La misión: KM. 0

La misión no empieza en lo último de la Tierra, el primer paso se da en este kilómetro cero: el de la familia.

19 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 14:46

Cuánto más cercano, mucho mejor. / rawpixel en Unsplash (CC0),
Cuánto más cercano, mucho mejor. / rawpixel en Unsplash (CC0)

A lo largo de mi vida he presenciado el alzamiento y caída de diferentes modas: Los tazos, los Micromachines, ir al videoclub, los Tamagotchi, los cigarrillos de chocolate o la explosión del WordArt en los noventa, entre otras muchas. Sin embargo hay otra que espero que, en esencia, no desaparezca: el kilómetro cero. Yo sabréis que no estoy hablando de la madrileña Puerta del Sol, claro, sino de aquellos restaurantes y comercios que utilizan como valor añadido que los productos que venden, siempre que sea posible, no hayan hecho más kilómetros que el leonino Willy Fog y su siempre impecable traje. Consumir de forma responsable es una actitud muy bíblica, dicho sea de paso.

Los cristianos, en otro sentido, también debemos de volver al kilómetro cero. A ese punto de partida y el primer paso para la conquista del mundo: la propia familia. Nuestra aburrida y sedentaria sociedad occidental suele gustar de perder el tiempo con debates estériles y uno de ellos, y que hace tiempo que ya está entre nosotros, es el de la familia.

En los medios, la familia suele tratarse más como una arma arrojadiza para defender una determinada posición política, pero son pocos a los que les interesa pensar en las necesidades reales y urgentes de la propia familia. En el entorno cristiano, este concepto también suele suele estar en boca de todos y se habla de ella de forma incluso exaltada, pero tampoco se le dedica demasiada atención a fortalecerla desde el interior, desde sus realidades y necesidades más cotidianas. 

Así es, esperamos llevar el evangelio de Jesús al mundo entero y hablar de su amor hasta lo último de la Tierra, pero nos cuesta empezar el trabajo dentro de nuestros propios hogares. El mejor e ineludible punto de partida para cumplir la ley de Dios está en nuestra propia familia: cónyuge, padres e hijos los tenemos ahí mismo, pero tenemos dificultades en entender que nosotros somos las herramientas que Dios quiere utilizar para su crecimiento. La misión no empieza en lo último de la Tierra, el primer paso se da en este kilómetro cero.

Durante estos próximos meses tendremos este espacio en Protestante Digital para sentirnos En Familia, compartiendo cuestiones que nos pueden afectar a todos en algún momento de nuestras vidas, cosas cotidianas en muchos casos a las cuales vamos a dedicarle algo de atención. Contaremos además con la ayuda de la psicóloga Tamar Araguàs que, una vez al trimestre, responderá a las preguntas que nos hagáis llegar. Ella está especializada en pérdida personal, psicología infantil y familiar. Esperamos poder emprender este viaje con tu ayuda, así que puedes seguirnos en Facebook, y compartir tu experiencia y tus dudas con nosotros.

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