En busca de una roca

Hoy hay muchos que andan en busca de alguna roca en el espacio que les dé certezas.

10 DE ENERO DE 2019 · 10:59

La imagen de Ultima Thule captada por la nave New Horizons. / © NASA/Johns Hopkins University Applied Physics,
La imagen de Ultima Thule captada por la nave New Horizons. / © NASA/Johns Hopkins University Applied Physics

El año 2019 comenzaba con la noticia de que la sonda espacial New Horizons había tomado una imagen del asteroide Ultima Thule, que es hasta ahora el objeto más distante del sistema solar al que un artefacto hecho por los hombres se haya aproximado. Además de la proeza técnica de conseguir situar la sonda a solo 3.500 kilómetros de distancia del objeto, la expectativa del logro radica en que esa roca puede proporcionar información acerca del origen del universo. No obstante, ésa es siempre la expectativa que se persigue cuando se emprende algún programa espacial, de tal modo que una y otra vez, ya sea en Marte, en la cara oculta de la Luna o en cualquier otro cuerpo celeste, la esperanza que se abriga es encontrar las claves que nos permitan entender cómo se formó todo. Pero hasta ahora el misterio sigue sin ser desvelado y seguramente tampoco sea Ultima Thule la roca que nos desvele el anhelado secreto y haya que buscar otra, todavía más lejana, a ver si es posible que nos dé la solución.

En cualquier caso, resulta sorprendente que se vaya en pos de distantes objetos inertes para ver si tienen algún vestigio de vida y así descubrir cómo empezó la misma, cuando en nuestro planeta hay una saturación de vida multiforme que está al alcance de nuestra mano, siendo nosotros mismos seres vivientes, con una complejidad, riqueza y excelencia que no tiene parangón. Pero así es el ser humano, oteando los confines del universo para indagar el cómo, mientras multitud de evidencias se amontonan en nuestro interior y a nuestro lado.

Hay una Roca que es la contestación a esa búsqueda. Esa Roca no es un objeto sino un ser vivo y no un ser vivo entre otros sino el Ser que es el origen de toda existencia, también de la infinidad de pequeñas y grandes rocas que viajan por el cosmos. A ese Ser se le denomina Roca, no porque sea estático o no se inmute, sino porque es confiable, al ser el fundamento sólido donde poder sostenerse.

En las últimas palabras que Moisés pronunció antes de morir hay una reiterada alusión a Dios como Roca:

  • ‘Él es la Roca cuya obra es perfecta.’ Esa obra es heterogénea y del mismo modo que el arco iris despliega su riqueza cromática, así la obra de Dios manifiesta sus perfecciones de manera singular. Hay una obra creadora, que publica la existencia de un Creador, sabio, bueno y omnipotente. La perfección de esta máquina que es el universo físico, con su grandeza, belleza y exactitud incomparable, no es resultado del azar, sino de una Mente inteligente. Hay una obra sustentadora, por la que el mismo Creador mantiene todas las cosas en orden y en conjunción, de acuerdo a leyes que él mismo ha establecido. Y hay una obra redentora, de recuperación, porque el cataclismo introducido por el hombre a causa de su pecado, echó a perder no sólo el entorno físico sino también al hombre mismo.
  • ‘Menospreció la Roca de su salvación.’ La palabra salvación es de donde procede el nombre Jesús y es que efectivamente el autor de la salvación es él. Una salvación que es de las fuerzas de tinieblas, a las que habíamos quedado cautivos para siempre. Esa salvación la fraguó mediante su muerte y resurrección, no habiendo otro medio que nos la proporcione. Lo insólito es que el texto afirma que hay quienes habiendo sido receptores de dicha salvación, la han tenido en poco, con lo cual se hacen doblemente culpables, al ser responsables de sus propios pecados y de este otro pecado, que es la negación del Salvador.
  • ‘De la Roca que te creó te olvidaste.’ Tal vez el afán por buscar rocas perdidas en el espacio no sea sino la consecuencia de haber olvidado a la Roca creadora, porque cuando se deja a un lado lo esencial, lo secundario pasa a ser lo esencial. El problema es que nunca lo secundario puede sustituir a lo esencial, llegando a ser solamente una parodia o una caricatura de lo esencial, pero nada más. El olvido de la Roca no menoscaba a la Roca sino a los que la olvidan. Tal olvido es un acto de ingratitud y dureza de corazón, que son producto del orgullo.
  • ‘La roca de ellos no es como nuestra Roca.’ ¡Qué distinta es la roca del paganismo de la Roca verdadera! La roca del paganismo tiene muchos nombres, dependiendo de la época en la que se viva. Antiguamente tenía unos nombres aplicados a ciertas divinidades y hoy tiene otros nombres aplicados a esas mismas divinidades. Pero aunque los nombres cambian, las divinidades siguen siendo las de siempre, porque el paganismo, antiguo o moderno, religioso o secular, es en esencia siempre igual: Una roca falsa. Nada tiene que ver con la Roca con mayúscula.

Hoy hay muchos que andan en busca de alguna roca en el espacio que les dé certezas. Pero la Roca que te las puede proporcionar no hace falta ir a buscarla tan lejos, porque ‘ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos y nos movemos y somos.’ (Hechos 17:27-28).

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