Saber lo que es bueno

¡Nadie sabe lo bueno que tiene hasta que lo pierde! Mejor dicho: Todos sabían lo que tenían ¡pero no pensaron que podían perderlo!

10 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 08:00

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 Tate Taylor dirigió la película Criadas y señoras (The Help, 2011), basada en la vida alrededor del río Mississippi durante los años 60. Una de las “criadas” es una mujer de color que cuida a la niña de la casa. Cuando ésta llega a la adolescencia y algunos de sus amigos comienzan a despreciarla, la sirvienta le dice: "Cada mañana  me hago esta pregunta delante del espejo: "¿Me voy a creer lo que la mala gente dice de mi cada día?" Quiere enseñarle que debe vivir sin preocuparse por lo que los demás dicen. Más tarde, esa adolescente sería la autora de uno de los libros que revolucionaron la vida en el estado.

¿Y tu? ¿Te lo vas a creer? ¿Vas a hacer caso de todo lo malo que otros dicen? Perdóname que comience de una manera tan directa, pero estoy seguro de que la opinión de los demás es uno de los mayores tiranos que nos esclavizan en el día de hoy; y además, uno de los más difíciles de desenmascarar, porque nosotros mismos nos sometemos a sus órdenes ¡nos preocupa demasiado lo que otros digan o piensen!

¡Ya basta de todo eso! ¡Tu tienes valor por quién eres, no importa lo que digan los demás! Tenemos que aprender a aceptarnos a nosotros mismos, aceptar las circunstancias en las que vivimos, el lugar en el que estamos… ¡No quiere decir que no aspiremos a prosperar! pero lo que no debemos hacer es estar siempre pensando en lo que podría haber sido o depender siempre de lo que los demás podrían haber hecho por nosotros. 

Cuando nos vernos rechazados, o sentimos la necesidad de que los demás nos digan palabras de aprecio para sabernos valorados hace que nos sintamos lejos de nosotros mismos, y ¡ser uno mismo es la base de una vida saludable! Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos… Aceptarse, saber recibir las críticas, valorar lo que hacemos bien y reconocer aquello en qué tenemos que mejorar, es lo que fortalece nuestro carácter.

Dios nos enseña que la “herencia” de cada uno es lo más importante en la vida. No tanto lo que tenemos materialmente, sino el hecho de saber que todos somos diferentes, queridos, que todos tenemos cualidades que el Señor admira, porque Él nos creó: Esa herencia es un regalo aquí y por toda la eternidad: “Todo mi ser se consume, pero Dios es mi herencia eterna y el que sostiene mi corazón” (Salmo 73:26) Si, porque aún en los cielos nuevos y la tierra nueva seguiremos siendo nosotros mismos. 

Déjame decirte algo: ¡Nadie sabe lo bueno que tiene hasta que lo pierde! Mejor dicho: Todos sabían lo que tenían ¡pero no pensaron que podían perderlo! Si no sabes cual es tu lugar aquí, es el momento de volver al Señor para saber quién eres. En Él te encuentras a ti mismo, a ti misma. Cuando nos miramos en el rostro de Dios, descubrimos quienes somos en realidad.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Saber lo que es bueno