El reloj prenavideño

El reloj prenavideño es signo de esperanza para los humillados y vencidos. El mismo Dios viene a salvarlos, a salvarnos.

04 DE DICIEMBRE DE 2018 · 13:02

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El tic-tac del reloj prenavideño ha comenzado a sonar. Será imparable, al menos hasta el día 25 de diciembre en el que se culmine el Nacimiento. El tiempo en estas fechas prenavideñas, se convierte en un gran reloj al que muchísimos miran con gran expectación viendo cómo va marcando sus segundos, sus minutos, sus horas, sus días y sus semanas, hasta llegar al cumplimiento de la promesa. Cada tic-tac, cada campanada que emite, nos está dejando un mensaje: El Señor se acerca. Escuchad pues los latidos de este reloj prenavideño, aguzad el oído, expandid el alma. Sus continuo e imparable tic-tac va anunciando que alguien se acerca, que se aproxima, que llega.

Ese gran reloj que se muestra a todo el mundo, nos dice que el tiempo se está cumpliendo en medio de un mundo desequilibrado e injusto. Las sonidos de ese cronómetro implacable son también avisos a los injustos, a los que cierran sus oídos al grito de los oprimidos y empobrecidos de la tierra. Campanadas de un reloj anunciador: El que se acerca trae nuevos valores de consuelo y justicia a los abusados. Lo que en el fondo se acerca, son los valores del Reino. Uno de ellos dice así: “Muchos últimos serán primeros”. Valores del Reino que irrumpen con la figura del niño de Belén.

Entonces está claro. El reloj prenavideño es signo de esperanza para los humillados y vencidos. El mismo Dios viene a salvarlos, a salvarnos. La esfera de ese gran reloj prenavideño parece indicar y encararse hacia el sol de justicia. Sus agujas van a indicar siempre la buena dirección, el curso de la historia que ha gritado desde los tiempos proféticos: Él viene, se acerca, se irán cumpliendo las profecías. Los sonidos del gran reloj brotan sin cesar. Escuchad: El tiempo madura, Dios se acerca.

A lo largo de todo el Antiguo Testamento, escuchamos los latidos de ese reloj anunciando que “un niño nos es nacido, que un hijo nos es dado”. Los sonidos der las campanadas del reloj prenavideño van a ir sonando cada vez más fuertes esperando la última que será como una deflagración, una explosión inmensa: el que el tiempo se habrá cumplido.

No seáis sordos, no finjáis sordera alguna. Todos escucharemos un sonido que retumbará sobre toda la tierra como un grito que indica: ¡“No temáis”! Esa última campanada ensordecedora vendrá preñada de un mensaje para toda la humanidad: “Las noticias son de gran gozo. Ha nacido el Salvador del mundo”. La esfera de este reloj anunciador se iluminará como una antorcha haciendo que toda noche desaparezca. Habrá un estallido de una gran luz.

¡Escuchad, sordos de la tierra! ¡Abrid vuestros oídos, despistados del mundo, los que no queréis estar atentos al reloj de la historia de la salvación, al reloj prenavideño! Ese reloj, sus latidos y campanadas son imparables, su sonido acabará atronando al mundo, anunciando la llegada del Salvador. Sí. Son las mismas campanadas que han estado sonando como gritos de gozo a lo largo de todo el Antiguo Testamento, los sonidos proféticos que parece que muchos no quieren oír. ¡Escuchad! Ahora hay una gran razón: La Navidad se acerca. Cada segundo que pasa de ese reloj prenavideño, es un paso hacia el nacimiento.

Abrid los oídos, pobres de la tierra, desesperanzados del mundo, los que estáis tristes. Permaneced a la escucha y a la espera. Observad como avanzan las manecillas de ese reloj. Un paso más, un paso más. Cada avance, nos aproxima al que viene, al que se acerca, al que llega. Es el reloj de la expectación, de la espera, de la esperanza, de la culminación de los tiempos.

El Reino de Dios irrumpirá en nuestra historia con la última campanada del reloj prenavideño. Sí, lo celebraremos el día 25 de diciembre. El Nacimiento, la Navidad, la Natividad. 

Escuchad el mensaje del reloj prenavideño, acumuladores de la tierra, abrid vuestros oídos al mensaje de esa campanada que atronará la tierra, buscad justicia y juicio. Si no, el mensaje prenavideño es justamente para vosotros. Así lo dice el llamado Cántico de María: “Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos”. Sonido prenavideño, campanada  fuerte de ese reloj que anuncia que el tiempo se acerca. Hay esperanza para los pobres del mundo. Hay esperanza de salvación para todos. También para ti y para mí.

Cristianos en tiempo prenavideño: Acoged ese sonido del reloj de la historia de la vida, de las campanadas que se dieron en tiempos proféticos. ¡Despertad! Se acerca el gran acontecimiento. Estad vigilantes, atentos, listos. Vayamos también nosotros preparando el camino. “Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas”. Sonidos del reloj prenavideño, consejos para los que esperan. Todo lo predicho con júbilo en el pasado se cumplirá. El tiempo es imparable, el reloj prenavideño es irrompible, no falla, no se retrasa. La culminación de las profecías y su cumplimiento, llegarán. Es nuestro Dios que cumple.

Por eso gritaba el salmista David. Quizás estaba oyendo ya ese reloj con sus campanadas portadoras del mensaje prenavideño, el anuncio más importante de la humanidad. Quizás sus oídos se atronaban, y no tuvo más remedio que gritar: “¡Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas! Y entrará el Rey de Gloria…”. Sí, el Rey de la Gloria. Él es el Dios que viene, que ya está llegando.

Si tienes tus oídos abiertos, si oyes las campanadas del reloj prenavideño, si sabes que estos mensajes no son sólo para ti, sino para toda la humanidad, sal corriendo, súbete a algún lugar alto desde donde el mundo te pueda ver, alza tu voz como de trompeta y grita a todos: “Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!”. La Navidad habrá llegado ya al mundo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - De par en par - El reloj prenavideño