Calzados Milan (Recuerdos de una adolescente)

Para dar buen testimonio de fe no hacen falta demasiadas palabras ni darse bombo.

04 DE MAYO DE 2018 · 09:00

A la entrada de la zapatería. ,
A la entrada de la zapatería.

Calzados Milán se encuentra en calle Martínez Maldonado de Málaga. Su dueño, Fernando Milán, abrió el negocio allá por el año 58 aproximadamente. Es un local siempre bien surtido de productos.

Los recuerdos que traigo al presente se remontan a la adolescencia, cuando mi abuela iba a la zapatería sin un duro y se traía los pares que necesitaba sin pagarlos. Eran tiempos malos para todos. Fernando se los entregaba, ella los iba abonando como buenamente podía y, mi abuela, podía poco.

También me viene a la memoria el día que me enteré de que Fernando era ¡protestante! ¡Teníamos a un protestante en el barrio! ¡Dios mío!, antagónicamente justo enfrente de la ermita de la Zamarrilla. En aquellos años no ser católico era una gran herejía. Así pues, allí había un hombre con una religión rara vendiendo zapatos que daba fiados a las familias más humildes y que, además, no les metía prisa en pagarlos.

 

Calzados Milan (Recuerdos de una adolescente)

Este que comento es el principal recuerdo que guardo. En la actualidad, casualidades de la vida, me reúno en la misma iglesia que Fernando Milán hijo, fiel calco de su progenitor, tanto en lo físico como en todo buen sentido; protestante también y dueño actual de la tienda. Cuando nos dimos a conocer sentí mucha alegría. Él me ha contado otros testimonios de su padre, fallecido hace años y que la gente todavía recuerda con mucho cariño.

Para dar buen testimonio de fe no hacen falta demasiadas palabras ni darse bombo. El zapatero la demostraba con hechos, como lo hacía Jesús, nuestro modelo, con los más pobres.

 

Calzados Milan (Recuerdos de una adolescente)

Por problemas ajenos a la familia que no viene al caso mencionar, la zapatería se cierra en breve. Sería una pena que se olvidasen las buenas obras que se realizaban dentro de su espacio. Por eso escribo este pequeño homenaje, para que quede constancia de la vida del hombre comprometido con su creencia, que se desvivía por su trabajo y por la gente, que, para más inri, era protestante.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Calzados Milan (Recuerdos de una adolescente)