Adopta a un líder de jóvenes

El pastor de jóvenes no es un suplantador, sino de un aliado de las familias.

20 DE MARZO DE 2019 · 17:12

Nuestros jóvenes tienen infinidad de posibilidades para encontrar respuestas a sus preguntas. / Foto de Ahmed Syed en Unsplash (CC0),
Nuestros jóvenes tienen infinidad de posibilidades para encontrar respuestas a sus preguntas. / Foto de Ahmed Syed en Unsplash (CC0)

Si al acercarse al cole tu hijo te sorprende soltándote la mano con cierto nerviosismo y mirando a su alrededor es que ha llegado, y aún no lo sabías, esa etapa tan temida por todas las familias: el advenimiento de la adolescencia. Un proceso curioso en el cual tus hijos querrán hacer creer a sus amigos que jamás han tenido padres, que ellos son fruto de la generación espontanea en una especie de caldo primordial moderno.

Algunas de las características que marcan esta etapa, precisamente, es que los chicos empiezan a dar una importancia mucho más relevante a lo que opinan los de su misma edad, por absurdo que nos pueda parecer a los adultos, viviendo al amparo de su grupo de iguales. Además, cuestionan –que no implica rechazar- las verdades que se les han transmitido hasta ese momento y tratan de construir su propia identidad. 

Y aunque buena parte de las cosas que aparecen en el carácter del adolescente nos puedan llegar a parecer un completo sinsentido, debemos reconocer que aún no ha nacido el adulto que no haya sido antes un adolescente. Sin embargo, la nueva realidad que tenemos delante de nosotros es tozuda: nuestros hijos nos necesitan tanto como antes, sin embargo la manera de relacionarnos con ellos ha cambiado por completo, y eso es algo que debemos asumir los padres, porque desentendernos no es una opción.  

 

EL LÍDER AL RESCATE

Es en ese momento donde una figura emerge cual Gandalf con la primera luz del quinto día, cuándo estamos desesperados en el fragor de la batalla sin hallar la fórmula para llegar a nuestros retoños. Ese Gandalf a lomos de un corcel blanco que cabalga por la colina es ese líder/pastor/responsable/diácono de jóvenes. A veces ni siquiera es alguien reconocido por la iglesia, simplemente es una o varias personas que sienten un llamado especial a cuidar de esos adolescentes que tanta orientación, paciencia, amor y comprensión necesitan en una etapa que ni ellos mismos saben cómo manejar.

Cómo bien sabemos, los nuevos jóvenes necesitan la presencia y la palabra de sus padres, pero lo más natural es que busquen enriquecer sus vidas con otras personas, confrontar ideas y explicar aquellas cosas que no van a hablar con sus progenitores. Ahí es dónde entra el pastor de jóvenes, que no se trata de un suplantador, sino de un aliado de las familias. Es alguien con cierta madurez y conocimiento a quién van a escuchar nuestros hijos, un poco cómo mínimo.

A esa persona es a quien las familias debemos arropar ya que desempeñan un papel crucial en las iglesias y en la vida de nuestros hijos. En ocasiones he visto como hay padres que consideran que el líder de jóvenes tiene la obligación de estar por nuestros hijos, que la iglesia (es decir, los pastores) tiene la responsabilidad de ocuparse de nuestros pequeños adolescentes. Es indudable que el pastoreo tiene una responsabilidad con la grey que el Señor les ha dado, porque el Espíritu Santo les ha llamado a eso, pero en ningún caso es un derecho que adquieren los padres por formar parte de una comunidad ni mucho menos les exime de su papel protagonista como educadores de sus hijos.

En nuestras comunidades todo lo que funciona lo suele hacer por una de mezcla de amor, fe, esfuerzo, pasión, horas invertidas, gestión de frustraciones y grandes dosis de misericordia. Todo es muy artesanal pero sabemos que todo lo bueno viene de Dios. Tengamos en cuenta esto cuándo veamos a aquellos jóvenes o no tan jóvenes que se esfuerzan por atender a esa generación que se está abriendo un hueco en este mundo. Tejamos las familias una red de apoyo porque podemos hacer mucho en sus vidas y por las de nuestros hijos. ¿Necesitamos algunas ideas?

  • Orad por el liderazgo (sólo oramos por aquello que nos importa de veras).
  • Pastoread al pastor (sí, los padres podemos ser guías de aquellos que guían a nuestros hijos). 
  • Facilitarles formación (si han de ir a un curso ¿podemos ayudarles económicamente?).
  • Brindarles descanso (si el encuentro acaba a las 19h, no acaba a las 19h27’).
  • Sed agradecidos (sí, dar las gracias marca la diferencia). 
  • Ayúdales en humildad (seguro que tú lo harías mejor, pero no lo haces tú). 
  • Sé misericordioso (no esperemos que sean supermans o superwomens espirituales)

¿Se te ocurren más ideas? ¿Has podido ver ese trabajo conjunto entre las familias y los pastores de jóvenes? ¿Puedes contarnos algo bueno? Escríbenos en nuestro muro de facebook.es/enfamiliaPD

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