En tus brazos

Hasta aquí tu voz me confortó indicándome el camino a seguir, me mostró una senda diferente.

07 DE AGOSTO DE 2019 · 09:21

,

Siempre has estado conmigo, aunque yo no te sintiera, tu diestra me sostenía.

En los momentos de dolor. En las horas bajas.

En la más honda de mis tristezas y cuando fluía la alegría.

En la derrota y en el triunfo.

En la adversidad y en la calma. Tú Siempre has sido fiel.

Cuando los grises nubarrones arremetían contra mí haciéndome presagiar un futuro desalentador tú supiste que decir, te acercarte a mí para cubrir mis temores.

Hoy siento una inusitada serenidad. Es una extraña sensación que me produce vértigo. He deseado este sentimiento durante mucho tiempo, pero no creía poderlo percibir tan prontamente.

Hoy soy más consciente que nunca de que tú siempre has llevado el control de todo, y aunque nunca lo he dudado, tú me lo confirmas con una clara respuesta.

Hasta aquí me llevó tu mano.

Hasta aquí tu voz me confortó indicándome el camino a seguir, me mostró una senda diferente.

Me gusta admirar el trazo del camino recorrido, la senda labrada por mis pasos.

Ver cómo tras los azotes del ayer mi vida está preparada para arremeter contra el viento y dejar que este despeine todo la ajada tristeza y así contemplar la madurez lograda a través de la adversidad.

Hasta aquí me ayudaste, tendiste un manto de amor y me hiciste saber cuán importante soy para ti.

El futuro es impreciso y desconocido pero tú mueves los hilos, me izas en el cielo con la ternura de un padre que quiere enseñarme a volar.

Desde arriba todo se ve diferente, las cosas se empequeñecen desvelando su insignificancia.

Quiero reconocer mi buen Jesús todo lo que has hecho conmigo. Quiero torpemente derramar mi corazón ante ti agradeciendo que hasta aquí me hayas sustentado, provisto, ayudado, consolado, amado.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Íntimo - En tus brazos