Asia Bibi ha sido absuelta, pero Pakistán sigue castigando la blasfemia

La cristiana consigue la libertad por las contradicciones en la declaraciones de quienes la acusaban, no porque la blasfemia deje de estar penada en Pakistán.

31 DE OCTUBRE DE 2018 · 12:58

Manifestación en Lahore, en 2011, pidiendo la liberación de Asia Bibi y la abolición de las leyes de blasfemia. / AsiaNews.it,
Manifestación en Lahore, en 2011, pidiendo la liberación de Asia Bibi y la abolición de las leyes de blasfemia. / AsiaNews.it

En la Lista Mundial de Persecución -que enumera los países donde la persecución es más severa para los cristianos- Pakistán ocupa el quinto lugar. En su informe más reciente la organización Puertas Abiertas recoge casos de discriminación, violencia, asesinato, abuso de la ley, presión social y falta de libertades para todos aquellos que no son musulmanes.

No es en vano que Pakistán se define como una República Islámica. Es un país, sin embargo, con una minoría cristiana a la que se les ha concedido algunos derechos. Por ejemplo, pueden establecer iglesias, pero no hacer proselitismo. Tienen derecho a estar representados en el Parlamento como minoría, pero es muy difícil que alguien cristiano pueda hacer carrera en un partido o llegar a un puesto relevante de gobierno.

La lectura de la sentencia por la que el Tribunal Supremo de Pakistán ha absuelto a Asia Bibi de la condena a muerte resulta llamativa desde una perspectiva occidental. Se trata de un documento que entremezcla lo jurídico con lo teológico. En las primeras 15 páginas, el juez realiza una exposición -o una exégesis- sobre la base del delito de blasfemia a partir de versos del Corán y de las suras de Mahoma.

 

A nadie se le debería permitir -dice la sentencia- hablar mal de Mahoma o del Corán y quedar sin castigo.

En esta exposición teológica, el juez muestra cómo tanto el Corán como las suras apoyan la sentencia a muerte o el encarcelamiento de por vida para aquellos que blasfemen contra su libro sagrado o el profeta. Este aspecto legal no se pone en discusión en ningún momento por parte de los jueces, que asumen esta práctica como algo adecuado y validado por su religión, totalmente adaptado a su sistema jurídico.

Así que esta es la realidad: los países islámicos, y entre ellos Pakistán, seguirán condenando a muerte a aquellos que encuentre culpables de blasfemia.

Entonces, ¿qué ha sucedido con Asia Bibi? ¿Por qué ha sido absuelta?

Según explica el juez, el tribunal que sentenció a muerte en 2010 a esta mujer cristiana dio por válido el relato de las testigos que acusaban a Bibi de blasfemia, y no tuvo en cuenta las flagrantes contradicciones que presentaban ni sopesaron adecuadamente los testimonios a favor de la mujer cristiana.

 

La sentencia admite el mal uso de la demanda por blasfemia.

Además, el juez reconoce que la acusación de blasfemia ha sido utilizada en otras ocasiones como arma arrojadiza, y por ello los jueces deben ser muy prudentes a la hora de aplicar una sentencia basada en indicios poco claros.

En todo caso la sentencia recoge la declaración de Asia Bibi en la que niega los cargos. Bibi afirmó que nunca había blasfemado contra el Corán ni contra Mahoma.

El Tribunal Supremo vuelve a citar al Corán para expresar que no se debe acusar con falso testimonio, algo que se considera intolerable en la religión islámica.

 

Se cita a Mahoma para fortalecer la idea de que no se debe acusar falsamente.

La sentencia de Asia Bibi es sin duda una victoria de la libertad y los derechos, pero no cambia el hecho de que Pakistán seguirá siendo un lugar en el que bajo la presión islámica se cercenan derechos a minorías como la cristiana. 

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