Pastores cibernéticos

Prefiero el pastor/misionero de carne y hueso antes que los que aterrizan sin ni siquiera presentarse a quienes estuvieron décadas sembrando.

07 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 09:55

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Donde estén las congregaciones con raíces autóctonas…

Misioneros que aprendieron el español. La anciana fiel y el obrero que va al hospital a visitar al enfermo. Que tienen a su pastor, su equipo, en cualquier momento requerido.

¿Y quién me hace más feliz, observando la iglesia en España? ¿El pastor/misionero guay que llega a España y levanta una iglesia en el barrio latino de cualquier ciudad, controla a la gente y la va a llenar porque los que estuvieron aquí antes que él/ella no saben escuchar la voz de Dios?

Los sermones a grito pelao, con exigencias, haz esto y ve pa’ qui y ve pa’ ya...

¡A mí me hacen feliz los pastores/misioneros de carne y hueso, los de toda la vida!

Dicen algunos que España está llena de iglesias que no sabemos bien qué son. Que España es un país para conquistar. 

Yo prefiero el pastor/misionero de carne y hueso antes que los misioneros, apóstoles y profetas que aterrizan sin ni siquiera presentarse a quienes estuvieron décadas sembrando, haciendo discípulos. Y que pueden tener una larga trayectoria muy respetable, también.

Porque los de carne y hueso se dan a otros, han abierto un camino con grandes desprecios. Porque se conocen la historia de la iglesia en España, porque están cuando un miembro los necesita, porque no hablan de sí mismos, porque los pastores de carne y hueso tratan bien a su gente, porque están cuando se les necesita. Porque luchan por conectar con otros y no se sienten ni prepotentes ni vips.

Porque saben dejar sus roles y chaquetas para sentarse con el más humilde. Porque conocen lo que en España pasa, porque no son una pompa de jabón aislados de una realidad social, política, económica... sino que se infiltran en la sociedad, aportan, se considera uno más y en ellos se ven acciones y actitudes del carácter de Jesus que está bien recogidos en los Evangelios.

La cuestión es si son buenos o no profesionales, porque un pastor de carne y hueso debe ser profesional movido por vocación. Tiene que tener claro su llamado, viene a servir y no a ser servido.

Este verano he vivido varias situaciones sobre este binomio.

La mujer evangélica que, de su conocimiento global del tema, no sabe si es cristiana pero sí sabe quién es el archiconocido... tal... cuando me subía al avión de un aeropuerto de una ciudad.

Lo peor de todo es que para ella lo más importante y lo emocionante de su cristianismo actual es que tenía una “audiencia” con un pastor internacional como si de un rey se tratara -no diré su nombre- De esto trata toda la emoción que el Evangelio le puede dar. ¡Que vergüenza ajena!

Con ella, no sabía de qué hablar, aparte de la audiencia con el pastor-cibernético. Cuando le digo que el pastor tiene que ser de carne y hueso, ella levanta el hombro, eso está bien. 

Entre legalistas, ofrendas sin importar a qué coste, que tu estás aquí pues yo me pongo a tu lado para pescar en tu pecera, la falta de ética profesional, que es una asignatura esencial…

En Jesús tenemos la misión que nos es de ejemplo para pastores que queremos ser de carne y hueso.

Donde estén los pastores de carne y hueso que se quiten los cibernéticos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Misión - Pastores cibernéticos