Un simple accidente

Cada día son más frecuentes los accidentes caseros.

26 DE ENERO DE 2018 · 10:48

,

“Alguien dijo de él:

-Bendito sea este muchacho, honesto, puro,

cuyo rumbo es cambiar de rumbo,

porque él así lo quiere-”.

Tobias Calvo

Cada día son más frecuentes los accidentes caseros. La prensa, la radio o los informativos de las distintas cadenas de televisión son los medios de comunicación y expresión más usuales en nuestros días. Me interesa mucho leer y oír las distintas versiones de los testigos si los hubiere.

Durante el transcurso del noticiario de mediodía, entrevistaron a una vecina que acababa de presenciar una de estas desgracias. La señora, visiblemente alterada explicaba lo que había visto: 

“Bajaba apresuradamente las escaleras y en el portal resbaló delante de mí. ¡Señor! Que susto me he llevado. No podía dar crédito a mis ojos. ¡Cuanta sangre llevaba encima! He querido hablarle, preguntarle, pero no me oía. Echándose las manos a la cabeza gritaba como un loco que había sido un simple accidente y que alguien llamara a un médico, luego volvió a caerse, sin fuerzas. Pobre muchacho, ya en el suelo me di cuenta de que se había orinado encima. Llamé a la ambulancia desde mi teléfono móvil. La gente comenzaba a acercarse, pero ninguno nos atrevimos a tocarlo. Lo conozco desde hace varios años, cuando se mudaron al bloque. Es una bella persona, honesto. Saluda siempre con una sonrisa. Creo que ni fuma ni bebe. Buena gente, se lo digo yo y cualquiera que lo haya tratado. ¿Cómo ha podido pasarle eso? Luego llegó la  ambulancia, gracias a Dios que no se demoró demasiado.

Al parecer, los componentes del equipo bajaron rápidamente de la furgoneta con maletines en sus manos. Cada vez más gente rodeaba el cuerpo que seguía tumbado. El muchacho del ultramarinos trajo una manta, pero no fue necesaria. Cogieron al enfermo con cuidado, lo colocaron sobre la camilla y lo acomodaron dentro. Estaba inconsciente, dijeron, y antes de trasladarlo al hospital intentaron reanimarlo, pero algo ocurrió. El personal sanitario salió de nuevo a la calle, cerraron con llave las puertas del vehículo, parecían aturdidos. 

Una periodista se acercó para preguntarles tapando con su micrófono parte de la cara del que parecía ser el médico. Este contestó:

“Para sorpresa nuestra hemos comprobado que no tiene ningún daño, ninguna herida, que la sangre que lleva encima no es suya”.

Entraron aceleradamente al portal preguntando por la vivienda del herido que no estaba herido. Un niño, más avispado que los adultos que lo observaba todo desde el escalón les indicó que vivía en el tercero B, y que ese hombre era el padre de su amigo Carlitos. No esperaron al ascensor y desfilaron corriendo. Al llegar encontraron la puerta abierta. Entraron sin llamar al timbre y siguieron las pistas dadas por un reguero de sangre que los condujo hasta el dormitorio principal. (Principal cómplice de desdichas matrimoniales). Mandaron salir a todo el que se había atrevido a seguirles. 

Cinco minutos después, con el sonido de la sirena de los coches patrulla, la policía consiguió abrirse paso entre el gentío. Dos agentes subieron a la casa. Otros dos protegían la ambulancia y, el resto, despejaba la zona de morbosos que acudían a la sangre como las dos mil moscas al panal de rica miel. 

La información filtrada por una amiga de la familia que evitó dar la cara para no perjudicar su imagen durante una entrevista posterior en la misma cadena, describió, con todo detalle, que sobre las seis de la tarde, oyó ruidos. En principio pensó que el inquilino del cuarto volvía al bricolaje. Sin embargo, sintió con urgencia la necesidad de salir al rellano, comprobar la rareza de los golpes y saber de donde procedían. Entonces vio a Lucas lanzarse como una fiera escaleras abajo. Llamó a la puerta, pero Lupe no abría. Entró de nuevo en casa y cogió una copia de las llaves que ella le había dado hacía tiempo por si algún día las olvidaba o las perdía. Abrió deprisa. Un profundo silencio inundaba el espacio. Un olor intenso le revolvió el estómago. Al acercarse vio que la mujer yacía, vestida de confusión, boca arriba sobre la cama. Encima de la mesilla del lado opuesto se encontraba un cenicero lleno de colillas y una botella de whisky medio llena. Vio que las sábanas, decoradas con un difuso estampado marrón se habían empapado, igual que Lupe, con su propia sangre; que bajo el zapato del marido se hallaba un diminuto sobre lacrado y amarillento, donde aparecía escrita la palabra: “Autoestima”. Estuvo tentada a abrirlo, pero enseguida se dio cuenta de que estaba totalmente vacío. Junto al sobre pequeño se encontraba una papelera con otros de gran tamaño supuestamente llenos de mentiras. Sobre la coqueta, al lado de la foto del día de la boda, permanecían de pie varias imágenes de santos que fueron testigos del suceso y, al estar hechos unos de arcilla y otros de escayola, se disculparon por no haber dado un paso para acudir en su ayuda. 

Esta amiga intuyó que el cuerpo aún estaba caliente, pero no quiso tocarlo. Visiblemente emocionada, comentaba que le impresionaron los enormes ojos abiertos, sin vida, y al mirarlos fijamente descubrió algo tremendo: “Los vi hinchados de historias”  dijo, “pero lo que más me llamó la atención fue advertir que su boca, su boca.... miren ustedes, a mi entender, puedo asegurar que su boca llevaba tiempo completamente cerrada y además tuve la impresión de que hacía varios años que estaba muerta”.  

Recordaba que después de esto, el miedo la hizo estremecerse de frío y salir corriendo dejando la puerta de la vivienda abierta. 

INCONGRUENCIAS: Se sabe que el juez encargado del caso declaró el Secreto de Sumario, que en el hospital practicarían la autopsia para descubrir cuál fue el motivo causante de la muerte, que el presunto autor del delito seguiría disfrutando de su presunción hasta que se declarase autor material de los hechos, fuese de nuevo interrogado y se encuentraran las pruebas suficientes para condenarle, que si se confirmaran los hechos, se trataría de su primer delito y cumpliría sólo una parte de la condena. Ah!, que Carlitos, cuando regresó de las actividades extraescolares, fue ingresado en una casa de acogida donde seguirá aprendiendo muchas más cosas de las que ya sabe sobre la vida.

El informativo prosiguió con las noticias de actualidad: 

Continuarán los experimentos con embriones humanos para fines terapéuticos. Aparecen nuevos virus informáticos. Una leona escapa de un circo dejando a sus cachorros en la jaula. Todavía no se saben los equipos que se disputarán la Copa del Rey. Vean y observen los nuevos modelos presentados en la pasarela Cibeles para la próxima primavera. Hoy podremos disfrutar de un día de sol generalizado en toda España, podremos ver cómo los pajarillos cantan y las nubes se levantan... Mañana volveremos con más noticias importantes. Pasamos ahora a los anuncios publicitarios.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Un simple accidente