«Besos de Colores» en las heridas madrileñas del 11-M

El pasado martes 6 de marzo, en el colegio público Miguel de Cervantes, tuvo lugar una actividad escolar especial organizada por creyentes evangélicos. Llevaba por título “Besos de Colores” y se trataba de explicar a los niños, 180 en total con edades comprendidas entre los 9 y 12 años, qué es el terrorismo.

MIAMI · 19 DE MARZO DE 2007 · 23:00

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Pero los organizadores (cristianos evangélicos) no querían quedarse sólo con eso: el propósito era poder hacer algo práctico relacionado con las víctimas, tener un gesto, “un gesto en forma de beso, un beso de color que junto a otros besos pudiera mandarse luego, para que de alguna manera pudieran recibir nuestro cariño, nuestro recuerdo y nuestro respeto”, dice Antonio Soto, uno de los organizadores. Se pusieron en contacto con las asociaciones de víctimas del 11M y respondieron desde la asociación “11M afectados por el terrorismo”, diciendo que agradecían los besos de esos niños. Fue realmente emotivo el encuentro con los niños y con los profesores. Se habló del terrorismo, se habló de las víctimas, se cantó, vieron un audiovisual, se sacaron fotos y todo fue engranándose para que al final, el gesto de pintarse los labios y besar una lámina de dibujo fuera algo natural y fuera una pequeña fiesta. “Ahora al pensar en esos momentos, todavía me alegro, pienso en los profesores pintándose ellos mismos porque no querían perder la oportunidad de mandar un beso, en los niños, en todos los que participábamos y que teníamos la oportunidad de, ante el dolor, ante un recuerdo imborrable, ante la tragedia, ante el duelo constante, ante las víctimas, poder hacer algo, poder tener un gesto, un gesto sencillo, un beso sincero, algo con lo que poder transmitir amor y no quisimos perder esa oportunidad” relata Antonio Soto. Hicieron posible este acto Efecto Lázaro (“por todos los materiales y por su motivación”), el CP. Miguel de Cervantes de Montemayor (“por su participación activa, en especial Mª José, su directora”), Sylvia Santoro (“por sus canciones”); Jaime Memory (“por su capacidad didáctica a la hora de explicar qué es el terrorismo”). Y Ricardo -por sus fotos y por su ánimo-, Antonio y Ana -porque nunca habían pintado tantos labios y tan rápido- y Esperanza -por estar ahí y por los doscientos pintalabios-.

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