Francisco de Enzinas, de la cárcel a la cátedra de Cambridge

Una de las aportaciones de Enzinas, quien se había implicado en la defensa de la iglesia evangélica, fue la no beligerancia en temas de religión.

23 DE FEBRERO DE 2018 · 12:18

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Enzinas fue informado de que se le iba a abrir proceso y los terrores de la posible muerte le hicieron decir: “Fue entonces cuando sentí un estremecimiento de horror en mi conciencia, terrores de muerte y la lucha indescriptible entre el espíritu y la carne. Pensaba yo, en efecto, que de un modo u otro se desembocaría en una discusión sobre el tema religioso, y nadie ignora cuánto riesgo y que seguridad de morir hay en tales discusiones, sobre todo con gente que de antemano tiene trazado perseguir el Evangelio. El espíritu me empujaba a resistir y proclamar libremente mi fe en Cristo; la carne me ponía delante la probabilidad de morir y me invitaba, tembloroso y en lucha abierta con la muerte, a desertar”.

Cuando fue visitado Enzinas en la cárcel por su tío y parientes, estos también pudieron ver el rostro del miedo: “¡Ahí tienes el fruto de tus estudios –le diría el tío-¡Ahí tienes donde te han arrastrado tus decisiones por no querer hacernos caso! ¿Qué te importan a ti esos estudios absurdos? ¿Por qué no dejas esas cosas a teólogos y frailes? ¿Qué otro provecho has sacado de ahí, si no es ponerte en trance de perder la vida de un momento a otro y hacer correr el riesgo a toda tu parentela de quedar marcada por culpa tuya con la mancha del más feo crimen y con eterno baldón?” (Moreno & Fernández Luzón, 2005, pág. 77)

En febrero de 1545 logró huir de la prisión y a mediados de marzo ya estaba en Wittenberg volviendo a vivir en casa de Melanchton, donde a ruegos de este escribiría sus Memorias en latín donde narra su cautiverio y persecución. Pasaría por Estrasburgo donde trató con el teólogo protestante Martín Bucero y recorrería Constanza y Basilea donde imprimiría dos de sus libros con Oporino en cuya casa estuvo hospedado. También estaría en San Gall y otras partes de Suiza y pensaba irse a Italia cuando se enteró de la muerte de su hermano Jaime en Roma. Recorrería Inglaterra con una carta de recomendación de Melanchton para el arzobispo de Canterbury, Crammer, y en 1548 obtendría la cátedra de griego de la Universidad de Cambridge, que ostentó durante dos años, volviéndose a Estrasburgo donde publicó varias traducciones de los clásicos.

En 1552 vendría a Ginebra a conocer a Calvino con el que mantenía correspondencia, falleciendo el 30 de diciembre de este mismo año en Estrasburgo. Predicó en su culto de exequias Juan Morbach y su muerte fue sentida entre los doctores protestantes y en especial por Melanchton. La peste había parado posiblemente la impresión de la Biblia completa en castellano, que según se decía estaba preparando Enzinas.

Una de las aportaciones del protestantismo español en la persona de Enzinas, quien se había implicado en la defensa de la iglesia evangélica, fue la no beligerancia en temas de religión. Cuando recomendado por Martín Bucero y después de la muerte de Juan Díaz quien había estado prestando servicios al cardenal Jean Du-Bellay, este se ofreció a ser también el confidente del cardenal en temas diplomáticos y de religión. Enzinas, recorriendo todo el territorio protestante de Europa, contempló las discordias entre hermanos de fe y estaba dispuesto a marcharse a Constantinopla y predicar el Evangelio allí, por no poder resolver el espectáculo de tanto desacuerdo. Después se casaría y no seguiría estos propósitos, pero siempre en su mente estaría esta filosofía de vida: “La única preocupación que me tuvo constantemente en vilo fue la de la Iglesia de Cristo y esa preocupación no me dejará si no es con la vida misma. Pues hombres de mucho peso, con gran cordura, han considerado que los asuntos de cada cual no pueden quedar a buen recaudo si el conjunto de toda la sociedad no está en paz y sosiego”. (Memorias)

 

ENZINAS, TRADUCTOR

Boehmer da información de abundante bibliografía. Existe la traducción en castellano del que forma el volumen veinte de Reformistas antiguos españoles, en la que aparece con el título Historia de la muerte de Juan Díaz por determinación tomada en Roma le hizo matar su hermano Alfonso Díaz en la madrugada del sábado 27 iii mes del año 1546. En este tomo XX de Reformistas antiguos se añade la Summa Christianae religionis de Juan Díaz.

