Encuentran un bebé de dos meses abandonado en la puerta de una iglesia evangélica

Ocurrió sobre las ocho y cuarto de la tarde, junto a la iglesia Cielos Abiertos situada en la calle de San José, de la citada localidad madrileña. La primera sensación de las personas que encontraron a la criatura fue de incredulidad. Después, sorpresa. De inmediato, la llamada a los agentes policiales y a los servicios sociales municipales para que la niña, porque se trataba de una niña, quedara a buen recaudo. Según testigos del suceso, varias personas que se encontraban en el interior del templo se asustaron por la fuerte explosión de varios petardos. Estaban muy cerca porque el ruido fue ensordecedor. Al instante, se percataron de que había un «bulto» en la acera. Miraron y descubrieron que se trataba de una niña, de entre uno y dos meses de edad, «que estaba medio dormida». «COMO UN CUCURUCHO» El aspecto de la pequeña no parecía malo pero nadie sabía el tiempo que llevaba allí, si estaba sufriendo por el intenso frío y si había comido hacía mucho o poco tiempo. Se dio aviso a la Policía Local de Pinto y, a continuación, los agentes se pusieron en contacto con los servicios sociales de la localidad. La niña, a primera vista, estaba bien. Pero solita. «Hay que verse muy apurado para hacer una cosa así», comentaba uno de los testigos que presenció el hecho. «Yo no lo vi de cerca. Me lo contaron. Al parecer, el bebé estaba envuelto en una manta, como si fuera un cucurucho. Dicen los que la vieron que tenía buen aspecto y un chupete puesto. Parecía limpia y aseada. Bien cuidada. ¡Qué pena llegar a esto», nos decía la misma persona. A otros, según el mismo testigo, «les pareció que la niña no estaba tan bien cuidada». «Yo creo que la dejaron a la puerta de la iglesia porque así alguien se conmovería, la cogerían y la llevarían a un lugar seguro para que no se muriera de frío y de hambre», añade. Los investigadores policiales tratan ahora de dar con el paradero de la madre, que podría ser inmigrante. De momento, las pistas son escasas aunque se trabaja a conciencia y sin descanso. Los agentes que se hicieron cargo de la menor la trasladaron al centro de salud de Pinto, donde comprobaron que su estado de salud era bueno. Después, y siguiendo el protocolo establecido por el Gobierno regional, la niña fue trasladada al centro de Primera Acogida de la Comunidad de Madrid «Isabel Clara Eugenia». Fuentes de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales confirmaron que la menor queda tutelada por dicha consejería hasta que se encuentre a los padres, en particular a la madre. También indicaron que nada más llegar al centro de acogida, la niña fue vista por un pediatra que certificó su buen estado de salud.