Infancia y Biblia (III): Del franelógrafo al móvil-para-todo

Conversamos con Marta González, coordinadora del material Explora, y José Altimira, director nacional de APEEN sobre las nuevas tecnologías y el acceso a diferentes versiones de la Biblia.

06 DE FEBRERO DE 2019 · 17:46

Qué entrañable, ¿no te parece?,
Qué entrañable, ¿no te parece?

A mediados del siglo XVIII se creaba la primera Escuela Dominical de la historia. Nació en el Reino Unido y con vocación de educar a los niños de las clases más humildes con la Biblia como libro de texto. Ni que decir tiene que esta institución ha evolucionado y se adaptado al paso de los años y las realidades sociales de cada lugar, pero la Biblia ha mantenido su posición central. En los últimos años además se ha visto inmersa en la revolución digital. Hoy en día, pocos franelógrafos resisten aún en nuestras iglesias, y es que la manera de acercarse a la Biblia y explicarla a los pequeños ha evolucionado con la tecnología y con los recursos actuales.

No hace tanto, no había niño que se resistiera a ofrecerse voluntario para mover las figuritas de la historia bíblica. Esta herramienta consiste, por si hay algún joven entre nuestra parroquia o alguien que se haya incorporado ya de adulto a la fe evangélica, de una versión analógica de lo que hoy llamaríamos realidad aumentada, pero sin gafas. En este soporte se podían cambiar los decorados y quitar y poner personajes a conveniencia y es que poder cambiar la figurita de Jesús en función de lo que iba pasando en el relato bíblico o mover el rebaño de ovejas de aquí para allá era una experiencia impagable. 

La revolución digital, la explosión de los recursos online y la disponibilidad de diferentes versiones de la Biblia ha supuesto, como venimos explicando, una riqueza nueva y reto para todos aquellos que trabajan con los más pequeños de la iglesia. Las clases de escuela dominical y otros formatos de enseñanza de nuestras iglesias no son ajenos a la irrupción del móvil-para-todo, y que muchas veces se lleva a la clase con la excusa de que “es que la Biblia la tengo en el móvil”.

“La tecnología debe servir para lo que sirve” remarca Marta González, coordinadora del material para escuelas dominicales Explora. Esto es, se debe delimitar muy claramente su uso en las aulas para que no se abuse de la misma, y así, dejemos de tener el foco puesto en la historia que se está explicando y la enseñanza que hay detrás. “De hecho, recomendamos que cada niño lleve su Biblia en libro a la clase, o que hayan Biblias en el aula a disposición” ya que la consulta del texto a través de la App en un contexto de escuela dominical “puede ser una distracción”.

 

COMPARAR, COMPARAR Y, FINALMENTE, COMPARAR

Sin embargo, las aplicaciones están ahí, y con ellas el acceso a muchísimas versiones de la Biblia con lo que uno se pregunta si la Reina-Valera ha cedido el testigo a otras versiones. José Altimira, director nacional de APEEN, reconoce que él sigue preparando las clases “en versión Reina-Valera” aunque a la hora de citar los versículos para los niños siempre compara entre varias versiones “para ver cuál puede ser más asequible para ellos”.

¿Qué merito tiene leer algo que los niños no van a entender? Se preguntaba hace dos semanas el matrimonio Messmer. Esa es misma conclusión a la que llegan tanto Marta como José. De esta manera, el director de APEEN suele recurrir generalmente a Nueva Versión Internacional, a la Nueva Traducción Viviente y a La Palabra, sin renuncia a la clásica Reina Valera. De lo que se trata, en definitiva es de “encontrar las palabras que puedan ser más asimilables para los niños, en función de su madurez”.

Algo similar ocurre en el equipo que prepara Explora: “Siempre estamos comparando versiones”. Marta nos remarca la importancia de memorizar el texto bíblico, y de hecho, es una de las piezas fundamentales del currículum que preparan. En este sentido, si bien todo el equipo tiene más por la mano la Reina Valera, entienden que hay demasiados conceptos que se deben aclarar. “No podemos hacer que el material parezca un diccionario, hay palabras que a nuestra generación ya le cuesta entender”, explica. 

Sin embargo, no todo se reduce a las preferencias de cada uno, en su caso concurre otro factor de enorme peso: los derechos de autor. Y con todos estos elementos sobre la mesa deben tomar las mejores decisiones. Así, suelen trabajar con la Nueva Versión Internacional, la Reina Valera y también otras versiones pero, siempre, respetando los márgenes que las licencias les permiten.

 

¿UNA VERSIÓN COMO BIBLIA DE “TEXTO”?

Ante tanta diversidad en las aulas, algunos plantean la necesidad de unificar criterios y esto podría pasar por establecer una versión de la Biblia para el uso cúltico y en las propias clases para que todo fuera algo más sencillo. Este camino, a pesar de que puede ser interesante desde un punto de vista pedagógico, parece difícil de transitar, en opinión de José Altimira, que “hoy por hoy” no lo ve viable en las iglesias. En este sentido, quizá sería generar un problema por una cuestión que las iglesias no se plantean, por ahora por lo menos. 

 

Y dentro de quince días daremos voz a los adolescentes que, por supuesto, tiene algo que decir sobre esta cuestión. No dejes de opinar, criticar y saludarnos en facebook.es/enfamiliaPD

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