Hacia un mapa de las minorías religiosas en España

El último volumen de Pluralismo y Convivencia, que será presentado el próximo 26 de marzo, está dedicado a Castilla-La Mancha, y lleva por título “Religion.es”. Miguel Hernando y Puerto García Ortiz son los codirectores de esta investigación, promovida por la Fundación Pluralismo y Convivencia. Con anterioridad, se habían publicado investigaciones acerca de la situación de las minorías religiosas en Cataluña, Valencia, Madrid y Canarias, y en los próximos meses verán la luz estudios similares en Aragón, Navarra y Andalucía, hasta completar el mapa de las minorías religiosas. Con esos datos, y esa experiencia, se podrán abordar las cuestiones clave para comprender la creciente pluralidad religiosa en España. “Estos estudios están contribuyendo al proceso de visibilización y reconocimiento de las minorías religiosas en el Estado español”, afirma Puerto García, quien sostiene que los resultados obtenidos permitirán a los responsables de Pluralismo y Convivencia “crear las bases para la creación de un Observatorio del Pluralismo Religioso en España, concebido como un espacio de gestión del conocimiento en el que profundizar sobre las realidades cuantitativa y cualitativa de las comunidades religiosas minoritarias en cada una de las Comunidades Autónomas. Este espacio nos permitirá arrojar luz sobre los elementos clave en la creación de un adecuado marco de convivencia”. En el caso de Castilla-La Mancha, la codirectora de la investigación destaca que “las minorías religiosas, aunque cuentan con una larga tradición, continúan siendo grandes desconocidas tanto para la sociedad como para la Administración”. De hecho, “hasta junio de 2006 no se había producido ningún contacto institucional entre la comunidad evangélica y el Gobierno autonómico”. La investigación constata que en Castilla-La Mancha existen 254 lugares de culto no católicos. De ellos, el 57% son iglesias evangélicas, el 18% oratorios musulmanes y el 13% salones del Reino de los Testigos Cristianos de Jehová. Los lugares de culto ortodoxos y las capillas de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días representan un 4% en cada caso; las iglesias adventistas del séptimo día el 2% y los lugares de culto de otras confesiones minoritarias el otro 2% restante. “Sin duda, el crecimiento de los grupos religiosos minoritarios en Castilla-La Mancha está directamente relacionado con la transformación de la región en polo de inmigración”, afirma Puerto García. En este sentido, destaca el número de mezquitas y oratorios musulmanes (57 en diferentes fases de consolidación), el de iglesias evangélicas pentecostales rumanas (22), y el incremento en el número de fieles experimentado por la gran mayoría de iglesias evangélicas y en menor medida por las comunidades pertenecientes a otras confesiones religiosas. Sin embargo, añade la experta, “interpretar el pluralismo religioso exclusivamente en clave migratoria obstaculiza el camino hacia el necesario reconocimiento de la diversidad religiosa en la sociedad española”. La tarea más complicada en este tipo de estudios siempre es la elaboración del censo de estas comunidades minoritarias. “El pluralismo religioso es una realidad social muy dinámica”, aunque los datos oficiales “no siempre están actualizados”. Por ello, el “mapa” de las minorías religiosas en Castilla-La Mancha ha conllevado un exhaustivo trabajo de campo. Entre las curiosidades descubiertas, Puerto García destaca “la larga tradición de la presencia religiosa no católica en Castilla-La Mancha”. Así, la primera iglesia evangélica manchega fue creada en 1870 en el municipio toledano de Camuñas; que en 1917 se estableció la sede de la Misión Evangélica Española fundada por el británico Percy J. Buffard en Valdepeñas, localidad en la que todavía hoy permanece; o que la primera comunidad de Testigos Cristianos de Jehová se formó en 1931 en Torralba de Calatrava (Ciudad Real) y que jugó un papel clave en el proceso de reorganización de los Testigos de Jehová en España tras la Guerra Civil. Hasta la fecha, se han publicado otros cuatro volúmenes. El primero, bajo el título “Las otras religiones: minorías religiosas en Cataluña”, es el resultado de cuatro años de investigación a cargo de un equipo de sociólogos que colaboran desde 1999 con Investigaciones en Sociología de la Religión (ISOR), centro vinculado a la Universidad Autónoma de Barcelona que se dedica, desde 1974, al estudio de los fenómenos religiosos. El segundo volumen, “Minorías de lo mayor: minorías religiosas en la Comunidad Valenciana” presenta también un mapa detallado de la presencia de minorías religiosas en la Comunidad Valenciana, realizada por el Instituto Universitario de Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas. El estudio realiza además un recorrido riguroso y exhaustivo por la trayectoria de las distintas confesiones, su organización, culto, actividades, relaciones interconfesionales y con las instituciones públicas y la sociedad civil. El tercer volumen, “Arraigados: minorías religiosas en la Comunidad de Madrid”, ha sido elaborado por investigadores del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos (TEIM) de la Universidad Autónoma de Madrid, y junto al preceptivo mapa de las confesiones minoritarias, también realiza una aproximación histórica a las mismas. El estudio analiza también las relaciones de las comunidades religiosas madrileñas con instituciones públicas y la sociedad civil, su estructura y dinámica organizativa interna y sus actividades relacionadas con el trabajo social, la inmigración, la educación y la cultura. La investigación evidencia la invisibilidad social de las confesiones minoritarias así como de las actividades que éstas realizan, a menudo de un gran valor social. El cuarto volumen se titula “Religiones entre continentes. Minorías religiosas en Canarias”, y ha sido elaborado como resultado de la colaboración entre la Universidad de La Laguna y la Fundación Pluralismo y Convivencia, y confeccionado por el grupo de investigación RELICAN (Religiones en Canarias). En el mismo, se propone una mirada que pone de manifiesto la diferencia que caracteriza, también en lo religioso, a las Islas Canarias dada su historia, su posición atlántica entre tres continentes y su ubicación fronteriza, pero también abierta en medio de rutas comerciales, culturales y turísticas que tienen a África el contexto del mundo globalizado actual, como referente de futuro.