Triste y solitario

Lo han conseguido todo, pero no tienen amigos.

31 DE ENERO DE 2013 · 23:00

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Sin ninguna duda, “El solitario” una de las más hermosas canciones del antiguo grupo “Nubes grises”. “Triste y solitario lo ven pasear, lleva abrigo negro, lento el caminar pues del “no hay derecho” por la vida va. Algo lleva adentro que ocultar. Le llaman al pasar, el solitario. Triste atardecer… se oculta el sol. El viento va tras él, la lluvia empieza a caer (…) Si, melancolías tengo que contar, sueños que perdidos por el tiempo van; deudas que la vida me quiso cobrar, penas que cobijan soledad” Difícilmente una canción podía reflejar de una manera tan sensible la manera de vivir de mucha gente. La soledad, la incomprensión, la desgana, la desilusión… Puede parecer irreal, pero muchas personas que viven así, tienen prácticamente todo lo que necesitan en la vida, menos una de las cosas más importantes: Lo han conseguido todo, pero no tienen amigos. Muchos descubren casi al final de la vida que las personas verdaderamente felices son las que se sienten queridas; las que han aprendido a disfrutar de la compañía de otros, aunque tengan bien poco. Muchas de las cosas que hacemos alimentan nuestra soledad. ¿Has visto a la gente que va andando por la calle con los oídos tapados con un walkman para escuchar música o la radio? Es como si les aterrase el silencio, o el hablar con otros, o simplemente pasear pensando en las cosas importantes de la vida. Puede parecer un simple ejemplo sin demasiada trascendencia, pero docenas de situaciones como esta nos hablan de la soledad de nuestro siglo, de la decisión de muchas personas de no querer comunicarse, de aislarse, de vivir solos. De tomar malas decisiones para pensar más tarde que nadie se preocupa por ellos. Otros viven solos porque no quieren que nadie entre en su “círculo de confianza”. No quieren ser heridos, piensan que su vida es perfecta (por lo menos eso creen) sin nadie que les pueda llegar a hacer daño un día. No quieren arriesgar nada ni perder nada, pensando que cualquier relación de amistad más o menos duradera con otra persona puede ser una señal de debilidad por su parte. Ese es el tipo de gente que se encuentra completamente sola cuando más necesita ayuda. Puedes conseguirlo casi todo a cualquier precio. La deuda que la vida te cobrará será tu propia soledad.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Triste y solitario