Es momento de amar

Dedicar tiempo a los que queremos es una de las mejores decisiones de nuestra vida.

02 DE JUNIO DE 2017 · 08:32

Paul Newman 1925-2008 (recortada) / Ken Lig (flickr / CC BY-NC 2.0),
Paul Newman 1925-2008 (recortada) / Ken Lig (flickr / CC BY-NC 2.0)

Paul Newman es uno de los actores más admirados en el mundo del cine. Su único hijo varón, Scott, murió a finales de los años setenta por una sobredosis de drogas y alcohol, lo que dejó la vida del actor en una situación prácticamente irreversible de dolor y sufrimiento. Paul confesó algunos años más tarde que cuando su hijo murió: “Comencé a dedicarle más tiempo al resto de mis hijas, porque tenía muchos problemas en las relaciones, y me sentía distante de la gente”.

Hay algo trascendental a lo que dedicamos muy poco tiempo. Nadie te lo explica cuando llegas al colegio. Ninguna Universidad lo enseña. Prácticamente nadie lo dice en los medios de comunicación. Muy pocos profesionales te dirán que es la solución a muchos problemas.

Déjame decirte que expresar amor, decirle a las demás personas lo que significan para nosotros, hablar sinceramente con el corazón para pronunciar un “te quiero” en el momento oportuno, es una de las cosas más importantes que podemos hacer. Dedicar tiempo a los que queremos es una de las mejores decisiones de nuestra vida.

Recuerda que amar es escuchar. Mirar a los ojos de la gente a la que queremos, e intentar llegar a su corazón. Dejar pasar los momentos paseando, hablando, poniendo una mano sobre el hombro de las personas que tenemos cerca y compartiendo los momentos más importantes de la vida, sean buenos o malos.

Muchas personas piensan que no es bueno ser sensible y llorar, y pierden así los días en los que las estrellas parecen brillar sólo para nosotros. Algunos quieren ocultar sus sentimientos a cualquier coste, y normalmente acaban pagando su insensibilidad en las horas más solitarias de su vida. Merece la pena vivir de otra manera, porque si no has perdido algo tan importante como la capacidad de sentir y llorar, cuando ganas o cuando pierdes, incluso aunque sea con pudor y elegancia, puedes considerarte una persona afortunada.

Las lágrimas cuando son honradas, sirven para aliviar nuestra alma, y siempre pueden disminuir el cansancio y la soledad. El llanto puede ser una llamada a Dios, o una llamada para que nos preocupemos más por los que están a nuestro lado. Compartir momentos de sufrimiento, de decepción, de amistad, de amor, de solidaridad y fidelidad es honrar el llanto o las lágrimas de alguien.

Expresar amor en cualquier circunstancia e intentar llegar al corazón de los que tenemos a nuestro lado es vivir la vida de Dios dentro de nosotros. Porque eso es lo que a Él le agrada que hagamos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Es momento de amar