Huesca: una Iglesia Evangélica da un testimonio ejemplar tras una gran explosión de gas

El pasado día 23 de abril hubo una gran explosión de gas en Huesca. Arrasó las dos últimas plantas de un edificio de cuatro, causando tres muertos y dos heridos graves que evolucionan bien. En la planta baja de ese edificio se encuentra la Iglesia Evangélica Bautista de la ciudad, que sufrió diferentes daños materiales por la explosión.

Zaragoza · 11 DE MAYO DE 2009 · 22:00

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Mateo, pastor de esta iglesia, explica: “En el momento de la explosión estábamos tres de nosotros dentro del local; entre ellos, yo. Vimos la mano de Dios de una forma extraordinaria, pues tan solo cinco minutos antes estábamos en la calle despidiéndonos con este hermano que vive en el tercero y otro más, justo en la puerta donde más tarde cayó un trozo de pared y mucho escombro. Habíamos apagado las luces y ya nos disponíamos a marchar, cuando a mi lado cayó un bloque de ladrillos que atravesó un lucernario que tenemos, rompiéndolo; salimos corriendo y nos encontramos un escenario terrible.” Las tres personas mencionadas no sufrieron ningún daño. Como sigue diciendo el pastor, “son detalles donde, desde luego, vimos el cuidado de Dios a favor de sus hijos”. Tras la explosión, las dos últimas plantas, tercera y cuarta, quedaron reducidas a escombros. Algunas de las paredes cayeron sobre los edificios colindantes, de menor altura. En la planta tercera del edificio siniestrado vivía una familia rumana de 3 personas, que asiste a aquella iglesia. Cuando ocurrió la explosión, estaban todos ellos dentro de su vivienda, que fue una de las afectadas. Curiosamente, no escucharon el estallido. Y, aunque vieron cómo se les caía el techo encima, no sufrieron daño. El diario Heraldo de Aragón explicaba en sus primeras páginas cómo Corina Precup –la más joven de esa familia- narraba todo esto “con una serenidad asombrosa”. En la foto de portada del Heraldo aparece incluso sonriente, algo que como él dijo “no es de extrañar en quien tiene la seguridad de que todo lo ocurrido va a redundar en bien, por la misericordia y providencia del Señor”. En sus declaraciones a Heraldo de Aragón, Corina declaró: “Estamos preocupados porque este piso es el trabajo de toda una vida, pero lo importante es que todos estamos bien, y lo demás lo volveremos a sacar adelante”. Días después del suceso, manifestaron su tremenda satisfacción por el hecho de que Dios haya querido preservar la vida a los tres miembros de la familia. En los instantes siguientes a la explosión, esta familia rumana escuchó voces pidiendo ayuda. Así que se pusieron a quitar escombros hasta que llegaron los bomberos y bajaron a Corina y a su madre. El padre se quedó ayudando. Después tuvo que ser hospitalizado porque le cayó un cascote en el hombro mientras colaboraba en el rescate de sus vecinos. No sufrió ninguna fractura, y fue dado de alta enseguida. Los bomberos, que participaron con él en el rescate de las víctimas, se asombraron de su comportamiento. Trabajó mientras pudo, buscando a sus vecinos entre los escombros. Las últimas noticias indican que el edificio no necesitará ser derribado. Al parecer, el seguro costeará su reconstrucción. Según indica Vicente Mateo, “Ahora estamos orando y pidiendo a Dios que nos guíe para saber qué pasos hemos de dar… Llevábamos cuatro años trabajando a ratos libres, festivos y sábados. Esperábamos inaugurar (el local) para este verano. Ahora el Señor sabe todas las cosas. Estamos confiados y seguros de que Dios nos va a llevar hacia delante. Él es fiel y muy real; nos ama.” Por otra parte, Corina está preparando su prueba de Selectividad, y necesitará su documento de identidad para ser admitida en los próximos días. Pero ese documento quedó sepultado entre los escombros de su vivienda. “De momento estamos orando y confiando en el Señor, pues seguro que nos sacará adelante –afirma Vicente Mateo-. Es Su obra. Lo que nos parece retraso en nuestros planes, puede ser usado para que se vea más Su gloria. Pedimos que sigáis orando por nosotros. Ha sido hermoso ver las muestras de apoyo y amor de parte de hermanos particulares y congregaciones de otras ciudades. Necesitamos de vuestras oraciones. Como congregación, estamos recogiendo una ofrenda para esta familia de la iglesia, pues realmente -aunque no sabemos como responderá su seguro- lo cierto es que se han quedado sin nada.” Las investigaciones posteriores apuntan a un escape de gas en la cuarta planta del edificio. La Policía sitúa -casi con seguridad- el origen de la explosión en el piso cuarto izquierda, y no descarta que algún contador de gas haya sido manipulado. En esa vivienda había una persona en el momento de la deflagración, que ha fallecido por tener un 80% de quemaduras en su piel. Se da la circunstancia de que en cada una de las cuatro viviendas de las plantas tercera y cuarta, ahora reducidas a escombros, ha fallecido una persona; excepto en la vivienda de la familia rumana, cuyos tres miembros estaban presentes, pero han resultado ilesos. El Señor sigue cuidando de aquellos que le honran, por su gran misericordia.

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