La Conferencia Episcopal católica reclama espacios en las televisiones autonómicas

Los programas religiosos de la Iglesia católica que se emiten todos los domingos gozan del privilegio de ser los más antiguos de la programación de Televisión Española. Pocos contenidos pueden alardear de llevar medio siglo en antena y de gozar con una audiencia que duplica la media de la 2 de Televisión Española.

MADRID · 05 DE MAYO DE 2008 · 22:00

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En concreto, la emisión de la Santa Misa, con casi un millón de espectadores -teniendo en cuenta que es "muy sintonizada por grandes comunidades de cristianos en las residencias de ancianos"-, está sólo por detrás, en niveles de audiencia, de "Club de Fútbol" y por delante, incluso, del programa de documentales "En Portada". "LO ANTES POSIBLE" La emisión de estos programas, como recuerda la Conferencia Episcopal -con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales-, no se debe a "ningún privilegio" sino al cumplimiento del derecho de acceso a los medios de titularidad pública de los grupos especialmente significativos -y la Iglesia católica, dicen, no cabe duda de que lo es-, reconocido en la Constitución y desarrollado más específicamente en los Acuerdos entre el Estado y el Vaticano. Un derecho que, pese a estar legalmente reconocido, aún no se cumple en algunas comunidades autónomas. Los prelados de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, que preside el obispo de Jerez, monseñor Juan Del Río, aseguran en su mensaje para esta jornada, que "sería de desear que, en aquellas comunidades autónomas en las que todavía no se ha dado el cumplimiento a este derecho y servicio público para con la Iglesia y el resto de las confesiones religiosas, se hiciera lo antes posible". Actualmente, los obispos han llegado a acuerdos para la emisión de contenidos religiosos con las televisiones autonómicas de Cataluña, Galicia y Andalucía y están en negociación con Extremadura y Castilla La Mancha, según explica el director de la Comisión Episcopal de Medios, José María Gil Tamayo, aunque faltan comunidades tan importantes como Madrid y Valencia. "Si bien ambas comunidades dan amplias coberturas a temas religiosos puntuales, como las procesiones de Semana Santa, deberían dejar espacios a la Iglesia (católica) para incluir en la programación contenidos religiosos. Se multiplican los canales pero no se han multiplicado las ofertas", asegura el sacerdote. Los cuatro programas institucionales de la Iglesia católica en la red pública de TVE -"Últimas preguntas", "Testimonio", "El día del Señor", "La Santa Misa" y "Pueblo de Dios"-, que se emiten los domingos entre las 10.00 y las 12.30 horas, alcanzaron el pasado mes de febrero entre los 500.000 y 700.000 espectadores. "Es una audiencia importante que exige a la Administración respetar estos espacios", destaca. Por ello, el Episcopado considera que, reconocido el derecho de acceso de los católicos a estos medios y demostrada la demanda que tienen estos programas -lo que garantiza a su vez la rentabilidad-, la Administración no puede dejar de cumplir con su obligación de reflejar "una dimensión inseparable de la vida de millones de españoles y de la propia realidad social, cultural e histórica de nuestro pueblo". Los obispos dedican también parte de su mensaje, con motivo de esta jornada, a resaltar la necesidad de que los medios realicen una "mayor apuesta por la dimensión ética". Una iniciativa que debe llevarlos "a defender celosamente a la persona y respetar plenamente su dignidad", señalan. Para cumplir con este cometido, proponen que la enseñanza de la "infoética" -como ha denominado el Papa al estudio de la dimensión ética de los medios, al igual que existe la bioética en la medicina- sea un "componente importante en el currículo de estudios de las facultades de comunicación, especialmente de aquellas que son de iniciativa o titularidad eclesial". Una formación, que los prelados piden que se haga extensiva a la escuela, a la catequesis, a la enseñanza religiosa escolar y a los padres. "Todos estamos moralmente obligados no sólo a defendernos de los peligros que origina un mal uso de las comunicaciones, sino a formarnos en un adecuado criterio ético y moral, según los principios de la doctrina cristiana, que nos ayuden a saber elegir lo verdadero, bueno y bello", afirman.

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