La soberbia le cegaba un ojo y la devoción nublaba la vista de cuantos le seguían.
Había nacido para militar pero se le había truncado la carrera y, lejos de ascender en el ejército, le pareció más fácil infiltrarse en algún grupo ya compuesto y, de ahí, directamente en las vidas ajenas mostrando un interés benigno por las personas. Vio fácil dar así rienda suelta a sus chismorreos y ansias de poder, una combinación a todas luces explosiva.
Su primera táctica para menospreciar a los demás era el encuentro cara a cara con el pardillo. Cada vez que uno de estos pasaba junto a él y le daba los buenos días, aprovechaba para quitar la fama y levantar falso testimonio a cualquier inocente fuera de escena que hubiese confiado en él con anterioridad contándose sus cosas. Su segunda mejor arma era el teléfono. Almacenaba números y números de contactos y buscaba hasta encontrar receptores dispuestos a escuchar sus mentiras a esa hora precisa. Su tercera baza era aconsejar que corriera la voz de las infamias que él juraba por Dios bendito quedarse corto y certificaba, con palabrita del Niño Jesús, que eran ciertas. Se le hacía la boca agua cada vez que un subordinado le respondía: ¡ S´ordenes! y cumplía sus deseos.
Lo que no estaba a su alcance lo remitía a sus más fieles secuaces cuya velocidad de comunicación era similar a la de las liebres cuando salen de sus madrigueras para saltar a sus anchas yendo de un lado a otro por el campo.
Todo aquel que no estaba de acuerdo con sus deseos era tachado de estar poseído por un demonio. O por dos.
Con tal de mandar quería hasta trajinar a Dios. Cada vez que uno no entraba por el aro de sus deseos, ya que no podía ordenar que le cortaran la cabeza ni le pegasen un tiro, ¡lástima!, le castigaba por sus desobediencias con algo que él llamaba, a saber, “disciplina constructiva”.
Siendo tan duro en los planes que llevaba a cabo, fue curioso que no faltó en su boca la sonrisa facilona, nunca alteró el tono musical de su voz, ni el baile lento de sus manos, ni la estudiada bajada de párpados tan ensayada en los momentos oportunos para esquivar miradas claras.
La soberbia le cegaba un ojo y la devoción nublaba la vista de cuantos le seguían.
Por aquel tiempo yo temía que ese mandón muriera de pronto por causa de algún subidón de estima repentina, porque me imaginaba a todos aquellos súbditos que le seguían el juego, entregarse como voluntarios para acompañarle a la tumba, como los esclavos de faraón hacían, y que jamás se recuperasen de aquella manipulación que era tan demencial como absurda. Pero no, me equivoqué en mis sospechas a Dios gracias. Algunos fueron espabilando y, poco a poco, igual que yo hice en su momento, comenzaron a retirarse de su presencia.
Luis Troconis y Mena Giuliano nos cuentan su historia: por qué salieron de Venezuela, cómo viven la situación crítica que atraviesa el país en la distancia, y cómo ha sido su acogida en España.
Julio Pérez entrevista a Christian Rosas y Samuel Justo, de la plataforma ConMisHijosNoTeMetas que comienza su andadura en España.
Joel Forster repasa los retos para los cristianos en el continente europeo y la labor que realiza desde hace cuatro años Evangelical Focus para conectar evangelio y sociedad.
José Luis Fernández Carnicero explica las actividades programadas este mes de enero en Ourense para celebrar la emisión del sello de la Biblia del Oso y la Reforma Protestante.
Ante una nueva edición del libro “Artes de la Santa inquisición Española”, Emilio Monjo nos explica su importancia, la relación con Casiodoro de Reina, y confronta los desvaríos históricos que se han realizado en los últimos meses en torno a la historia de la España del XVI.
Conversamos con Jaume Llenas sobre la Alianza Evangélica Española, su presente y futuro, tras 17 años en la secretaría general.
Fotos de la celebración realizada en Barcelona el 5 de octubre.
Un repaso gráfico a la historia de GBU en nuestro país.
El encuentro celebrado en Palma de Mallorca reunió a evangélicos de todo el país para conversar sobre convivencia, misión e interculturalidad.
No podemos llamarnos cristianos si Jesús no ocupa el centro de nuestra vida.
En los momentos más difíciles, las preguntas nos pueden asaltar.
Algunos consejos para que la lectura forme parte del día a día.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o