‘Lords of Chaos’, los orígenes del black metal noruego

¿Qué relación hay entre la quema de iglesias de Noruega en los años 90 y la aparición del género de rock escandinavo?

  · Traducido por Patricia Bares

04 DE JULIO DE 2019 · 07:00

Un fotograma de la película Lord of Chaos.,
Un fotograma de la película Lord of Chaos.

Esta crónica fue publicada originalmente en Religion Unplugged. Se ha vuelto a publicar con el permiso del autor. 

Con la cruz como símbolo de su bandera, puede parecer extraño que el black metal se haya convertido en un producto cultural tan conocido de Noruega. O quizás no. 

Este año, el black metal de Noruega ha estado en el foco de atención por la película sueco-británica Lord of Chaos. Las opiniones en Noruega han sido muy variadas. 

“Una película sin sentido y de postureo que no dice nada esencial sobre cómo se originó el género de black metal noruego, lo que representó esta música o lo que motivó a las personas clave de esa comunidad”, escribió un crítico en el periódico de centro-izquierda Dagsavisen.

Los historiadores de la música normalmente describen al black metal diciendo que fue emergiendo en Oslo a finales de los 80 y principios de los 90. Este género musical se volvió infame con las detenciones que hubo en el año 93 y las convicciones de sus líderes en el año 94, las cuales animaban a quemar iglesias, asesinar, asaltar y tener explosivos. 

La “primera ola” de música black metal se caracteriza por los acordes propios del heavy que utilizan todas las cuerdas de la guitarra en vez de dos o tres, así como de (a veces) letras satánicas y temática oscura representada a veces con pintura corporal para parecer un cadáver.

La película intenta volver a contar la problemática historia de la primera banda de este género, Mayhem, a través de su guitarrista Euronymous (quien se puso este nombre por un demonio griego carnívoro). Tenía solo 14 años cuando se formó la banda en 1984. En 1991, se encontró al vocalista principal (Dead) en el suelo, inmóvil, con cortes en las muñecas y un tiro en la cabeza. Fue ese sangriento suicidio lo que en gran parte dio fama a la banda. Es más, utilizaron la foto que Euronymous hizo del cuerpo inerte de Dead como portada de un álbum que sacaron más tarde.

Se reciba como se reciba la película, la cual está basada en un libro, la música desde luego tiene fans en lugares sorprendentes.  

“¡Hala, Noruega! Black metal, vamos.” Esa fue la espontánea reacción que le dio un joven nativo americano, Elijah Martinez, a un periodista del periódico noruego Aftenbladet en una crónica reciente. El periodista se encontraba en el desierto de la frontera de Estados Unidos con México para escribir acerca del muro planeado por Donald Trump, pero en vez de eso le hicieron preguntas a él. “¿Sigues quemando iglesias?”, le preguntó Martinez. 

Varg Vikernes, conocido como The Count, se convirtió en una de las figuras más conocidas de la escena black metal noruega por sus convicciones que le llevaron a quemar tres iglesias en 1992 (aunque se quemaron varias más). Se cambió el nombre a Kristian Vikernes. 

A Vikernes se le retiraron los cargos por la quema de la iglesia más simbólica, la de la pintoresca Iglesia de madera de Fantoft en Bergen, a pesar de que los jueces lo habían declarado culpable. El fuego empezó el 6 de junio a las 6 de la mañana, haciendo referencia al número de la Bestia del Apocalipsis: 666. [Recuerdo escuchar la noticia en la radio. Tenía casi 13 años y el suceso me despertó muchos miedos. Vaya cosas tan terribles estaban ocurriendo en la cristiana Noruega…]

“Me acuerdo del temor incitado por los medios sobre el black metal cuando era niño, pero ese estilo era algo muy alejado a lo que yo escuchaba por aquel entonces. Además, estoy seguro de que mi madre tampoco me lo habría dejado escuchar de todas formas”, dijo Anders Martinsen en una entrevista por correo electrónico. Es teólogo y profesor asociado en la Universidad Metropolitana de Oslo.

“La mayoría de la gente conoce de la historia de los inicios del black metal lo que tuvo que ver con violencia y la quema de iglesias, lo cual es un error”, dijo. “El black metal no debería entremezclarse con las partes más extremas de sus inicios”.