Ya hemos comentado que Francisco de Enzinas había escrito Notas contra el Concilio de Trento en el que además de la esperanza que se tenía depositada para que fuese un Concilio universal y dejase a la cristiandadevangélica volver a las fuentes bíblicas, se deseaba la paz y la reconciliación entre todos. El Concilio resultó una verdadera negación, en la práctica, de toda verdad revelada en la Escritura y por eso Francisco de Enzinas pondrá en dísticos latinos el paralelismo entre San Pablo y el papa Pablo III al que satiriza como verdadero pirata y nada merecedor de la tiara.

Como traductor, dice Menéndez y Pelayo, que lo fue de todo, como la “Breve y compendiosa institución de la religión chtristiana…que era la traducción de la Institución de Calvino, aunque no en versión exacta como la de Cipriano de Valera, el Tratado de libertad christiana de Lutero y los siete salmos penitenciales. Estaba firmado por Francisco de Elao que Boehmer supone traducción hebrea de Enzinas. Boehmer también atribuye a Enzinas una traducción de la obra de Melanchton “Antítesis entre las doctrinas Evangélica y Papista” que se desconoce y también Dos informaciones, que Usoz i Rio publicó en el tomo XII de Reformistas. Además, se conserva variada correspondencia con Celio Curion, Joaquín Camarario, Juan de Lasco, Melanchton, con teólogos ingleses, alcardenal Du Bellay, Calvino, Vadiano, Bullinger. Se publicaron 50 cartas con el título “Francisci Dryandri Hispani, epistolae quinquaginta” en una edición dirigida por Boehmer. Otra colección de cien cartas, dirigidas a diversos reformistas, se encuentra en el seminario de Estrasburgo.

El Nuevo Testamento de nuestro Redemptor y Salvador con la dedicatoria a Carlos V e impreso en Amberes en casa de Esteban Mierdmanno el 25 de octubre del año del Señor 1543, consta de 352 folios, unas tablas para encontrar más fácilmente las epístolas y Evangelios y las fiestas de todo el año.

También tradujo “Las vidas de dos ilustres varones Simón (Cimon) griego, y Lucio Lucullo, Romano, puestas al paragón la una de la otra… que no son otra cosa que las Vidas paralelas de Plutarco y que se editaron en 1547. En 1551 aparecerían otras ediciones todas muy raras y otras también en 1562. EL “Compendio de las doce décadas de Tito Livio Paduano, Príncipe de la historia Romana, escrito en latín por Lucio Floro y la presente traducido en lengua castellana por Francisco de Enzinas, que se imprimió en 1553.

Para Menéndez Pelayo son traducciones suyas los Diálogos de Luciano y su Historia verdadera. Adolfo de Castro le atribuye Las antigüedades de los judíos de Flavio Josefo y Nicolás Antonio le atribuye también Los ocho libros de Tucídides ateniense, que trata de las guerras griegas entre los atenienses y los pueblos de la Morea.

También Enzinas anduvo ocupado en un libro de Botánica. De sus traducciones dice Menéndez y Pelayo: “Están hechas en estilo suelto, correcto y castizo, notable, sobre todo, por la igualdad y precisión, no muy comunes en los clásicos del siglo XVI. El sentido de los textos está bien interpretado, salvo algunos descuidos. Merece censura, no obstante, nuestro egregio helenista por haber incurrido muchas veces en amplificación y desleimiento, llegando hasta añadir pensamientos propios a los de Plutarco y Luciano”.

Entre los últimos descubrimientos de las traducciones de Enzinas,  Carlos Gilly ha aportado cuatro traducciones de la Biblia:  El Salterio de David traducido en lengua castellana conforme a la verdad hebraica. Publicado con falso pie de imprenta en Lyon, sería en Estrasbusgo en 1550. Ese mismo año y en la misma imprenta se publicarían Los Proverbios de Salomón declarados en lengua castellana conforme a la verdad hebraica. Exemplo de la paciencia de Job y El Eclesiástico.

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