Sobre David F. Burt, VIII Premio Borrow

Se unen en David F. Burt varias cualidades que nos permiten reconocerlo como un modelo en la difusión de la Palabra.

15 DE MAYO DE 2017 · 11:14

Rubén Lugilde Yépes leyendo las motivaciones del premio. / J. Amador Martín.,ruben lugilde premio jorge borrow
Rubén Lugilde Yépes leyendo las motivaciones del premio. / J. Amador Martín.

Este es un año especialmente señalado para todos aquellos que amamos la Palabra. Hace 500 años que se desencadenó en el occidente cristiano uno de los mayores movimientos de renovación de la vida espiritual, la fe individual y la experiencia comunitaria, y que alumbró el mundo moderno: La Reforma Protestante.

Todo empezó porque uno, pero con él muchos otros, se tomaron en serio lo que estaba escrito en la Biblia aún por encima de tradiciones, autoridades y conveniencias.  Hace 180 años, exactamente el 15 de Mayo de 1837, D. Jorge Borrow apareció en Salamanca con su cargamento de Nuevos Testamentos para intentar contagiar a nuestro país del amor por esa Palabra y transformar nuestra sociedad desde donde realmente es eficaz: el interior de las personas. Y hace 50 años que llegó, también desde Inglaterra –qué fecundas son las relaciones espirituales anglo-hispanas– nuestro premiado David F. Burt.

La vida de David Burt puede dividirse en dos partes: una primera parte en su tierra natal, y una segunda parte en su tierra vital. Pero esta segunda parte puede dividirse  a su vez en dos partes: su estancia en Madrid estrechamente vinculado al inicio del movimiento universitario evangélico de los GBU, y una segunda parte de esta segunda parte –sé que a él le gusta subdividir así las epístolas y textos bíblicos-  afincado en Barcelona para dedicarse al pastorado, la predicación y la escritura, todo ello desde 1971 junto con su esposa Margarita.

La llegada de David a nuestro país se relaciona estrechamente con uno de nuestros premiados anteriores, Stuart Park, con quién fue compañero de labores y aventuras desde sus primeros años en España, y de cuya colaboración han surgido varios libros realmente valiosos. Si otrora reconocimos a un inglés formado en Cambridge, seguro que hacemos bien ahora en reconocer a otro formado en Oxford para mantenernos en un muy británico equilibrio. Pero no es este el motivo que nos ha llevado a este reconocimiento, por supuesto. 

Se unen en David varias cualidades que nos permiten reconocerlo como un modelo en la difusión de la Palabra:

En primer lugar, su convicción del valor de la Biblia como Palabra de Dios imprescindible en la salvación y transformación integral de la persona.  Si hay un libro en el cual esta convicción es evidente, es  ¿Y cómo creerán?, título que toma un interrogante paulino que nos obliga a responder inmediatamente con la propia frase del apóstol en su carta a los romanos… “¿si no han oído… si no hay quién les predique? (Ro. 10.14). Subtitulado “manual de evangelización” se convirtió desde su publicación en 1987 y sus constantes reediciones con otros títulos, en un referente para la tarea de llevar el evangelio no solo en el contexto académico sino en cualquier ámbito de nuestra sociedad hispana. Quizás para alguno el título “manual de evangelización” evoque imágenes de fanáticos proselitistas atacando a descuidados transeúntes, pero nada más lejos de la realidad:  “se trata de una comunicación seria y sincera, no de un lavado de cerebro. No cabe en la evangelización ninguna clase de engaño ni ninguna técnica indigna del mensaje que llevamos…Tratamos a los que nos escuchan como a seres responsables creados a imagen de Dios. Consideramos su dignidad humana. Incluso respetamos su capacidad de rechazar el evangelio y confirmarse en su pecado. Cristo llama a la puerta y respeta nuestro derecho de abrirla o no; él no la derriba; nosotros tampoco.” (1)

De forma explícita, concisa y clarificadora, su pequeño monográfico “¿Nos podemos fiar del NT? Historicidad de los documentos del NT”, sienta las bases de la autenticidad y autoridad de la Biblia frente a las críticas y burlas que a menudo se hace de ella. En unas pocas páginas David ha ayudado a muchos lectores de la Palabra a reafirmarse en la racionalidad de confiar en el mensaje de este Libro. “La fe cristiana no implica el suicidio intelectual… La fe cristiana no es ciega. No está reñida con la verdad, ni con el espíritu de análisis e investigación. Desde luego, la fe siempre va más allá de los conocimientos comprobables, pero si es viable, siempre descansará en evidencias firmes. Porque el evangelio es cuestión de hechos, no solo de palabras, podemos salir del mar de confusión y relativismos que caracteriza la religión de nuestra generación”. (2)

