La reforma, la fe y la vida

Este vivir iluminados por la fe va a dar como consecuencia en los creyentes que, necesariamente, vivan conductas con unas prioridades y unos estilos de vida.

11 DE JULIO DE 2017 · 15:49

,

Quisiera hacer mi aportación, a través de mi blog en Protestante Digital, al 500 Aniversario de la Reforma. Comienzo diciendo que cuando leemos o recordamos el texto áureo de la Reforma Protestante “el justo por la fe vivirá”, texto importantísimo y en el que, lógicamente, creo, nos lanzamos al cuarto cielo y sólo pensamos en la salvación eterna, en la metahistoria, en el más allá, en el premio que, por fe, tendremos en el cielo.

Pienso que, quizás, este texto tiene un problema de interpretación única, unilateral, un hándicap que padecemos bastante en el mundo protestante, en los ámbitos evangélicos. Y es que siempre tendemos a interpretar este texto central en el pensamiento de la Reforma Protestante, desde el concepto de la salvación por fe, cosa que no dudo, pero la vida cristiana tiene siempre dos dimensiones: la dimensión vertical, que nos eleva hacia el trono del Altísimo, y la otra dirección, la que está en semejanza con el amor a Dios, la dimensión horizontal que va a guiar nuestra vida en la tierra en relación con el prójimo y la conducta que debe tener en este mundo todo seguidor de Jesús.

Es verdad que, a los protestantes, no nos falta parte de razón parte de razón al interpretar este texto desde la idea de la salvación eterna por la fe. Quizás sea así en su radicalidad y en su unilateralidad, porque los católicos en aquellos tiempos del siglo XVI interpretaban y se lanzaban a conductas y ritos desde el concepto de salvación por indulgencias o prácticas religiosas. Recordemos, como otras veces he citado, al fraile Tetzel vendiendo indulgencias mientras gritaba por las calles: “Tan pronto como suena la moneda en el fondo de la hucha, sale el alma del Purgatorio”.

Así, pues, pudiera ser también, en este contexto católico de aquella época, que Lutero pensara en la interpretación de este texto, “el justo por la fe vivirá”, como una única vía para la salvación por fe, y no por prácticas religiosas, obras o cilicios, en contraposición con las vivencias que tenía del catolicismo de la época. Fue su gran descubrimiento bíblico, su gran iluminación. Creo que desde ese momento del siglo XVI, los protestantes sólo vemos la interpretación de este texto desde esa unilateralidad que no es falsa, pero, quizás, incompleta.

Por tanto, la interpretación de este texto puede tener sus matizaciones, se puede complementar en otras líneas igualmente evangélicas pensando en que, pudiera ser, que el texto no llama solamente a la  responsabilidad del creyente valorando sólo la salvación del alma o los resultados metahistóricos, los del más allá, los de la salvación futura por fe, sino que está vinculado también con la vida y la conducta que un cristiano tiene que tener en el “ya” del Reino mientras vivamos en ese “todavía no” del que hablan los teólogos.

Intentaré, en lo que queda de este breve artículo, ir mostrando que el texto “el justo por la fe vivirá” nos puede vincular también a nuestra forma de vivir la vida presente en  nuestro aquí y nuestro ahora, en nuestro caminar por el mundo siguiendo los pasos del Maestro. Intentaré ir mostrando, pues, que este texto, tan importante del Apóstol San Pablo, puede estar animándonos también a ver en él una guía para nuestra forma de vida en la tierra, en nuestro aquí y nuestro ahora llamándonos a evaluar nuestra conducta, nuestros comportamientos al caminar por el mundo. Puede estar también intentando iluminar nuestros valores y prioridades como cristianos que caminan a través de un mundo en crisis.

En los contextos bíblicos, algunos de los cuales vamos a ver, comprobaremos que este texto “el justo por la fe vivirá”, es una ayuda para nuestro caminar cristiano en el estrecho camino de la vida que ha de seguir todo discípulo. Ya el mismo Apóstol Pablo nos da algo de luz cuando dice que “la fe actúa por el amor”. No es una fe únicamente orientada al más allá, sino que ha de ir alumbrando el camino de la vida. Una fe actuante.

El texto “el justo vivirá por la fe”, no es una originalidad de Pablo ni de Lutero. Es un texto del Antiguo Testamento, un mensaje del profeta Habacuc. Fijaos en el contexto: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por la fe vivirá”. Está hablando del problema de que hay almas no rectas, de que hay jactancias y orgullos, de que hay conductas incorrectas.

Desgraciadamente, vamos a encontrar personas, incluso religiosas, que tienen conductas basadas en el orgullo o en la prepotencia. Recordad en el Nuevo Testamento a los fariseos. Sin embargo, las conductas de aquellos que viven la espiritualidad cristiana de forma correcta como auténticos discípulos, van a vivir de otra forma, van a tener una pauta de conducta diferente. Van a vivir iluminados por la fe.

Por tanto, este vivir iluminados por la fe, va a dar como consecuencia en los creyentes que, necesariamente, van a vivir conductas con unas prioridades y unos estilos de vida que van a buscar apoyar la justicia en el mundo, dar ejemplos de servicio, producir conductas solidarias y amorosas para con el prójimo… porque son hombres de fe cuyo camino y acción van a estar iluminados por esa fe que actúa a través del amor.

¿Cuál es el contexto en Habacuc de esta frase “el justo vivirá por la fe”? Son precisamente las conductas humanas, no el hecho de estar pensando en la recompensa de la vida eterna, de la salvación. Dice así el contexto: “Y también el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio...”. Sin embargo no va a ser así con el justo, porque este tiene una iluminación especial y que es que “vivirá por la fe”. Su conducta ha de ser diferente, deberá ser una conducta iluminada por la fuerza y acción de la fe viva.

¡Qué importante es el contexto para entender el texto áureo de la Reforma! Esta frase no nos dirige solamente a pensar en conceptos metahistóricos de salvación eterna, sino que nos orienta a vivir con conductas rectas y, como diría el apóstol Pablo, obrando, trabajando y actuando en el mundo, en nuestro aquí y ahora, a través de la fe. Y, lógicamente, todo esto se complementa con el concepto de salvación por fe por el que nos quiere guiar también la Reforma Protestante de una forma correcta y según los parámetros bíblicos.

Por tanto hago una llamada a los cristianos y, en especial, al mundo protestante, para que reflexione en este texto visto también desde el Antiguo Testamento y sus contextos que, lógicamente, no están limitados a los ambientes en el que se produjo la Reforma del siglo XVI.

Por eso es importantísimo notar, reflexionar y entender que no es un texto sólo para que nos regocijemos en la esperanza del más allá, sino que nos debe servir para nuestro caminar por la tierra, para orientar nuestras conductas, nuestras acciones, nuestros servicios, nuestras solidaridades para con el prójimo y nuestros estilos de vida y prioridades adaptándolos a los ejemplos de Jesús mismo. ¡Bonito, importante y necesario texto bíblico para todo cristiano!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - De par en par - La reforma, la fe y la vida