Sacchi y las formas de ganar

Vivimos en un mundo que se mueve a toda velocidad, tanto que podemos ver la salida del sol más de una docena de veces en un día gracias a los medios de transporte tan rápidos de que disfrutamos, pero no tenemos paciencia.

24 DE ABRIL DE 2014 · 22:00

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	Un hombre esperando / aloshbennet (Flickr - CC BY 2.0)</p>
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Un hombre esperando / aloshbennet (Flickr - CC BY 2.0)

Puede que uno de los entrernadores italiano más conocidos sea Arrigo Sacchi. Él hizo campeón de Italia y Europa al Milán de los Gullit, Baressi, Van Basten, Rikjaard y otros, y además logró que la selección italiana desarrollase, bajo su mando, uno de los mejores estilos que se recuerdan. Recientemente declaraba al diario español “El país” que la gran mayoría de los presidentes de los equipos italianos, no querían darle tiempo para formar un equipo que jugase bien. Uno de ellos llegó a decirle: "El partido más genial sería quel que pudiéramos ganar contra un equipo que no para de chutar al larguero, y en el munuto 90 se mete un gol en propia puerta. Lo único importante es ganar de cualquier manera; la paciencia para construir un equipo y un estilo de juego no existe". Una de las características que más se echan de menos en la sociedad de hoy es la paciencia. Vivimos en un mundo que se mueve a toda velocidad, tanto que podemos ver la salida del sol más de una docena de veces en un día gracias a los medios de transporte tan rápidos de que disfrutamos, pero no tenemos paciencia. Hace unas docenas de años si una persona que tenía que ir a unos 50 Km de distancia perdía la "diligencia" (coche de caballos) no se preocupaba: al mes siguiente vendría otra. Hoy nos enfadamos si alguien toma nuestro lugar en la fila del supermercado... porque no tenemos paciencia. Lo queremos todo YA. Mientras tanto, Dios sigue recordándonos la importancia de saber esperar. Muchas veces un buen negocio, una amistad o una buena relación se estropean por falta de paciencia. En otras ocasiones el no saber esperar nos ha llevado a caer en fracasos que nos "remuerden la conciencia” durante años. Otras veces esa misma falta de paciencia nos ha llevado a decir cosas de las que, después, nos hemos arrepentido mil veces. Paciencia, saber esperar, incluso parecen ser palabras que no suenan demasiado bien, pero su importancia es trascendental. Dios nos enseña que el fruto del Espíritu Santo es: amor, gozo, paz, paciencia... por lo tanto, la única manera de ser paciente es estar controlado por Él. El Espíritu Santo es Dios mismo viviendo dentro de nosotros y, por lo tanto, Él puede enseñarnos a ser pacientes. Muchas veces las circunstancias exteriores son utilizadas por Dios para hacer que aprendamos a saber esperar. De todos es conocido que las situaciones difíciles nos ayudan a esperar y que la tribulación produce paciencia; si en este momento estamos pasando por una situación así, ya sabemos que por lo menos algo bueno va a ocurrir dentro de nosotros: tendremos más paciencia. Recuerda, la paciencia no aparece cuando la necesitarnos si antes no hemos aprendido a vivir con ella. Sólo quién vive lleno del Espíritu de Dios ha aprendido a esperar su momento, a tener paciencia, a no desesperarse. Ten paciencia, aguanta hasta el final. El triunfo siempre es de quien sabe esperar.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Sacchi y las formas de ganar