 

David F. Burt en el colegio de la USAL. / J. Amador Martín

En segundo lugar, de ese amor a la Palabra nacen también los que sin duda son sus contribuciones más amplias y reconocidas: sus numerosas predicaciones y comentarios bíblicos. Sus publicaciones se pueden dividir, como no podría ser de otra manera, en dos partes. Comentarios al Antiguo Testamento, con libros sobre Rut, Esdras, Esther, y Jonás;  y su extenso y monumental “Comentario Ampliado del Nuevo Testamento”.  Esta colección, inicialmente prevista desde 1991 en 70 volúmenes por la editorial CLIE, fue continuada posteriormente por la editorial de GBU, Publicaciones Andamio, en la cual el volumen dedicado a la carta de Judas lleva el número 186 de la serie. De esta colección nuestro autor ha llegado a publicar ya más de 30 títulos, y esperamos que pueda seguir aumentando. En todos sus comentarios integra un análisis riguroso y respetuoso del texto bíblico, una minuciosa disección de su contenido que hace las delicias de los que disfrutamos con los “entresijos” de la Palabra, con una aplicación vital en la que se aprecia su vocación pastoral. Su lectura es profunda pero ágil, erudita pero cercana.

En tercer lugar, sus contribuciones en forma de artículos y monográficos. De todos ellos me permito destacar algunos títulos elocuentes: “¿Se puede conocer a Dios?” ¡Menuda pregunta!, respondida en 72 páginas. “¿Llamados a sufrir?” Una reflexión profunda y personal de un tema que nadie puede eludir. Eso sí, entre sus páginas nos narra una anécdota sobre sus dificultades como joven antisistema y evangelista británico en tierras aragonesas que sería digna de formar parte de un anexo a las aventuras de Jorge Borrow casi dos siglos atrás. Si tenéis oportunidad no dejéis de leerla. Intensamente personales son sus reflexiones sobre la muerte y el más allá provocadas por una experiencia “límite” que le llevó a escribir su obra “En el umbral de la muerte”. Su testimonio, meditaciones y honestidad intelectual no exenta de riesgos, son las de un nuevo “Qohelet” que no dejan indiferente a ninguno de sus lectores.

Para terminar permitidme añadir una contribución más que creo novedosa dentro de nuestro elenco de premiados. Como ya hemos mencionado durante nuestro encuentro de hoy, David ha realizado una importante contribución a la himnología cristiana. Y esto le entronca también con los escritores bíblicos y los reformadores. El himnario editado por Publicaciones Andamio en 1994 recoge quince composiciones originales de David Burt, de las cuales hoy hemos escuchado tres. No podemos ahora extendernos en el valor de la música en la fe cristiana, pero la contribución de David Burt, aunque no extensa, es inspiradora. “En sus composiciones la profundidad espiritual y el respeto al texto bíblico van unidos a la originalidad y frescura en lo musical” (David Andreu, en la presentación del himnario) (3). Y en reciente conversación personal con uno de los musicólogos editores de dicho himnario, me dijo: “David es un revitalizador fundamental en la himnología en castellano de la segunda mitad del siglo XX. Su estilo estructuralmente es  continuador de la tradición hímnica anglosajona del XIX y primera  mitad del XX pero adaptada a la segunda mitad del siglo XX por su contemporáneo lenguaje armónico y melódico. En varias de sus obras se perciben también rasgos del estilo de los cantautores de los 70 y 80. [Todo ello] con un profundo respeto por la adaptación cuasi literal de los textos bíblicos y una escrupulosa  integración de los mismos a la música desde el punto de vista rítmico y métrico.” ¿Guardas alguna contribución más, querido David? Me consta que la buena salud himnológica es una de tus preocupaciones.

Por todo ello, la Asociación Cultural Evangélica Jorge Borrow se complace en hacer entrega del VIII Premio Jorge Borrow de Difusión Bíblica al predicador, escritor y compositor D. David  Burt. 

 

En el Colegio Fonseca, Salamanca, a 13 de Mayo de 2017. Rubén Lugilde Yepes es presidente de la Asociación Cultural Evangélica Jorge Borrow.

 

Burt recibiendo de Alencart  el cuadro Icthus VIII, de Miguel Elías. / J. Amador Martín

 

NOTAS

 (1)    Burt, David F, En el umbral de la muerte, Barcelona, Publicaciones Andamio, 1994, p. 16

 (2)    Burt, David F., ¿Nos podemos fiar del N.T.? Barcelona, Publicaciones Andamio y Unión Bíblica, 1991, p. 16

 (3)    En Cánticos Espirituales, Barcelona, Publicaciones Andamio, 1993.

 

 

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