Los cielos cuentan, la creación anuncia

La creación quiere comunicar mensajes del Creador… muchas veces ante nuestra indiferencia.

02 DE MAYO DE 2017 · 15:16

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Señor: Nuestros tiempos están en tus manos. Los tiempos, los acontecimientos de los tiempos, los signos de los tiempos, están también en tus manos. ¿Nos hablas, Señor, a través de estos signos? ¿Debemos esforzarnos por interpretarlos, o simplemente mirarlos en silencio para ver si oímos tu voz en ellos? Quizás, Señor, muchos creen hoy que tú no hablas, que permaneces callado. ¿Será que nos hablas también a través de los signos de los tiempos, quizás a través de las catástrofes, de tragedias naturales que parecen querernos comunicar algo que quizás no entendemos? Es posible que también sea que no les prestamos la suficiente atención.

Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”, nos dice el salmo. ¿Nos hablas a través de la creación? ¿Son, quizás, las catástrofes el megáfono divino con el que a veces te expresas? ¡Qué pobre nuestra mente, Señor, pero nos dices que los cielos hablan, que cuentan! Que tu creación quiere comunicar mensajes del Creador… muchas veces ante nuestra indiferencia.

¿Hablan los truenos, se expresan los relámpagos? A veces estas cosas nos gustan y queremos ver la voz de Dios en la creación. Pero ¿qué cuando la creación se expresa a través de alguna catástrofe? ¿Hay comunicación divina también ahí? Muchas veces nos enseñan a creer lo que fría ciencia o, en ocasiones, la ciega razón nos dice, nos enseña. Quizás deberíamos agudizar mucho más nuestra sensibilidad para ver qué quieres decirnos a través de los signos de los tiempos.

Es verdad que, muchas veces, nos equivocamos y queremos quitar de sobre nosotros cualquier tipo de apelación que nos venga a través de alguna catástrofe, sea enfermedad o tragedia natural. Tendemos a pensar que Dios habla para otros. Los malos o, simplemente, los que nosotros consideramos malos. Así algunos se han atrevido a decir: El SIDA, castigo y advertencia a los homosexuales. Un tsunami, represalia de Dios para algún grupo humano. Cuidado. No caigamos en ligerezas en las interpretaciones de los signos de los tiempos. 

Quizás primero deberíamos pensar en nosotros, en la humanidad con sus diferentes problemáticas, en los sordos que no oyen la palabra de Dios, pero quizás escuchan los signos de los tiempos. Y sordos podemos ser también nosotros en muchos casos y ante muchas situaciones en las que se nos demanda compromiso y mano tendida. Lo que sí es cierto es que desde los cielos, desde la creación, desde las enfermedades y las alegrías recibidas, se puede estar expresando el Creador, contando, conversando con el hombre, advirtiendo, aconsejando.

Ya se ha dicho que el dolor del hombre es el megáfono de Dios gritando. Muchos de los signos de los tiempos y de la historia pueden ser llamadas al cambio, al compromiso, a la acción, a la entrega. Invitaciones a cambios, a volver la mirada al Señor, a conversiones, a crecimientos espirituales. Los cielos y la creación cuentan, hablan, anuncian algo de parte del Creador. Así lo dice la Biblia.

Quizás sea reiterativo el que los mensajes pueden ser invitaciones a volvernos a él y que no debemos lanzar la culpa rápidamente a los otros. Podemos equivocarnos, pero sin duda puede haber mensaje en cualquier acontecimiento del cosmos, de la naturaleza, del universo. Puede haber anuncio, palabra, denuncia, mensaje, advertencia. No nos dejemos guiar solamente por la fría ciencia o por la calculada razón. No sea que, a veces la ciencia y la razón sean sordas e incapaces de interpretar el mensaje del Creador. Mudas para comunicarse con la sensibilidad humana.

Los profetas creían en los signos de los tiempos. Estaban atentos a las catástrofes, a las plagas, a los gritos de dolor. Pensaban que podrían ser invitaciones del Creador, formas de hablarnos a través de los acontecimientos de la naturaleza o de la historia. Escuchad algún texto del Antiguo Testamento: “Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestra viñas... Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes..., pero no os volvisteis a mí, dice el Señor”. El objetivo, el mensaje de estas catástrofes, era comunicar un mensaje de conversión, de vuelta a Dios, aunque el hombre, en muchas ocasiones, da la espalda a las expresiones del Creador. Así, Dios tiene que decir: “pero no os volvisteis a mí”. Tristeza, pena, sordera de los humanos.

Muchas veces somos sordos, somos ciegos o sordociegos a los mensajes que envía Dios a través de la naturaleza. ¿Puede tener una guerra, una peste, una inundación el valor de signo de los tiempos a través de los cuales Dios habla? Yo, simplemente, lo dejo a vuestra consideración aconsejando que tengamos mucho cuidado cuando queremos interpretar alguno de los signos de los tiempos, pero no cabe duda que si los cielos cuentan la gloria de Dios y la creación anuncia, también puede anunciar a través de acontecimientos que parecen terribles, pero que, quizás, son lenguaje, palabra, anuncio, advertencia.

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