Martinsen subraya que la música rock en sus inicios fue acusada de ser música satánica. Incluso The Beatles fueron calificados como anticristos. Pero a finales de los años 60, bandas como Led Zeppelin y Black Sabbath llevaron a la música hacia una dirección más heavy e integraron partes de su fascinación por lo oculto. 

“Asimismo, a finales de los años 60 y principios de los 70 emergió el satanismo en los Estados Unidos, lo cual agrupó ocultismo clásico, espiritismo, esoterismo mágico y parecidos para darle un aire satánico, quizás más por el efecto que por la creencia en sí. Esto provocó un temor a lo satánico en los Estados Unidos y un valor de shock impresionante. Bandas como Alice Cooper y Kiss ya habían mostrado que era posible ganar fama haciendo efectos teatrales en el escenario, pero a medida que se fueron haciendo más populares el “peligro” fue desapareciendo, explica Martinsen. 

Un estilo de heavy metal evolucionado, el cual no puso mucho empeño en atraer al público general, así como las películas de terror (que por poco no se libran de la censura) fueron algunas de las fuentes de inspiración para las bandas emergentes de black metal. 

“Creo que las bandas de black metal entendieron el valor de ser vistos como underground y algo peligrosos”, dice Martinsen. Piensa que eso atrajo a un público que quería formar parte de un movimiento provocador.

Pregunta: ¿Cuánta importancia tenía la religión y la oposición al cristianismo para estos artistas?

Martinsen: A finales del año 2000, el 86,5% de la población pertenecía a la Iglesia de Noruega, según las estadísticas del país. Gran parte de los que no lo eran pertenecían a otras denominaciones cristianas. 

“La iglesia y el cristianismo eran un objetivo perfecto para cualquiera que quisiera provocar, meterse con lo establecido y llamar la atención. El cristianismo se veía como represivo y anticuado. Sus valores eran diametralmente contrarios a lo que había dentro del movimiento black metal”, dijo Martinsen. 

Fredrik Horn Akselsen comenta que la oposición al cristianismo ha perdido importancia para los músicos de black metal en Noruega al hacerse mayores, convertirse en padres, etc. Él, de hecho, es uno de los creadores de la película Blackhearts, que muestra a tres fans de black metal noruego que vienen de Grecia, Colombia e Irán. Para estos fans, la perspectiva en la fe era tremendamente importante como parte de la rebelión contra la religión dominante en sus propios países.  

Pregunta: Mucha gente percibe el satanismo como algo oscuro, amenazante y destructivo. ¿Cómo lo ven las personas que has conocido?

Akselsen: “De muchas maneras. En Colombia había un culto satánico real y vieron esto como algo oscuro y destructivo, pero lo acogieron. En varios casos, la gente utilizó el satanismo para apartarse de la sociedad y verse como desterrados. The Iranian no era satánico, pero era alguien no religioso y creó música basada en la mitología persa y la historia iraní.”

La fascinación por lo extremo puede haber tenido varias consecuencias. Algunos de los artistas griegos se han unido al partido fascista Golden Dawn, y tanto los colombianos como los griegos expresaron la urgencia de destruir el mundo cristiano. 

P: ¿Qué piensan ellos de la quema de iglesias, homicidios y demás que ha tenido lugar en la comunidad del black metal?

Akselsen: Los noruegos con los que hablé lo ven como una locura. Los más cínicos dijeron que ayudó a vender discos y a hacer que el género se hiciera conocido a principios de los 90, pero concluían que a día de hoy era una mala idea y algo muy poco sensato. Los extranjeros no dijeron mucho al respecto, pero estaba claro que las muertes y la quema de iglesias en Noruega legitimaron un poco más el género e hizo que se viera como algo “real”.

Akselsen añadió que “el black metal noruego de verdad” es una expresión del género más serio, temible y peligroso que otro tipo de metal, música y cultura. 

P: ¿Cuáles han sido los valores centrales y las convicciones de la comunidad de black metal?

Martinsen: No me parece que sea un panorama al que le guste moverse por una serie de valores compartidos. Dicho esto, la ética parece que gira entorno a ideales como el individualismo, la libertad, la oposición a lo establecido y a no comprometerse. En efecto, son los mismos valores que albergan otras bandas de diferentes géneros y estilos, pero las de black metal lo llevaron un poco más allá con un estilo que se dirige solamente a los que le gusta y que a su vez pasa de los que no.

Tore Hjalmar Sævik es un periodista noruego.

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