Barrabás

De cada uno depende en qué pone la base de su existencia, cuáles son los principios que le motivan para vivir.

10 DE MARZO DE 2017 · 12:53

Imagen de la película Barrabás. ,
Imagen de la película Barrabás.

“Barrabás” fue una de las películas más famosas del siglo XX. Dirigida por Richard Foster, en el año 1962, Anthony Quinn era el protagonista. La escena clave, la crucifixión de Jesús se rodó a unos 200 km de Roma, el 15 de febrero del 1961 porque estaba anunciado un eclipse de sol para esa fecha, y el director quería aprovechar ese momento en el rodaje para que simulara el momento en el que la tierra se oscureció cuando Jesús murió crucificado. El resultado fue tan impresionante (el eclipse de sol dejó el día bastante oscuro) que mucha gente del estudio, los extras y los curiosos que veían el rodaje, caían de rodillas para orar.

El contraste con esta situación se dio en la película “El gran carnaval” unos pocos años antes. Jan Sterling, la actriz principal decía una frase en cuanto a su decisión de no querer saber nada de Dios: “No voy a la Iglesia, porque arrodillarme agujerearía mis medias".

Son dos historias bien diferentes, pero el contraste entre una y otra tiene que enseñarnos algo muy importante: Cada uno tiene la libertad para decidir que hará en cada momento de su vida. La búsqueda de Dios no es una cuestión de saber si existe o no, como muchos han querido hacernos creer, la clave está en nuestra motivación y nuestras decisiones. Podemos encontrar la presencia de Dios en muchas cosas que podemos ver en la naturaleza, o podemos poner excusas para no acercarnos a Dios. Cualquier tipo de excusas parecen ser válidas, incluso excusas sin ningún sentido, pero excusas al fin y al cabo. De cada uno depende en qué pone la base de su existencia, cuáles son los principios que le motivan para vivir.

No sé cual es tu excusa (si la tienes) para no acercarte a Dios. Pero corres el riesgo que esté definida por la imbecilidad que desprende una actitud falsamente despreocupada. Perdóname que sea tan claro, pero a lo largo de los años, he encontrado a más personas que han admitido y creído cualquier cosa (¡incluso cualquier tontería!) por muy remota que parezca en lugar de dejar descansar su vida en Dios. Cualquier cosa vale con tal de no enfrentarse con el Creador. Cualquier palabra o motivo parece válido con la excusa de dejar a un lado a Dios.

Quizás crees que no necesitas para nada la espiritualidad en tu vida, que esas cosas "agujerean tus medias". Tengo que decirte una cosa: Mejor es tener agujeros en cualquier otro lugar y no tenerlos en el corazón. Si vives lleno/a de propósitos sin cumplir, mira hacia arriba y piensa si quizás el propósito más importante, el único que se ha cumplido en todos sus extremos, la declaración de amor de Dios por ti. Estás pasándola por alto.

La cuesión es muy sencilla: Algunos prefieren cualquier cosa, antes de tener que caer de rodillas ante su Creador.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Barrabás