Fallece en Orense con 55 años el pintor Manuel Zapata

Manuel Zapata fue intervenido estos días pasados de una hernia inguinal; en teoría una intervención muy sencilla. Pero surgieron diversas complicaciones tras la cirugía, entre ellas una grave infección hospitalaria. Todo ello finalmente acabó con su vida, de manera inesperada y con la consiguiente conmoción “de todos los que lo queríamos”, comenta su hermano Marcos Zapata, pastor evangélico. La pintura orensana está de luto al perder a uno de sus artistas más destacados con el fallecimiento de Manuel Zapata. El pintor falleció este pasado 16 de octubre a los 55 años. El funeral se realizó ayer en Lugo, donde se procedió a la inhumación en el panteón familiar del cementerio lucense. La obra de Zapata es recordada por la pluralidad de sus composiciones y su capacidad para cambiar de registro. Un buen ejemplo de esta variedad son su exposición “Pintura negra e dura” de gran formato -sobre el mar de Galicia y sus mujeres- y “Os amores invisibles”, que ofrece las tradiciones más ourensanas y su hermoso otoño, estación en la que ha fallecido. En la ciudad de Lugo, donde dio clases en dos centros, expuso sus obras en el Museo Municipal y también en el Centro Cultural de la Diputación, aunque en su trayectoria vital no faltaron experiencias en el extranjero, como el viaje en coche que realizó a China o, ya en 2000, cuando fue a Venezuela durante medio año para realizar un mural en Isla Margarita, entre otras. FAMILIA EVANGÉLICA Su hermano Marcos Zapata es uno de los más conocidos y respetados líderes evangélicos actuales, además de terapeuta familiar y una persona muy comprometida con la obra social. Entre otros muchos aspectos es miembro de la Junta Directiva nacional del movimiento Buenas Noticias, y Presidente de la Comisión de Familia de la Alianza Evangélica Española. Expresa Marcos que “habiendo pasado la muerte de los padres y de una hija, nunca imaginé que la de un hermano fuera tan dolorosa. Mi hermano era excepcional, una personalidad única, un pintor y músico muy reconocido y bohemio, lleno de amigos que lo querían de corazón. Antes de morir pude hablar con él acerca de arreglar cuentas con Dios, y así lo hizo, incluso sorprendiéndome su fe, lo cual me tranquiliza, pero el dolor todavía permanecerá tiempo”.