El día más glorioso de la historia

Al comenzar el Día de las primicias, precisamente en la mañana del domingo, Jesucristo resucita.

17 DE ABRIL DE 2019 · 15:24

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Llegamos al emblemático “tercer día”. Según el calendario judío es el día 16 de Nisán. Esto corresponde al  5 de abril del año 33. Es el día de la resurrección. Para aclarar todo lo que pasó se han escrito muchos libros de los cuales algunos nos ayudan a entender lo que pasó en aquel día. Hoy solo quiero centrarme en algo que para muchos parece un escollo de primera magnitud.

Si Jesús dijo que él estaría en la tumba tres días y tres noches (Mateo 12:40), ¿cómo encaja esto con la famosa afirmación de que resucitaría el tercer día (Lucas 24:7)? A veces es sorprendente con qué facilidad se resuelven las cosas, si uno simplemente estudia la Biblia con una mente abierta. Y la solución se encuentra en el libro de Ester. En el capítulo 4:16, Ester pide a los judíos ayunar tres días, “día y noche”. Es decir: tres días y tres noches. Pero solo dos versículos más tarde leemos: “Aconteció que al tercer día… “. Si se hubieran contado los tres días y tres noches a nuestra manera, Ester no podría haber visto al rey hasta el cuarto día. Pero no fue así. Ni nadie entre los judíos jamás entendió esos versículos como una contradicción. Simplemente son dos expresiones que hablan de lo mismo. Nosotros decimos también “en quince días”, cuando realmente son 14. De todos modos, para los judíos ambas expresiones hablaban de lo mismo. Para ellos “al tercer día” equivale a nuestra expresión “después de tres días”. Más todavía: en la forma de computar los días, los judíos consideraban una parte de un día como “un día”, aunque fuera una mínima parte. 

 

El día más glorioso de la historia

Esta tabla además nos aclara que Jesús murió el viernes por la tarde y que esto fue el día 1. Esto incluye la noche anterior. El sábado fue el día dos. Y Jesucristo resucitó en la mañana del domingo. Esto era el día tres. Según el cómputo judío Jesús resucitó el tercer día y además tenemos tres días y tres noches.

Pero ahora surge otra pregunta.

¿Por qué el tercer día?

La fiesta de las primicias - bikkurim en hebreo - es una de las fiestas mandadas en la Ley de Moisés. Lo encontramos en Levítico 23:9-14. El versículo 15 y 16 nos hablan de su momento exacto:

Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días…”

Esta es la razón por la que Jesucristo resucitó precisamente en este día especial. Y el período termina precisamente con el día de pentecostés, la fiesta de las semanas, shavuot en hebreo. Este primer día de la semana era el momento cuando los judíos ofrecían en una ceremonia cuidadosamente elaborada, la primera gavilla de su cosecha de la cebada. Los sacerdotes a su vez solían presentar las gavillas al Señor como ofrenda.

Hacemos un pequeño repaso: bikkurim, la fiesta de las primicias, como vimos, se celebra el día después del shabat que sigue al pesaj, la fiesta de la Pascua. Esa Pascua empezó el jueves por la noche, a la puesta del sol y duró hasta el viernes a la puesta del sol. Jesús murió en el día de la Pascua, que además era día de preparación para el día de reposo. El día de reposo empezó el viernes por la noche y terminó el sábado a la puesta del sol. En este momento comienza el día de las primicias y precisamente en la mañana del domingo, el primer día de la semana, Jesucristo resucita. 

Cuando el apóstol Pablo escribe a la iglesia en Corintos lo hace también para avisar de aquellos que niegan la resurrección de la carne. Esto se consideraba una imposibilidad en ciertos círculos que intentaban ganar influencia en la iglesia. Eran personas influenciadas por el gnosticismo. Ellos creían en la inmortalidad del alma, pero no en la resurrección de la carne. Pablo dedica prácticamente todo el capítulo 15 de su primera carta a los corintios a esta cuestión.

Para rechazar esta postura él escribe en 1 Corintios 15:20:

Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

Pablo tenía en mente la primera gavilla presentada solemnemente en el templo en aquel 16 de nisan, domingo de la resurrección. Estas primicias llegaron a ser la garantía divina de que también se cosecharía el resto de lo que estaba aún en los campos. Pablo escribe en el versículo 23: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” La palabra griega para primicia es aparché y es exactamente la misma palabra que la LXX usa en Levítico 23:10. Es imposible no coger el paralelismo intencionado. Tanto en el AT como en el NT había gente que resucitaba de entre los muertos. Pero finalmente volvieron a morir. Jesucristo es la primera persona que resucitó para luego nunca jamás morir. 

Los acontecimientos tienen el calendario judío como fondo y la iglesia cristiana no debe perder esta información crucial: la fiesta de la pascua, el pesaj nos habla de la muerte del Mesías como cordero que muere en lugar de los pecadores. La fiesta de los panes sin levadura nos indica que su cuerpo no vería la putrefacción en la tumba. Y finalmente, la fiesta de las primicias bikurum proclama que la muerte no podía retener a nuestro Redentor. 

De esta manera nos damos cuenta de que los acontecimientos deben haber hablado de una forma muy clara y convincente a muchos judíos. Tanto lo que había pasado en los cielos, como lo que había pasado en la tierra daban testimonio elocuente de que Dios el padre lo había preparado de esta manera.

Muchos judíos se daban cuenta de que los tiempos del Mesías habían llegado.

 

Notas

N.d.E. Artículos anteriores de la serie:

1. El día de la cruz

2. Pilato y la fecha de la cruz

3. La profecía más asombrosa del Antiguo Testamento

4. El sol se convertirá en tinieblas

5. El cielo y su mensaje

6. Peor que una pesadilla: el día de la cruz

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Teología - El día más glorioso de la historia