La iglesia Unida de Terrassa tendrá en 2009 el mayor templo del protestantismo en Catalunya

“Antiguamente, la primera piedra de una construcción era la piedra angular, la que marcaba el punto de partida. Nosotros, por encima de piedras, creemos en una piedra viva, Jesús, sobre la que queremos edificar nuestras vidas”.

BARCELONA · 03 DE MARZO DE 2008 · 23:00

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Con estas palabras, el pastor de la iglesia evangélica Unida de Terrassa, Andreu Dionís, acabó el viernes pasado su intervención durante el acto de colocación de la primera piedra del que, en abril del 2009, será uno de los templos más emblemáticos y grandes del mundo protestante catalán. El recorrido efectuado por esta comunidad vallesana –con más de 250 miembros- supone un verdadero reto a la paciencia y un alegato a la constancia y la fe, ya que hace doce años que se iniciaron los contactos con el ayuntamiento de la ciudad –primero con el histórico alcalde Manuel Royes, y después con su sucesor, Pere Navarro, ambos del Partido Socialista de Catalunya (PSC)- para negociar un intercambio de terrenos que permitiera a la iglesia desarrollar un ambicioso proyecto social. Según Dionís, fue en ese 1996 cuando iniciaron un camino que “quería aportar un proyecto de calidad”, aunque las piedras en ese camino han sido constantes “resistencias, incomprensiones, retrasos y oposiciones”. Hay que tener en cuenta que la iglesia Unida ostenta este peculiar nombre –el mundo evangélico se ha prodigado más en divisiones y escisiones- desde el año 1994, cuando tres comunidades de la ciudad catalana –Ebenezer, la más grande, Iglesia de Cristo y Betania- apostaron por unir esfuerzos y refundarse con el nombre de Unida en las históricas instalaciones de Ebenezer, en el barrio de Ca n’Aurell, que hace ya nueve décadas supuso el nacimiento de la presencia protestante en una ciudad que, años más tarde, acabó siendo conocida como El Vaticano protestante. La historia, no obstante, no se escribe sola, y las primeras líneas del libro de esa implantación evangélica se deben a Samuel Vila, una de las personalidades clave del protestantismo español. Vila, nacido en 1902, lideró en 1924 la constitución de la iglesia Ebenezer en el local que todavía cobija al grupo de la Unida, aunque ahora ya con fecha de caducidad, la de abril del año que viene. Vila, durante el franquismo, personificó la lucha por la libertad religiosa en España, ya que se enfrentó a gobernadores; fue detenido y amenazado; desprecintó locales de culto cerrados por la dictadura; editó miles de libros y revistas –primero, desde la clandestinidad y, después, con la ya aceptada y prestigiosa editorial CLIE, hasta hace poco todavía ubicada en una parte de la misma finca de la Unida–; habló en el Parlamento británico e inundó de correspondencia al mismísimo general Franco. Haciendo un salto histórico, pues, volvemos al año 1994, el del nacimiento de la Unida, una comunidad que se creó con una verdadera voluntad de abrirse y darse a conocer a la ciudad. Tan sólo una década después, iglesia y ayuntamiento firman un acuerdo prácticamente sin precedentes en España, que preveía una permuta de terrenos para que la comunidad evangélica dispusiera de un terreno de unos 7.000 metros cuadrados en el barrio de Can Tusell, al norte de Terrassa, donde construir un nuevo templo y desarrollar un extenso programa social. El acuerdo fue aprobado durante un pleno municipal el año 2005 y ratificado, también en sesión plenaria municipal, al año siguiente, por unanimidad de las cinco fuerzas políticas representadas en el consistorio egarense: Partit dels Socialistes (PSC); Convergència i Unió (CiU); Esquerra Republicana (ERC); Partido Popular (PP) e Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV). EL ACTO INAUGURAL El acto del pasado viernes estuvo presidido por la emoción de los que han estado años luchando para llevar el proyecto adelante, pero también por las personas más veteranas de la Unida, que en más de una ocasión no pudieron evitar derramar alguna lágrima, recordando también toda la gente que en el pasado legó un verdadero patrimonio a la comunidad actual. El