La Iglesia… ¿una comunidad terapéutica?

Tendiendo puentes hacia la sociedad: alguien dijo una vez: Jesús es la respuesta… ¿pero cuál es la pregunta?

02 DE OCTUBRE DE 2013 · 22:00

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En España existen miles de Asociaciones, ONGs y Fundaciones de todo tipo, (algunas verdaderamente peculiares), pero esto nos demuestra que la gente tiende a agruparse en función de unas necesidades concretas, para buscar u ofrecer respuestas y soluciones específicas a la realidad en la que viven inmersos. Una madre con un hijo discapacitado no requerirá las mismas atenciones que unos padres con un hijo drogadicto o con altas Capacidades. O bien una esposa cuyo marido le han diagnosticado un principio de Alzheimer no precisará de la misma ayuda que pueda buscar un hombre que vive lejos de su Patria y ha tenido que dejar atrás su casa y su familia. Una mujer maltratada no necesitará lo mismo que una joven a la que le acaban de decir que padece SIDA. Veamos algunas de las muchas Asociaciones, Fundaciones y ONGs que funcionan actualmente en nuestro país: Asociación Española de Alérgicos a alimentos y Látex, AsociaciónAFPOM de Fibromialgía y problemas Óseos Musculares, AsociaciónOficialEspañolade Pacientes con Dolor Neuropático, Asociacionesde paradosen España|estoyparado.com, Asociación Españolade Amigos y Familiares de Enfermos Psíquicos, Dignidad, Médicos sin Fronteras, ayuda en Acción, Asociación de sordo ciegos, FundaciónEspañolade la Tartamudez, Horizonte sin Fronteras, Cáritas, Asociación de ayuda contra el cáncer, Asociaciones de Alzheimer, Asociaciones de apoyo a Inmigrantes, Asociación de Alcohólicos Anónimos, Asociaciónde Altas Capacidades, Asociación dePersonas con DiscapacidaddeYecla (ADFY), Bello Amanecer, Asociación de personas que sufren depresión y/o ansiedad. Con relación a esta última, conviene destacar para que nos hagamos una idea de la gravedad de esta enfermedad, y de la necesidad de este tipo de Asociaciones, que en España, el suicidio por depresión es la segunda causa de muerte entre la población joven, solo superada por las muertes por accidente de tráfico. Un 15% de las personas que sufren depresión grave se suicidan, y un 56% intentan acabar con su vida. Investigando sobre las funciones y los objetivosque persiguen las diferentes Asociaciones me ha llamado poderosamente la atención una concretamente llamada “Alendoy”. Nunca había escuchado hablar de ella. Esta es una asociaciónsin ánimo de lucrosituada en la Barriada de la Paz en Cádiz, zona clasificada tanto por la Junta de Andalucía como por el propio Ayuntamiento, como deNecesidad de Transformación Social. Nació en el año 1999 como respuesta a una necesidad clara y detectada, de ofrecer un recurso abierto al barrio, donde desarrollarproyectos sociales y educativos,destinados a la inclusión de personas en riesgo, derivado de su discapacidad, situación económica, social o familiar. ¿No debería hacer algo parecido la Iglesia, llamada a ser un Agente transformador de la sociedad? ¿No debería la Iglesia tender puentes hacia esos diferentes colectivos? Todo eso esto nos debería suscitar a todos una serie de preguntas: ¿qué mueve a la mayoría de estas personas a crear una Asociación o una ONG? ¿Qué motiva a un ser humano a buscar el bien del otro? Y la respuesta creo que es bien sencilla y valga la redundancia; responder a las necesidades de algún colectivo, el hacer el bien al prójimo ayudándole a tener una mejor calidad de vida involucrándose con su problemática real, respondiendo de esta forma a las auténticas insuficiencias que tiene su barrio, su población, o bien un núcleo determinado de la sociedad. No conozco a estas personas ni sus creencias religiosas, pero no me cabe la menor duda de que lo que les motiva por encima de todo es el AMOR. Son personas, que mirando a su alrededor han detectado dónde estaban las necesidades para suplirlas. De igual forma, creo sinceramente que todos aquellos que encuentran refugio y respuesta a sus necesidades más acuciantes en alguna de estas Asociaciones, Fundaciones u ONGs, no se preocupan primeramente por su inclinación religiosa. Probablemente después de renovadas sus esperanzas, sí que se interesarán por lo que les ha movido a ayudarles. Y a lo mejor querrán saber más de su fe, o no… Y yo me pregunto: ¿No debería hacer algo parecido la Iglesia, llamada a ser un Agente transformador de la sociedad?¿No debería la Iglesia tender puentes hacia esos diferentes colectivos?, ¿No debería la Iglesia observar atentamente cuáles son las carencias de su barrio, pueblo o ciudad y desarrollar estrategias para combatirlas? ¿No invierte la Iglesia demasiada energía en planes, reuniones y proyectos internos? ¿Cómo pueden las multitudes acercarse a Jesús si primero no les damos el pan que necesitan? Jesús anduvo sobre la tierra haciendo bienes y se gastó caminando de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad en busca de las gentes y sus necesidades para suplirlas. Nos convendría recordar que los primeros cristianos tenían “favor con todo el pueblo y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” El evangelio es una invitación a vivir con alegría y sencillez de corazón, a dar de comer al hambriento y de beber al sediento, a sanar a los enfermos y a liberar a los oprimidos y angustiados de corazón. Deberíamos gastarnos por los demás y acercarnos a ellos sin el deseo explícito de hacer prosélitos, sino amigos. Nos convendría recordar que los primeros cristianos tenían “favor con todo el pueblo y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Este es un principio que no deberíamos olvidar. Si sembramos, a su tiempo cosecharemos. Si echamos nuestro pan sobre las aguas, después de muchos días lo hallaremos. Pero nuestra mayor alegría debería ser en todo caso, dar de gracia lo que hemos recibido de gracia. La sociedad sufriente necesita del abrazo de Dios, y nosotros los que formamos parte de su Iglesia, debemos ir a su encuentro y abrazarla. Gina Campalans Presidenta de la Asociación de “Ayuda al Duelo: Decir Adiós”

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