Lidia Martín, psicóloga: «Hay que convencer a los padres de que niños y adolescentes necesitan límites»

La psicóloga de fe evangélica Lidia Martín Torralba es especialista en educación y familia. En la actualidad también dirige un taller para padres de adolescentes, en el que afrontan distintas perspectivas sobre la educación de los hijos. Lidia Martín considera que los padres el siglo XXI «se posicionan en el lado permisivo» lo que no favorece «ni la motivación ni la consecución de objetivos», dando como resultado el fenómeno de la Generación ni-ni: jóvenes que ni estudian ni trabajan, una situac

MADRID · 01 DE FEBRERO DE 2010 · 23:00

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En la amplia entrevista concedida a emision.net, Lidia Martín aboga por la recuperación de valores como el esfuerzo y la dedicación ante una generación «en la que el Estado de Bienestar nos lo da prácticamente todo». Además, abundó en el papel clave de los padres en la educación de los hijos para impedir situaciones de fracaso, estableciendo límites concretos y reales. GENERACIÓN NI-NI Martín explicó con amplitud la problemática que enfrenta la sociedad ante este fenómeno. «No es un tema trivial» porque «siempre ha habido chicos que no manifestaban interés por los estudios o por trabajar», pero ahora «el entorno es más propicio que nunca: la desesperanza que se vive a nivel social, respecto al futuro, afecta tanto a adultos como a jóvenes». Uno de los problemas que destaca la psicóloga es que no se enfatizan valores «como el esfuerzo y la dedicación por encima de otros que conocemos, como el hedonismo o el vivir aquí y ahora». A esto se le unen «el materialismo y la ley del mínimo esfuerzo en la que se han criado estos chicos, con el Estado de Bienestar que nos lo da prácticamente todo», completando un cuadro que arroja un diagnóstico preocupante. Martín lo resume en una frase «falta perspectiva». Por otra parte, el fracaso escolar «es un problema que no se gesta de la noche a la mañana», explica Martín. Además «la visión negativa de muchos jóvenes hacia el mundo laboral» lleva a muchos a tirar la toalla. Por eso es necesario «crear un entorno en el que no se permita este fracaso escolar, estimulando el estudio, la planificación». Por una parte, la psicóloga considera que se trata de una situación consentida por padres demasiado permisivos. «Antes ni siquiera se podía plantear decir en casa la situación de no querer estudiar ni trabajar, había unas normas no sólo tácitas, sino explícitas, y se demandaba de las nuevas generaciones que se esforzaran para conseguir lo que las anteriores no habían podido por dificultades en el proceso de educación o del trabajo», explica. Sin embargo, estas normas tácitas parecen olvidadas en muchas familias. SIN LÍMITES Parte del problema procede, por tanto, de la educación del «todo vale» que llevan adelante muchos padres. «Hace una décadas estábamos quizá en un excesivo autoritarismo, pero da la impresión que ahora estamos, por la ´ley del pendulazo´, en el extremo opuesto y hay que convencer a los padres de que deben poner límites a los chicos», agrega Martín. La confusión proviene de una estructura familiar «muy heterogénea» lo que lleva a que haya adolescentes que enfrentan «patrones educativos distintos entre los padres, normas distintas, formas de convivencia diferente», un factor que complica la educación de los hijos. La psicóloga defendió un modelo en el que los padres puedan establecer límites claros a sus hijos, ya que «proporcionan altos niveles de seguridad». Aunque a los hijos «les resultan molestos... El sueño de cualquier adolescente sería vivir sin límites», pero sin embargo «suelen valorar mejor cuando los padres saben poner normas a su comportamiento». Martín agrega que el problema surge cuando los padres «no cumplen los criterios de moralidad que les están exigiendo a ellos». Otro de los errores más comunes que cometen los padres es caer en los extremos. «Se puede caer en el exceso de intervencionismo, o en la permisividad absoluta, en una comunicación relacionada con el colegueo... y en estos parámetros a los chicos tampoco les convence, porque ellos no buscan a colegas, buscan allí a sus padres. A veces queriéndoles ver que somos modernos caemos en estos errores», explica Martín. Como consejo final, Martín anima a los padres a buscar la coherencia en su educación, «con equilibrio», sin caer en los extremos e intentando comprender las dificultades de la etapa de la adolescencia. DETECTAR PROBLEMAS Otro de los aspectos que analizó la psicóloga Lidia Martín tiene que ver con la difícil comunicación entre los padres y sus hijos adolescentes, en una etapa en la que están expuestos a cometer errores. «Los chicos siempre mandan señales pero no en nuestro idioma», avisa Martín. «No son niños, pero tampoco adultos... Por eso es importante aprender a leer entre líneas y a hablar su idioma». La comunicación será clave para entender qué está pasando. «Es terrible cuando en una familia dejan de hablarse», lamenta Martín. «A muchos padres -explica- les da miedo hablar de temas espinosos, como el sexo o consumo de sustancias, y sostienen que prefieren no hablarlo por miedo a darles ideas». «No quiero ser demasiado pesimista», agrega Martín, que cree que muchos padres superan la adolescencia de sus hijos «con nota». Y esto, gracias a «que tienen una capacidad personal para la empatía, para saber leer entre líneas, que es el trabajo que nos toca» como padres. «Es necesario desarrollar esta empatía para saber qué le pasa», algo que sólo puede ser posible en un ambiente de comunicación fluida con el joven. TALLERES PARA PADRES El taller para padres que organiza el equipo de Lidia Martín se está impartiendo en Torrejón. Los próximos cursos serán el sábado 20 de febrero y el viernes 19 de marzo. La experiencia hasta ahora ha sido muy positiva, lo que ha animado al equipo organizador a ofrecerlo para aquellos que estén interesados. También a las iglesias, ya que Lidia Martín es de fe evangélica y considera que es más fácil para un creyente tratar estos temas con profesionales de su misma fe. En estos talleres se afronta la educación de los hijos desde aspectos prácticos y actuales. «Surgió por el contacto directo que mantengo con estos problemas familiares», explica Martín, que se proclama una firme defensora de la prevención, por lo que también aconseja esta formación a aquellos padres que aún no han experimentado la adolescencia en sus hijos. A lo largo de cinco horas, se tratan los principales temas para abordar la adolescencia. Aspectos relacionados con el desarrollo mental del adolescente, la comunicación, los límites y normas, y la prevención y detección de problemas. Son talleres en los que no sólo se proporciona información, sino que también hay lugar para coloquios, preguntas y reflexiones en común. A los asistentes se les da materiales por escrito, de modo que puedan consultar lo aprendido en cuanto lo necesiten. Para conocer más sobre la realización de estos talleres, puede contactar con los organizadores escribiendo a [email protected]. MULTIMEDIA Pueden oir aquí la entrevista de Esperanza Suárez a Lidia Martín sobre los padres y la generación ni-ni

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