Juegos de apuestas en Internet y la mujer mejor pagada de la historia

Lejos han quedado los días en los que había que entrar en una casa de apuestas de mala muerte para apostar unos pocos euros. Hoy en día ya se puede apostar desde tu Smartphone, con un simple toque o al deslizar el dedo por la pantalla.

  · Traducido por Patricia Bares

21 DE DICIEMBRE DE 2018 · 12:00

Un partido del Stoke City, el equipo de la ciudad donde nace Bet365, con publicidad de la empresa en la camiseta y el campo. / Facebook Stoke City,
Un partido del Stoke City, el equipo de la ciudad donde nace Bet365, con publicidad de la empresa en la camiseta y el campo. / Facebook Stoke City

Denise Coates es con diferencia la CEO mejor pagada de Inglaterra, y a su vez la mujer mejor pagada del mundo. Su sueldo y beneficios alcanzaron la asombrosa cifra de 265 millones de libras el año pasado, es decir 726.000 al día. 

Bet365, la empresa familiar de apuestas de la que Denise es directora, funciona las 24 horas del día, pues Coates fue una de las primeras en ver el potencial de los juegos de azar en Internet ya en el año 2000.

Normalmente el éxito de este tipo de negocio sería aclamado y visto como una economía empresarial próspera. El grupo de empresas de Bet365 cuenta con 35 millones de clientes de todo el mundo, 4.300 trabajadores y además ha recuperado la prosperidad de la ciudad de Stoke-on-Trent, Inglaterra. La empresa se enorgullece de su riguroso cumplimiento de las regulaciones que forman parte de la industria de los juegos de apuestas. 

Entonces, ¿por qué me preocupan los beneficios que obtiene la señora Coates con su negocio? Las estadísticas de la industria de los juegos de azar en el Reino Unido muestran que la cantidad de dinero invertido crece a un ritmo vertiginoso. Según el Gross Gambling Yield (total de apuestas hechas menos la cantidad pagada a los ganadores), se alcanzó la cifra de 14,4 miles de millones de libras en 2017/18, un 4,2% más que el año anterior. Solo Bet365 ganó 2,7 miles de millones de libras de sus clientes del total de 52,5 que se hicieron en apuestas. Que este sector esté creciendo mucho más rápido que el resto de la economía definitivamente no es una buena señal.

El problema es que los juegos de azar se han normalizado, sobre todo desde que la publicidad en televisión dejó de tener regulaciones. Antes del 2008, solo se podían anunciar la lotería nacional, el bingo y la quiniela. Ahora, en cambio, las pantallas de televisión están repletas de anuncios de apuestas, especialmente en días donde se emiten eventos deportivos. Un periodista contó recientemente 64 anuncios emitidos a lo largo de cinco horas de fútbol, de los cuales 27 anuncios (el 42%) eran de apuestas. Muchos grandes deportes están patrocinados por empresas de juegos de apuestas, y los anuncios en las vallas de los estadios de fútbol también atraen a los espectadores. Tanta saturación visual hace que creamos que “todo el mundo” apuesta. 

 

El estadio del Stoke City, con la publicidad de la casa de apuestas en sus asientos. / Facebook Stoke City

¿Pero qué es lo que se vende? Los clientes de Bet365 adquieren esa emoción momentánea de ver si su apuesta valdrá la pena. Adquieren, en otras palabras, una liberación de dopamina provocada por una recompensa incierta, la cual es fruto del resultado de un partido sobre el cual han apostado. Las empresas de juegos de apuestas son expertas en engatusar a la gente y hacer que apuesten. Lo hacen dando la impresión de que tienen un gran premio esperándoles a la vuelta de la esquina, incluso cuando en realidad están constantemente perdiendo. 

Los abogados afirman que apostar es otro tipo más de “diversión inofensiva”, aunque sólo si alguien es lo suficientemente maduro y racional como para jugar con precaución. Es decir, si se es capaz de parar antes de perder más de lo que se puede pagar. En realidad, vivimos en un mundo donde los humanos no siempre hacen lo que es mejor para ellos, son tentados a hacer algo que saben que está mal y tienen grandes luchas internas para controlar sus deseos. La Biblia hace el análisis más esclarecedor sobre este tema. Inglaterra cuenta con un gran número de jugadores que no son ni maduros ni racionales. Más del 10% de jóvenes de 11 a 16 años juegan a apostar a lo largo de la semana, y se estima que hay unos 25.000 jugadores problemáticos menores de 16 años

A pesar del aviso de salud y seguridad que muestran los anuncios de juegos de apuestas (“Cuando se esfume la diversión, ¡déjalo!”), en realidad la gente no juega de forma racional porque es adictivo, y con la llegada de los juegos de azar en Internet se ha vuelto increíblemente fácil. Lejos quedan los días en los que había que entrar en una casa de apuestas de mala muerte para apostar unos pocos euros, lo cual era un obstáculo social que tenían que superar los jugadores potenciales. Ahora ya se puede apostar desde tu smartphone, con un simple toque o al deslizar el dedo por la pantalla. La Gambling Commission (comisión de juegos de apuestas) informó de que en Gran Bretaña había aumentado la cifra de jugadores problemáticos o de gente de más de 16 años con vidas destruidas por los juegos de apuestas. Había aumentado más de un 53% entre 2012 y 2015, pasando de 280.000 a 430.000 usuarios.

Sin embargo, la objeción más grande que tengo es que la gente más pobre de la sociedad es la que gasta más en proporción a sus ingresos. Un estudio llevado a cabo por el gobierno de Australia en 2017 mostró que los hogares con menos de 22.000 libras de sueldo anual se estaban gastando un increíble 10,4% en apuestas. Es profundamente injusto que la gente con menos dinero para “actividades de ocio” sean los que jueguen de forma menos “responsable”. La combinación de la naturaleza adictiva de los juegos y el deseo desesperado de escapar de la relativa pobreza comporta que las familias se empobrezcan rutinariamente con los juegos de apuestas. 

Aun así, hay un rayo de esperanza donde se toman medidas para proteger a los más vulnerables. La ley para reducir la cantidad máxima de una apuesta (lo que se conoce como stake) en uno de los tipos de máquinas más adictivas (la FOBT, la cual se encuentra por todo el Reino Unido) cambiará la cantidad de 100 libras por la de 2 el año que viene tras una lucha entre la industria del juego de apuestas y los activistas. Y tan solo hace una semana, las principales empresas de juegos de apuestas en Internet acordaron hacer una prohibición voluntaria y no publicitarse mientras se está llevando a cabo un evento deportivo, desde que comienza hasta que termina.

Esta historia con enseñanza ilustra las complejidades de la relación defectuosa entre el ser humano y el dinero. Denise Coates es una mujer de negocios muy exitosa, y aunque Bet365 cumple la ley y regulaciones de los juegos de apuestas, hay algo un tanto obsceno en la cantidad de su salario comparado con la pobreza de tantos clientes suyos. 

En Lucas 17 Jesús dijo a sus discípulos: “Es imposible que no vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vengan! Más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino, y que lo arrojaran al mar, que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeñitos.” La última palabra en la versión griega es skandalizo: poner una trampa en el camino de alguien. Quizás esa es la verdadera razón por la que esta noticia es escandalosa.

 

Jonathan Tame, director del Jubilee Centre (Cambridge, Reino Unido).

Este artículo apareció por primera vez en la página web del Jubilee Centre y se ha vuelto a publicar con permiso. 

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