mismo Dionís recordó este hecho durante su discurso, al destacar “el esfuerzo, el compromiso y el sacrificio” de todos los miembros de la comunidad –hay que tener también en cuenta que la misma iglesia asume íntegramente los tres millones de euros presupuestados para la edificación–, así como de “aquellas personas que nos han precedido y que tuvieron la visión de construir un primer espacio, un verdadero legado histórico y patrimonial”. El mismo alcalde de Terrassa, Pere Navarro, mostró mucho interés en saber más detalles del proyecto –a pesar de conocerlo prácticamente al dedillo, después de las varias reuniones mantenidas con los representantes de la Unida– y destacó que, más allá del aspecto cúltico interno, “hay una voluntad de servicio al barrio y a toda la ciudad” por parte de una entidad “con una larga tradición”. En representación de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede), participó su actual presidente, Daniel Rodríguez, que recordó el valor simbólico de una primera piedra, ya que “no en todas partes pueden la libertad de edificar un nuevo lugar de culto”. Por parte de la Generalitat, asistió la directora de Asuntos Religiosos, Montserrat Coll, que alabó el apoyo municipal a la libertad de culto como “un gesto de normalidad” que ayuda “a superar posturas anti-religiosas del pasado”. Sobre este hecho, Dionís destacó que más allá de la vida cotidiana como comunidad, “la vocación de servicio a los hombres y mujeres en el nombre de Jesús nos lleva a desarrollar proyectos específicos que puedan dar respuesta a las necesidades de nuestro entorno”. Así, la Unida podrá continuar el trabajo que ya está llevando a cabo –entre ellos, un centro de ocio para niños de 5 a 12 años, un programa juvenil para los fines de semana, clases de música, un ministerio con discapacitados psíquicos y apoyo a proyectos misioneros en países como Guinea y Burkina Faso–, pero también encarar ambiciosos objetivos como la construcción de una escuela, una guardería y una residencia para personas mayores. Estos últimos podrán ser una realidad en el espacio adyacente al templo, que con una capacidad para acoger a 700 personas ocupará 2.500 de los 7.000 metros cuadrados del terreno. Como colofón al acto, el presidente de la Unión Evangélica Bautista de España (UEBE), Roberto Velert, aportó una sobria y particular oración, adaptando el Padre Nuestro que Jesús enseñó a los suyos, ante la que incluso muchas personas no creyentes asistentes bajaron su cabeza. Algunas, incluso comentaron después la belleza de su contenido. Según Dionís, el futuro templo de la Unida no será tan solo “el edificio de nueva planta más importante del protestantismo en Catalunya”, sino que aspira también a convertirse en un referente arquitectónico, en un espacio emblemático para el paisaje de una ciudad que durante las dos últimas décadas ha pasado de ser gris y preeminentemente industrial a contar con un gran centro histórico peatonal rodeado de una ciudad en constante crecimiento –Terrassa ya supera los 200.000 habitantes– y transformación urbanística. No es, entonces, casual que el responsable final de llevar a cabo el proyecto sea el equipo de los arquitectos Carlos y Lucía Ferrater, padre e hija. Carlos Ferrater es autor, entre otros, de edificios singulares de Barcelona como el Hotel Juan Carlos I, el Jardín Botánico y el nuevo Palacio de Congresos de Catalunya. Fuera de la comunidad catalana, la impronta de Ferrater se puede encontrar en la estación intermodal de Zaragoza, galardonada con un premio FAD hace cuatro años, o el Auditorio de Castellón. Actualmente, trabaja en el centro cultural Jacobins de París y en la Ciudad de las Ciencias de Granada, habiéndose quedado a las puertas de poder llevar a cabo un espectacular trabajo como el de la remodelación del estadio de fútbol del Barça. Finalmente, la idea de Ferrater quedó en segundo lugar, superada solo por la de Norman Foster. Ferrater, en el mismo acto del viernes pasado, destacó que “nos interesa la ciudad y su paisaje”, pero, por encima de todo, resaltó el hecho de que “conocemos a los destinatarios” de su proyecto.

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