Manchester: ¿por qué alguien haría algo así?

Con el autodenominado Estado Islámico (ISIS, Daesh) reclamando la responsabilidad por el ataque en Manchester, quedan atrás 22 muertos y 59 heridos. Y surgen las preguntas habituales. ¿Quién o quiénes eran los atacantes? ¿Por qué lo hicieron? ¿Cómo podemos evitar que la gente se radicalice?

Buenas preguntas básicas. Como hemos visto habitualmente en los ataques del ISIS, la primera pregunta es de poca importancia. Estos ataques de estilo guerrillero, diseñados para causar la mayor destrucción de la vida humana, podrían ser ejecutados por cualquier persona que se inscriba en la ideología de Daesh.

Por lo tanto, es en la segunda pregunta que debemos pensar detenidamente. ¿Por qué alguien haría esto? ¿Por qué alguien quitaría su vida y las vidas de personas que nunca conocieron, incluyendo una niña de 8 años, de la manera más despreciable? ¿Qué esperaban lograr?

Aquellos que no reconocen nada más allá del mundo material tienen dificultades para encontrar una contribución significativa a esta discusión. ¿Cómo puede alguien que no entiende la esperanza de la existencia después de la muerte, comprender una ideología que apunta hacia ella?

Pero es precisamente la esperanza de una gloriosa vida futura lo que se promete y motiva al terrorista, junto con la noción de que la lucha armada contra los incrédulos es la voluntad de Dios.

Estas pueden ser creencias sinceras, sin embargo la mayoría reconocerá que están sinceramente equivocadas.

Nosotros como cristianos podemos amar al yihadista como una persona hecha a la imagen de Dios, y sin embargo condenar completamente las creencias que conducen a tal gran mal.

Además, sabemos que el profundo anhelo de vivir la verdad del Dios de la Biblia y de la seguridad de la vida con Él más allá de la muerte tiene ya su cumplimiento en el propio Evangelio de Jesucristo. Esto es lo que tenemos que ofrecer.

Es el poder de Dios para la salvación, no sólo para el judío, el griego, sino también para el yihadista.

Por lo tanto, y llegamos a la respuesta de la tercera pregunta, no debemos tener miedo de escudriñar y debilitar a fondo la ideología de Daesh. No olvidemos las sabias palabras de Richard Weaver, "las ideas tienen consecuencias".

Si hemos visto una y otra vez la total destrucción y depravación de los que pertenecen a Daesh, ¿no es nuestro deber y servicio razonable exponer la oscuridad y mostrar la luz de Dios? Por el bien de los 22 muertos, los 59 heridos, y los muchos otros que fueron asesinados o muertos antes, incluyendo los propios yihadistas.

Sarah Foster es investigadora, maestra y oradora del Pfander Center for Apologetics, un ministerio enfocado en llevar el evangelio a la cultura musulmana.