Líderes de las Iglesias de Cristo en España celebraron su encuentro anual

Del 28 de febrero al 2 de marzo se reunieron unas cien personas de esta denominación.

CÁDIZ · 06 DE MARZO DE 2013 · 23:00

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Asistentes al Encuentro anual de líderes de las Iglesias de Cristo.

Formarse en el estudio de la Biblia para luego compartir con otros fue el motivo de que 45 predicadores, ancianos, otros líderes de congregaciones y algunas esposas, todos encuadrados en el Movimiento de Restauración (Iglesias de Cristo), junto a unos 50 hermanos de localidades cercanas, se reunieran en su encuentro anual. Celebrado del 28 de febrero al 2 de marzo en el Hotel Doñana Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, los asistentes acudieron “con intención de alimentarnos de la Palabra y del espíritu, estrechar los lazos de la amistad que nos caracteriza, estudiar la situación actual de nuestro movimiento, conocer una a una el estado de nuestras iglesias, sus problemas, sus inquietudes, sus logros, sus proyectos”, cuenta Juan Antonio Monroy. Jesús Manzano, presidente del Consejo Ejecutivo de las Iglesias de Cristo, dirigió cada momento del Encuentro “con el entusiasmo, la sabiduría y la equidad que le caracteriza”. Hubo dos exposiciones sobre temas devocionales. Estuvieron a cargo de Manuel García (Parla, Madrid), y Moisés Buzón (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz). Los períodos de alabanzas fueron dirigidos por Laurentino García (Madrid), Miguel Perdomo (Chipiona, Cádiz) y Juan Antonio Piñero (Dos Hermanas, Sevilla). Se presentaron también tres conferencias: “La música instrumental en el culto cristiano”, por Manuel de León, (La Felguera, Asturias). “El papel de la mujer en la Iglesia”, por Yolanda Monroy (Coin, Málaga) e “Iglesias de Cristo y Movimiento de Restauración”, por Juan Antonio Monroy, (Madrid). Las tres intervenciones fueron largamente aplaudidas. Finalizada cada una de ellas hubo una hora de coloquio, opiniones, comentarios donde los asistentes expresaron libremente sus ideas en torno a los asuntos expuestos. El presidente anunció dos temas que fueron motivo de consideración. La aportación de las iglesias al fondo nacional y la renovación de los miembros del Consejo Ejecutivo. El fondo nacional se nutre de las contribuciones voluntarias de las congregaciones locales y está destinado a acudir en ayuda de las iglesias que atraviesen por dificultades financieras. Se propuso que todos los miembros del Consejo Ejecutivo fueran renovados en sus cargos por otro período de dos años. Este Consejo está compuesto por Jesús Manzano (Madrid) como presidente, Manuel García (Parla) como Vicepresidente, Vicente Ruiz (Sevilla) como secretario, Manuel de León (Asturias) como tesorero, y José Hinostrosa (Sanlúcar de Barrameda) como vocal. Quedando una vacante de vocal, por dimisión de Hugo Alonso, en su lugar fue elegida por unanimidad Mercedes Zardain. El presidente honorario es Juan Antonio Monroy. UNAS PALABRAS DE ALIENTO Para cerrar su crónica Juan Antonio Monroy comparte esta reflexión: “El autor del segundo Evangelio, Marcos, cuenta de una ocasión en que los discípulos regresaron eufóricos de un viaje misionero e informaron al Maestro del éxito que había tenido su misión. Jesús fue más allá. Siempre va más allá. Conoce el cuerpo humano, fatigado y fatigoso en ocasiones y quiere proporcionarles unos días de descanso: “Venid vosotros aparte a un lugar desierto y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aún tenían tiempo para comer” (Marcos 6:31). “Reflexiona, por favor. Si en aquella sociedad tan reducida los discípulos sufrían la presión y el agobio de las personas, ¿crees que hoy no ocurre lo mismo, a infinitamente mayor escala? ¿Te has interesado alguna vez por conocer la presión y la fatiga en la que vive el predicador de tu iglesia? ¿Las inquietudes que padece día y noche? ¿Lo abrumado que se siente por los problemas de cada miembro y las frustraciones que sufre por no poder resolverlos como quisiera? “Venid… y descansad”, dijo el Maestro a los discípulos”. “Es lo que nosotros hicimos, en parte, en el Encuentro que celebramos en Sanlúcar de Barrameda: descansar un poco de los problemas diarios que surgen en las congregaciones. Hicimos más, estudiamos temas que nos preocupan y aprendimos cosas nuevas. Más hicimos: nos edificamos espiritualmente. Otro más: Salimos de allí siendo más amigos: porque la amistad es un abrazo de perdón, un aplauso que estimula, un encuentro que regocija, una entrega sin calcular y sin cansancio”, concluye Juan Antonio Monroy.

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