Anunciar el evangelio y recordar a Lawrence

Este mes de septiembre, Caldes de Montbui recuerda la llegada del misionero George Lawrence, el cual llegó a esta localidad de la provincia de Barcelona en 1873, siendo uno de los pioneros y fundadores del movimiento evangélico, del cual hoy hay dos iglesias locales.

Este 20 de septiembre la asociación “Amics d'en George Lawrence” organizó un acto de recuerdo del misionero en el que se enfatizó la proclamación del mismo mensaje que llevó a Lawrence a esta y otras tierras.

Para los organizadores se trataba de “una forma más de comunicar la fe en Cristo partiendo de un hecho histórico -en este caso- felizmente recuperado en la memoria colectiva de la población”.

El acto se realizó contando con la colaboración de las dos iglesias evangélicas en Caldes de Montbui, además de la contribución especialmente valorada de la iglesia evangélica de Poblenou en Barcelona (calle Llull), que fue todo un ejemplo de inestimable entrega, con Sandra Hernández a la cabeza dirigiendo la parte musical del evento.

Los actos se iniciaron por la mañana con la “Ruta George Lawrence”, observando los lugares por los que el misionero, su familia y colaboradores desarrollaron su labor en la localidad barcelonesa, comparándolos con fotografías antiguas de los mismos, muy cercanas al tiempo en que Lawrence estuvo en Caldes de Montbui.

El Vice-alcalde Vicenç Personat, acompañado de su esposa, dio la bienvenida a los asistentes, y formando parte del grupo siguieron las explicaciones del guía. Una presencia importante para este día de recuerdo fue la de Christina Lawrence, biznieta del colportor.

Hay que resaltar el valor añadido que tuvo dicha ruta, debido a que algunas personas muy conocidas de la población se acercaron a la comitiva dando sus aportaciones sobre el tema de manera muy coloquial y distendida. En el local de la iglesia evangélica fundada por Lawrence, y que casualmente se encuentra en la calle que lleva su nombre, las hermanas mayores de dicha comunidad, Enriqueta Codina y Lidia Gol, intervinieron con exposiciones, que por sencillas no fueron menos interesantes, sobre los beneficios educativos y espirituales que significó para sus antepasados, y por ende para ellas mismas, la escuela y el testimonio de los Lawrence con una expresión muy clara y precisa: “¿Que hubiera sido de sus vidas y de las nuestras si el Evangelio no hubiera llegado a Caldes a través de Lawrence?”.

Por la tarde, el escenario fue totalmente diferente. El marco para el desarrollo del acto programado era la antigua zona disidente del cementerio, en el que 60 personas se apiñaron en su reducido espacio para participar del acto programado, y que fue calificado entre los asistentes como digno, emotivo y rompedor de esquemas preestablecidos.

Entre los presentes se hallaban Quique Esteban de AGDE, y Eliseo Pradales de la coordinadora de las Asambleas de Hermanos, así como representantes del Ayuntamiento de la población: el Vice-alcalde con su esposa, y la concejala de Participación Ciudadana Pilar Aznar. Visualmente, lo más impactante -por el lugar- fue el escenario montado para la ocasión. Los representantes de “Amics d'en George Lawrence”, Òscar Carrión y Joaquim Campistrón, presidiendo el primero y exponiendo el segundo, hicieron en sus intervenciones, un llamado a buscar con afán el avivamiento espiritual que todos necesitamos, y presentando a Cristo como ejemplo supremo e incuestionable del espíritu de colaboración, mostrándolo como la única solución a los retos personales y sociales que tenemos.

Los representantes de las dos iglesias evangélicas de la población, José Manuel Rando y Guillermo Nin, siguieron en la misma línea, resaltando, no la figura de George Lawrence sino su legado, y siendo fieles al mismo, expusieron sin ambages el Evangelio a los asistentes, siendo invitados finalmente por quien presidía el acto a entregarse a Cristo, como lo hicieran el misionero y su equipo cuando vinieron en 1873 a Caldes de Montbui.

Hubo entrega floral en las placas que recuerdan a los discriminados y olvidados por su fe a cargo de Christina Lawrence, ayudada por los adolescentes Michael Carrión y Judit Rando. Y tampoco podía faltar, la emocionada entonación por los presentes del himno compuesto por Elisabeth Lawrence, hija del misionero, que lleva por título “Alcem cristians”. La oración final, seguida del agradecimiento a los presentes y los aplausos espontáneos de los mismos dio por terminado el acto, que sorpresiva y gratamente continuó por un largo rato, en el que se notaban las ganas de los asistentes a continuar saboreándolo y disfrutándolo, ahora, a través de las charlas interpersonales.

Las reacciones de los asistentes al evento expresadas a los organizadores son de lo más gratificante y alentador, demostración fehaciente de que está creciendo el número de personas que se alegran al descubrir el valor del legado de George Lawrence, así como el gozo y disfrute del mismo por dicho descubrimiento.