Miembros y m(i)embrillas

Un día, a media tarde, suena el teléfono en la casa de una persona que pertenece a una congregación gobernada por un pastor machista.

14 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 07:00

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—¿Dígame?

—Hola, Damián, soy Gerardo, tu Pastor.

—¿Qué tal, Pastor Gerardo, cómo se encuentra?, no le había reconocido, no esperaba su llamada.

—Es que hablamos poco, pero estoy bien gracias a la Gran Soberanía de Nuestro Señor Jesucristo, Muerto y Resucitado por el Bendito Poder de Dios Padre.

—Eso es cierto, Pastor. Me alegro mucho.

—Quiero quedar contigo, Damián, a ver si podemos vernos pronto. Hoy mismo si fuera posible. El tema es urgente.

—¿De qué se trata? ¿Qué ocurre?

—Pues pasa que tenemos algunos problemas en la iglesia y me gustaría comentártelos además de otros asuntos de interés.

—¡Hombre!, no me esperaba esa deferencia de su parte. Siempre había pensado que era la oveja negra del último banco.

—No, por Dios bendito, Damián. Tú eres un miembro respetable, a pesar del color de tu lana y de sentarte en el último banco.

—Está bien, gracias. ¿Dónde quedamos?

—Pues..., tu casa me queda lejos, por eso no te he visitado hasta el momento, mejor nos vemos en la heladería de enfrente del templo, así tomamos algo frío, que hace un calor asfixiante.

—De acuerdo, le digo a mi mujer que se arregle y enseguida vamos para allá. ¿Le parece bien dentro de media hora?

—Estupendo, pero escucha, no hace falta que le digas nada a tu mujer. Seguramente tiene mucha tarea que hacer en casa, déjala hacer lo suyo. Ven tú sólo y hablamos. Se trata de cuestiones importantes de la organización interna de la iglesia, ahora avisaré a unos cuantos más y juntos nos vemos allí.

—Pastor Gerardo, mi esposa también es miembro de la iglesia, igual que yo.

—Te equivocas, Damián, y perdona que te hable tan claro, tu mujer no es miembro de la iglesia, es m(i)embrilla. Además, ella, como todas las demás, no va a entender de estas cosas, se hará un lío y hará sus propias interpretaciones. Tú me entiendes. Las m(i)embrillas mejor en la cocina. Pero tú tranquilo, por el Poder del Altísimo te prometo que la llamaré otro día. Como sabes, unos cuantos sin papeles están pintando las paredes de iglesia y, cuando terminen, habrá que hacer limpieza general.

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