, la gloria de Dios, la extensión de Reino, la sanidad de las criaturas de Dios y la madurez de la persona.

 

R. ¿Consideras que hay herramientas, protocolos, que podrían utilizarse para facilitar la integración de la labor pastoral y psicológica en las iglesias?

P. Algunos han ideado ciertas sugerencias para ese trabajo, pero está muy verde todavía. De todas maneras creo que debe ser flexible a cada zona, a la forma de trabajar de cada psicólogo, pastor, o iglesia. Pero lo importante es la actitud, no creernos que el otro está pisando nuestro terreno sino que formamos parte del mismo equipo. Con esa actitud ya se puede avanzar en como aunar esfuerzos, no solo pensando en las derivaciones sino en el trabajo coordinado en los diferentes ministerios: Consejería, evangelismo, formación, obra social, etc... que ya hace tiempo que está funcionando en muchas iglesias y es de gran bendición.

 

El Primer Encuentro de Psicólogos y Pastores evangélicos de Galicia se celebrará este sábado 30 de mayo, a las 11 horas, en el Centro Cristiano de Santiago de Compostela (Rúa do Hórreo, 87, A Coruña).

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