Odio, miedo e ignorancia

El odio, en términos generales, siempre proviene del miedo; y el miedo, por lo general siempre proviene de la ignorancia.

04 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 11:03

,

El Señor me habló fuertemente y me advirtió que no siguiera el camino de este pueblo. Me dijo: “No digáis vosotros que es conspiración todo lo que llama conspiración esta gente; no temáis lo que ellos temen, ni os dejéis asustar. Sólo al Señor Todopoderoso tendréis por santo, sólo a él debéis honrar, sólo a él habéis de temer”. Isaías 8:11-13

Esta mañana pretendía ponerme a escribir de otra cosa, pero entonces abrí la Biblia y me golpeó este texto. A veces no hace falta nada más.

A veces te encuentras delante de los ojos en la Biblia, sorprendentemente, con la palabra que te anda rondando; con algo que alude a una preocupación pertinaz, que está delante de Dios del mismo modo que uno mismo lo está, siempre, sin filtros. Ante él no se puede esconder nada de lo que somos.

Me sorprende mucho cómo a menudo el Señor me da respuestas a preguntas que, “oficialmente”, no he levantado ante él. No me he puesto a orar y le he dicho: “Señor, ¿cómo vamos a recuperarnos de tanto odio?”. Sin embargo, él sabe que he estado pensando en eso.

El odio, en términos generales, siempre proviene del miedo; y el miedo, por lo general siempre proviene de la ignorancia. Así que me parece de una sabiduría y una inteligencia alucinantes que la respuesta de Dios no tenga que ver con tratar el odio en sí, sino con el miedo y la ignorancia: saber quién es Dios y temerle solo a él. Nada más se merece nuestro temor.

Hemos estado invadidos por el odio desde el atentado de Barcelona. Todo nuestro alrededor se ha llenado de gente que está odiando cosas, sean las que sean. Estamos cansados de escucharlos y, lo que es peor: no sé vosotros, pero yo misma he caído en ello sin pretenderlo. No me he dado cuenta. Te rodea, te contagia. Te dicen una cosa, otro dice la contraria. La conspiración está continuamente en el aire, pero es una conspiración vacua, que solo te quita tiempo y energía. Y la respuesta que nos da Dios, basada en la Biblia, es separarte de la masa odiadora, miedica e ignorante. Ir a otro ritmo, pensar en otras cosas, aunque sigas compartiendo su espacio, sus noticias y su realidad. En otras palabras, como dice el texto, no seguir el mismo camino de los otros.

Si se ha de temer a algo, en última instancia, temer reverentemente a este Señor Todopoderoso que es al mismo tiempo nuestro Padre amoroso.

Si alguien siente que ha caído en este odio en las últimas semanas, es buen momento para acercarse a Dios y pedir perdón. No se espera eso de nosotros. No debemos ponernos a su altura. El Señor tiene una respuesta que va mucho más allá de lo que cualquiera de nosotros puede aspirar a entender.

 

Odio, miedo e ignorancia

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Amor y contexto - Odio, miedo e ignorancia