Amanece en la orilla

Doy gracias por participar del evento en el que la orilla amanece cuajada de piedras de colores y cristales romos.

07 DE JULIO DE 2017 · 08:56

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Presta atención a este esplendor de la naturaleza, a estas pequeñeces que la mayoría calificamos de insignificantes, pues hoy cae con fuerza el sol de la mañana sobre las fértiles palmeras que sombrean próximas a la costa, al mismo tiempo que la orilla amanece cuajada de piedras de colores y cristales romos. Brillan cada vez que la espuma blanca, en su ir y venir impulsada por las olas, los moja e ilumina. Aparentan ser pequeñas gemas y diamantes a los que no prestamos atención a pesar de su hermosura. Cada uno de ellos podría contarnos una historia ocurrida, hace siglos quizá, en alguna gruta bajo el mar. Me agradaría oírla y me acerco a desnudarlos. Sumerjo mis dedos y los sitúo entre sus singulares hechuras para disfrutar al sentirlos más cerca. Les agradezco el abandono de su hábitat para venir a saludarnos. 

Cuánta belleza regalada, continua y relajada, posada en la arena blanca, húmeda y desierta en esta hora sobre el fragmento de costa marina. Y ahí están. Han decidido asomarse a nuestros ojos formando pequeños cúmulos irregulares con la intención de hacérsenos visibles.

Se enfadará la mar ante nuestra apatía, hoy que, mediante sus mareas, decidió sacarlas de entre las profundidades para mostrarlas como un presente único. Esperará un poco. Nos otorgará la deferencia de aguardar unos minutos más por si acaso los consideramos. De no ser así, de no encontrar asombro alguno por nuestra parte, levantará con poderío una ola enorme de resaca y arrancará de la costa todo lo que nos ha querido descubrir. Al fin y al cabo está en su derecho, son sus tesoros.

Presta atención antes de que desaparezcan. Clama el día y doy gracias por participar del evento en el que la orilla amanece cuajada de piedras de colores y cristales romos. Son testigos mudos de la indiferencia humana sin que haya manera de que la presencia humana tenga interés alguno en atestiguar de ellos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Amanece en la orilla