¿Creer en Jesús… porque tú lo dices?

Durante doce días, los niños del campamento evangélico de Villar hicieron una rigurosa investigación sobre Jesús, la figura central de la historia.

VILLAR (PONTEVEDRA) · 20 DE JULIO DE 2014 · 22:00

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Cuarenta y nueve niños participaron este año del Campamento de Niños de Villar (Pontevedra). Un equipo de dieciséis monitores y otros muchos colaboradores en diferentes áreas se esforzaron durante doce días para compartir algo más que unas vacaciones divertidas. Ya que, aunque como en la mayoría de los campamentos organizados por las iglesias evangélicas en España, los niños tuvieron deportes, juegos, excursiones y muchos momentos divertidos, también pudieron aprender de la vida de Jesús. Para ello, todo el campamento se transformó en la redacción del periódico “Contracorriente”, cuyo objetivo era realizar un amplio reportaje sobre la vida del maestro de Nazaret de hace casi 20 siglos. Un reto que los niños, convertidos en jóvenes periodistas, asumieron con valentía y buena disposición. Para ello contactaron con la redacción de Protestante Digital, que ayudó a los chicos y chicas en su trabajo de investigación, desarrollado en cinco bloques bajo el título “…Porque tú lo dices?”, un lema que les animaba a investigar a fondo sobre Jesús. El primer bloque se refería al nacimiento de Jesús. Para ello, dos monitores se tomaron la molestia de viajar a Israel para recabar datos desde el mismo lugar de los hechos. Otros se quedaron para recibir la visita de un profesor experto en historia, que les explicó asuntos muy interesantes sobre el nacimiento de Jesús, como por ejemplo, que éste había sido anunciado muchos años antes por profetas judíos. Los niños tuvieron a continuación el desafío de presentar la historia del nacimiento con cuatro técnicas diferentes: teatro, títeres, sombras chinas y una gran maqueta del pueblo de Belén. La visita de un rabino el día siguiente sirvió para conocer más aspectos sobre el nacimiento de Jesús, y cómo se trataba de alguien especial. Luego, todo el campamento se preparó para seguir los pasos de los Magos de Oriente, un rastro que los llevó hasta Belén, el lugar donde nació Jesús. Al día siguiente, se enteraron de que Jesús estaba en un monte cercano. Juntos acudieron para escuchar de primera mano sus palabras. “Descubrimos que sus palabras son verdaderas y sus milagros reales”, explican los investigadores. Otra forma de conocer más sobre Jesús era preguntando a personas que lo conocieran muy bien. Así, el domingo, estos jóvenes periodistas se dividieron en ocho equipos para preguntar a los asistentes a la iglesia evangélica de Villar sobre las palabras y milagros del maestro de Galilea. La investigación sobre Jesús iba tomando forma. Quedaban pocos días para terminar y entregar el trabajo, por lo que todos se esforzaron en conocer más cosas sobre Jesús. El equipo descubrió que Jesús nos conoce a cada uno de nosotros, como un pastor conoce a cada una de las ovejas del rebaño, y también descubrieron a doce personajes que eran amigos de Jesús, con los que cenó por última vez en la tierra, y les dejó el encargo de recordar aquella cena hasta su vuelta. Al examinar con cuidado las palabras que dijo, encontraron la forma en la que la gente puede identificar a los seguidores de Jesús. “El secreto está en amar a la gente como Jesús me amó a mí”, fue la conclusión a la que llegaron. “Parece imposible - pero también sabemos que Jesús dijo que ‘nada es imposible’ para Dios”, concluían. Después de varios días, los datos se iban acumulando, así como las declaraciones, los recursos gráficos y las páginas escritas. Los periodistas se pusieron a trabajar arduamente para organizar todo el material recogido. Aparecieron visitas muy importantes de personas que dieron datos fundamentales para entender más sobre Jesús: como Juan el Bautista, que le señaló como “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Un dato que confirma que este Jesús no era un maestro como otros, sino el verdadero hijo de Dios. Finalmente, los participantes pudieron averiguar todo lo relativo a los últimos días de Jesús en la tierra. Por la mañana, los monitores esperaban a todos los niños preparados para lavarles los pies; uno de los últimos gestos de Jesús. Aprendieron el significado del servicio y como en el reino de los cielos el que quiere ser grande es el que tiene que hacerse pequeño y servir a los demás. De primera mano, los jóvenes investigadores pudieron ver el recorrido que hizo Jesús justo antes de su muerte. Pasaron por el huerto donde Jesús oraba, estando muy triste. Allí vieron como un grupo de soldados lo apresaban. Jesús fue llevado a la casa del sumo sacerdote y luego ante Herodes y Pilatos. Este último, aunque dijo que no encontraba motivos para acusar a Jesús, ordenó que lo llevaran a la cruz. Allí padeció hasta morir. “Todo fue para nosotros. ¿Qué podemos hacer nosotros?”, se preguntaban todos. La historia, sin embargo, no se terminó ahí. A la tarde, se encontraron a tres mujeres que con mucha alegría decían que Jesús había resucitado, algo que luego confirmaron los discípulos. Aún Tomás, el que pidió una prueba exhaustiva, y la tuvo al poder ver a Jesús. Por último, los investigadores registraron cómo Jesús se despidió de sus discípulos y ascendió al cielo, prometiendo volver. Pero no los dejó solos: prometió que el Espíritu Santo vendría sobre los que creyesen. A lo largo de la historia, se ha comprobado cómo millones de personas han experimentado esta realidad. Algunos han llegado a sufrir la muerte por esta fe. La conclusión de la investigación es que cualquier persona, tras conocer la vida, historia y mensaje de Jesús, debe tomar una decisión al respecto. Una decisión capaz de cambiar el rumbo de la vida. El campamento, que terminó este viernes, dejó ese desafío para todos los participantes. Al principio, pensaban que sabían mucho sobre Jesús, pero investigar a fondo les ayudó a descubrir que no es un personaje cualquiera, y ese es el mensaje que también se llevan a sus casas.

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