Una respuesta ante miradas heridas

El CEM organizó un concurrido evento en el que se denunció la violencia de género y se apuntó al ejemplo de amor de Jesús para construir una sociedad mejor.

MADRID · 03 DE DICIEMBRE DE 2012 · 23:00

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'Mujeres (d)esposadas', obra teatral de Isabel Pavón, se presentó dentro del programa. (Fotos: Asamblea Cristiana de Madrid)

La violencia de género sigue siendo un grave problema en la nuestra sociedad, que tal vez se acostumbra y adormece ante un asunto al que es necesario volver. Con este enfoque se realizó el pasado 23 de noviembre en Madrid un acto en defensa de la dignidad de la mujer y la convivencia en paz entre todas las personas. Lo organizó la Consejería de la Mujer del Consejo Evangélico de Madrid (CEM), y tuvo lugar en el Centro cultural-juvenil “El sitio de mi recreo”, del ayuntamiento de Madrid, en la Villa de Vallecas. Asistieron unas 120 personas. El acto fue abierto por la Consejera de la Mujer del CEM y pastora evangélica, Asun Quintana, con una introducción en la que presentó los escalofriantes datos que hay en torno a la marginación de las mujeres en el mundo y en España, en cuanto a pobreza, violaciones, analfabetismo, asesinatos, tráfico sexual…“En España, casi 70 mujeres son asesinadas anualmente por sus parejas. Este año llevamos 43 mujeres asesinadas víctimas de malos tratos”, dijo la pastora. También reseñó la cotidianeidad de las agresiones y asesinatos, así como las excesivamente altas cifras de maltrato en pleno Siglo XXI. Tras estos datos, reseñó la importancia de celebrar este día que fue oficializado por la ONU en 1999, aunque se celebró por primera vez en el primer encuentro de mujeres feministas en Bogotá, en 1981, y en memoria del asesinato de las hermanas M, activistas asesinadas en República Dominicana. La relación entre los creyentes evangélicos y el cumplimiento de los Derechos Humanos fue reseñado por Asun al recordar que “el cristiano debe estar comprometido e implicado en las causas contra la opresión de los débiles, la injusticia, la violación de derechos…No podemos mirar hacia otro lado, debemos denunciar estas lacras sociales y actuar hasta donde podamos”. EXPRESIONES DIVERSAS PARA UN MISMO OBJETIVO Participó un dúo musical compuesto por Óliver y Elizabeth, dos voces jóvenes e intensas que, interpretando las canciones de Pedro Guerra “Hogar” y de Cristina del Valle “Encadenada”, emocionaron al auditorio. A continuación se presentó la obra “Mujeres (D)esposadas”, de la escritora y poetisa malagueña Isabel Pavón. La obra fue dirigida por Alicia Mendo, y representada por el recién creado grupo de teatro del CEM, formado por miembros de diferentes iglesias evangélicas. La obra tuvo un éxito rotundo al concienciar al público del problema de la violencia de género con una interpretación profunda, escalofriante y realista. Finalmente compartió su testimonio una mujer quien, bajo el seudónimo “La flor del almendro”, ha vivido esta experiencia del maltrato y que afortunadamente está viva. CONCLUSIONES Cerró el acto Asun Quintana, apuntando a la raíz del problema: “la violencia de género existe porque existe una relación desigual entre hombres y mujeres. Existe la injusticia y la injusticia genera odio, y el odio violencia. La paz sólo puede venir cuando hay justicia”. "El problema, por tanto, bajo mi punto de vista, es mucho más profundo y está en el interior de todos los seres humanos. La violencia empieza en la ira, en el odio, en la falta de perdón, el rencor, la venganza… empiezan en pequeños encuentros y desencuentro del día a día. Y como mujer de fe que soy, cristiana convencida, seguidora de Jesús, digo que no debemos permitir que en nombre de ninguna religión se justifique la opresión al débil, o se maltrate a las mujeres, utilizando palabras de la Biblia. Que a nadie se le prive de su dignidad, puesto que es algo que Dios nos dio desde el principio, creándonos a su imagen. Y hemos llegado a convertir en maldición lo que tendría que ser una bendición: la relación hombre-mujer." Y Jesús lo corrobora con sus palabras y su ejemplo "en absoluto machista: con el trato digno y sin discriminación que Él mismo da a las mujeres, rompiendo todos los esquemas de la sociedad de aquella época: enseñando a María de Betania, sentada a sus pies, enseñando a una samaritana, dejándose ungir por una prostituta, dejándose tocar por una mujer con flujo de sangre… etc. Jamás tuvo palabras de reproche ni de juicio para una mujer. Devolvió la dignidad que durante tantos siglos nos ha sido robada. Defendió siempre a las mujeres y a los niños, ensalzó a los pacificadores, y nunca a los violentos", expresó Asun. El problema de la violencia "tenemos que abordarlo desde todas las perspectivas. Pero indudablemente la más importante es ir a la raíz del problema, el corazón del ser humano. Tenemos que cambiar nuestro interior, nuestro corazón. Y eso sólo lo puede hacer Dios". Terminó con la frase de otro gran luchador, protestante, Luther King: “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ciudades - Una respuesta ante miradas heridas