“Según la Biblia oprimir al necesitado es insultar al Creador”

El proyecto Ágape+ recorre semanalmente las calles de Barcelona visitando a personas en situación de sin hogar y gestiona un piso donde acoge a personas que han vivido en la calle.

Jonatán Soriano

BARCELONA · 29 DE MAYO DE 2015 · 09:56

Uno de los desayunos en el hogar de acogida Manel Pujades. (Foto: Ágape+),Ágape+
Uno de los desayunos en el hogar de acogida Manel Pujades. (Foto: Ágape+)

Es miércoles y hace calor. El sol de mediodía calienta con fuerza. La ciudad se mueve, frenética y latente, caminando firme hacia adelante. Como cada semana, un grupo de personas sale de un pequeño local situado en las entrañas del barrio del Raval. Andan despacio y fijándose en las esquinas de las calles, en el interior de los cajeros automáticos o en un banco. Cuando reconocen a una persona que está viviendo en la calle se acercan y se sientan a su lado para hablar, reír o incluso llorar con ella.

Se trata del programa ‘Tinc Gana’ (Tengo hambre) impulsado por Ágape+, una iniciativa que surge desde la organización cristiana de Ágape impulsada a partir de tres de sus miembros que comparten “la inquietud de seguir desarrollando proyectos con personas en situación de sin hogar”, explica Samuel Palacios, uno de los impulsores de Ágape+. “Con la visión de hacer un trabajo integral de restauración de vida vimos la oportunidad de formalizar un equipo y atrevernos a soñar con más proyectos, animando también a las iglesia y voluntarios”.

La Fundación Arrels cifra en 3.000 las personas que actualmente están durmiendo en las calles de Barcelona. Aunque también deja claro que es una aproximación que no puede tomarse como valor absoluto, puesto que hay zonas a las que no se puede acceder. Este martes tuvo lugar un nuevo recuento de la fundación y en tan sólo dos horas en una noche encontraron a 892 personas durmiendo al raso.

Benjamín Gálvez, Lidia García, Ingrid Soler y Samuel Palacios. El equipo de coordinación de Ágape+. (Foto: Ágape+)

En este contexto, y ante una evidente irresponsabilidad política, el programa ‘Tinc Gana’ surge como un elemento de ruptura con la fría superficialidad de la caridad y contra la deshumanización de politizar el asunto. “Más allá de entregarles comida, ropa u otros materiales que puedan necesitar, nuestro principal objetivo es poder desarrollar una relación personal, auténtica y significativa con estas personas y ofrecerles opciones para poder hacer una transición a una situación mejor”, afirma Lidia García, una de las personas que dirigen el proyecto de Ágape+ junto con Benjamín Gálvez, Ingrid Soler y Samuel. “Una de las frases más repetidas cuando salimos a pasar tiempo con ellos no es ‘tengo hambre, tráeme más la próxima vez’, sino ‘estoy muy sólo, vuelve pronto’. Las personas tienen necesidades de muchos tipos, y tener alimentos o encontrar un techo no soluciona a largo plazo su muy compleja problemática, que a menudo suele tener una profunda base relacional y emocional”, matiza. “En este sentido, la Biblia dice que oprimir al necesitado es insultar a su creador, y cuando salimos a visitar a estas personas a las calles no buscamos otra cosa que transmitirles esta realidad”.

Además de las salidas semanales por las calles, Ágape+ cuenta con el piso de acogida ‘Llar Manel Pujades’ desde 2012, cedido por la Iglesia Evangélica Bautista Bona Nova y puesto en marcha gracias a voluntarios de las organizaciones de Ágape y Gain. Actualmente proporciona alojamiento indefinido a cuatro hombres que han estado antes en situación de sin hogar, además de un supervisor que vela por el buen funcionamiento del día a día en la convivencia. “El objetivo es favorecer su reinserción social, trabajando con una perspectiva integral de la persona, esto es favorecer su desarrollo social, físico, emocional y espiritual”, declara Samuel.

El piso cuanta con un equipo técnico de dos psicólogos que les ayuda cuando lo requieren y, en caso de necesidad, realiza terapia con ellos. “Los usuarios de la ‘llar’ no creen ciertos derechos que tienen y eso les lleva a no expresarse de manera asertiva entre ellos, pero en realidad a poco que se conozcan, y dado que se sienten valorados por todos, se soluciona fácil con un poco de ayuda y mediación del equipo”, asegura Ingrid Soler, directora técnica del hogar Manel Pujades.

El equipo de Ágape+ participando dando una charla en un instituto de Barcelona. (Foto:Ágape+)

Además del hogar del piso y del aprovisionamiento de las necesidades básicas, también se desarrolla un trabajo por crear un ambiente propio de un hogar y que los usuarios adquieren un sentimiento de pertenencia a él. Para ello, un grupo de unos treinta voluntarios se divide en parejas y asiste a cenar al hogar cada noche de la semana, excepto los sábados. El equipo de de coordinación de Ágape+ se encarga de los desayunos de lunes a viernes, en los que algunos días se comparten devocionales. Y durante la semana algunos de los voluntarios también colaboran con talleres de informática e idiomas, por ejemplo.

 Además de los desayunos y las cenas también está la figura de los acompañantes, quienes se encargan de conseguir más confianza y establecer una relación más directa con cada uno de los usuarios. “Buscamos que estas personas puedan volver a tener referentes sólidos en sus vidas y que estos acompañantes puedan apuntarles a Jesús mientras caminan con ellos en su proceso de recuperación”, explica Lidia.

Ágape+ se sostiene con donaciones particulares, tanto de fondos como de recursos. Aunque desde la coordinación aseguran que el motor es un nutrido grupo de voluntarios con el que se trabaja para contrarrestar la pérdida de identidad, de derechos y de dignidad a la que son sometidas por la sociedad. “Las figuras claves son los voluntarios que dan a los usuarios una nueva red de relaciones sanas y el trabajo con proyectos individualizados, que permiten tratar a cada persona según sus necesidades y capacidades”, declara Samuel. El peso de este voluntariado pasa por ofrecer a las personas que se encuentran tanto en la calle como en el hogar de acogida una actitud diferente a la que han recibido de la sociedad. “Siento que puedo formar parte de la solución a un problema que carece de actitud y atención suficiente, y al mismo tiempo veo lo que significa poner en práctica el versículo de amar al prójimo e intentar seguir el ejemplo de Jesús”, afirma Diana Rodríguez, una de las voluntarias del equipo.

Ágape+ también trabaja con iglesias “para que estas sirvan y alcancen a lo más necesitados de su barrio”, y ha asistido como entidad invitada a varios institutos para impartir charlas sobre el proyecto.

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