Neopaganismo (3)

Degenerado el cristianismo en catolicismo, éste fue convirtiéndose poco a poco en una combinación entre las enseñanzas del Nuevo Testamento y los viejos cultos místicos de Grecia y Roma.

22 DE NOVIEMBRE DE 2017 · 09:19

,

Señor Director de “Protestante Digital”.

Aquí estoy. Sigo mandándole artículos sobre neopaganismo, artículos que, como le aclaré la semana pasada, son verdaderos ensayos. Ya sabe usted que escritores de todos los estilos hay en la viña del Señor, si bien la viña produce uvas, no letras. ¡Vaya por Dios!

Continúo.

PAGANIZACIÓN DEL CRISTIANISMO
Aun cuando el Cristianismo nada tiene que temer de la comparación con los mitos paganos, pues está por encima de todos ellos, no se puede apartar de la fe cristiana toda idea de dependencia del paganismo, reconocida por los enemigos más acérrimos del paganismo y por los defensores a ultranza de la pureza del Cristianismo.

A principios del siglo V de nuestra era, cuando San Agustín escribió sus “Retractaciones”, donde trató de materias que le parecieron inexactas o incompletas en escritos suyos anteriores, el famoso apologista cristiano hacía referencia a sacerdotes de Cibeles que señalaban la influencia de esta diosa de Asia Menor en el culto cristiano. Hacia finales del siglo XVII el filósofo alemán Joham G. Herder, en su traducción del “Avesta”, conjunto de libros sagrados de los antiguos persas, destacó la influencia del paganismo sobre el Judaísmo y a través de éste sobre el Nuevo Testamento y el Cristianismo posterior. Una nueva etapa en esta misma dirección fue señalada a finales del siglo XIX por el alemán Bruno Bauer y el francés Ernesto Havet (1). Bauer llegó a escribir: “Los poetas, retóricos y filósofos de los primeros tiempos del Imperio fundaron una Roma espiritual, en cuyos graneros maduraron aquellas ideas y aquellos aforismos que más tarde los Evangelios y las epístolas de San Pablo diseminaron por el mundo entero” (2).

En época reciente y con sólo siete años de diferencia, uno en 1982 y otro en 1989, las librerías españolas ofrecieron a los escasos lectores interesados por este tema dos libros que tratan de la influencia que el paganismo grecorromano ejerció en el desarrollo del Cristianismo de los primeros siglos (3).

Las referencias a la paganización del Cristianismo primitivo han sido analizadas y refutadas por otros autores, que las consideran más tardías. Desde las primeras predicaciones de Cristo hasta principios del siglo IV, las doctrinas asumidas y proclamadas por la Iglesia fundada por el Hijo de Dios se mantuvieron inmaculadas, impermeables a las influencias paganas. La penetración del paganismo en el Cristianismo se inicia a partir del Edicto de Milán, cuando el emperador Constantino, el año 313, declara al Cristianismo religión oficial del Imperio romano. No obstante todo lo que se ha escrito sobre la conversión de Constantino, lo suyo fue una táctica militar y una estrategia política. Constantino estaba ya vencido. La fuerza del Cristianismo arrollaba y arrasaba el Imperio. El historiador y antropólogo Julio Caro Baroja dice que “en las primeras luchas entre emperadores paganos y emperadores con simpatía hacia el Cristianismo se procuraba averiguar simplemente cuál de los dos sistemas era el más eficaz o poderoso como auxiliar de las armas mismas. Y cuando Constantino se vio premiado con la victoria, pensó simplemente que era necesario dar satisfacción al Dios que se la había dado, al menos en parte”.

Degenerado el Cristianismo en catolicismo, éste fue convirtiéndose poco a poco en una combinación entre las enseñanzas del Nuevo Testamento y los viejos cultos místicos de Grecia y Roma. Puede que tal afirmación no sea compartida por todos los cristianos de nuestros días, pero no hay más que estudiar las creencias y las prácticas del catolicismo y confrontarlas con las del paganismo greco-romano. Los dogmas esenciales del catolicismo son genuinamente cristianos, es cierto, pero gran parte de su doctrina, su culto, sus ritos, su clero y sus festividades tienen mucho de paganas. La Navidad es de origen pagano. Lo es también el Día de Difuntos, el culto a los muertos, la adoración a santos y a vírgenes, el culto a las imágenes, etc. Sobre este tema dice un autor ya citado, Francisco Socas, de la Universalidad de Sevilla, que una cuestión grave fue “la pugna de cristianos y paganos” sobre el culto a las imágenes.  “El Cristianismo primitivo, que tiene que enfrentarse a una religión de imágenes, participa y es heredero de ese odio a la imagen” adquirido del monoteísmo judío. Pero poco a poco “los cristianos van dulcificando su postura hasta adoptar el culto a las imágenes que hoy nos parece connatural del Cristianismo de la Edad Media y de la Contrarreforma”.

El catolicismo romano se defiende de estas verdades afirmando que cuanto tomó del paganismo fue para transformarlo y elevarlo. ¿Quién transformó a quién? Por otro lado fue tanta la elevación del paganismo, que hoy dirige el mundo católico desde la cúpula de la catedral de San Pedro en el Vaticano.

NOTAS

(1) Bruno Bauer, “Cristianismo revelado”, 1843 y Ernesto Havet, “El Cristianismo y sus orígenes”, París 1872.

(2) Bruno Bauer, obra citada, página 150.

(3) “Del paganismo al Cristianismo”, por Jacob Bürckhardt, Fondo de Cultura Económica, México 1982.
“De los mitos paganos a las parábolas cristianas”, por Marguerite Gonon, Edicomunicación, Barcelona 1889.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque - Neopaganismo (3)